Capítulo 46: Y el mundo sigue girando aún sin tu amor.
Sentía un gran alivio en una parte de mi corazón, había solucionado muchas cosas con Tucu, todo estaba bien y sólo me quedaba una cosa por hacer, y era hablar con Paulo de una vez por todas. Era algo raro el sentimiento porque hace meses que no hablábamos, y ahora ir de una a decirle que me gustaba él, era un manojo de sentimientos. Además, no sabía si él seguía sintiendo algo por mi.
¿Lo llamo? ¿Lo voy a ver? ¿Espero y me lo cruzo en club? ¿Qué hago? Como realmente podría ir y decirle a una persona que no veía hace meses que ahora sabía que sentía cosas por él y que sí quería estar con él por más mambos que tuvieramos juntos.
Bien abrí la puerta de mi casa me encontré con Valentina sentada en el sillón con cara de feliz cumpleaños, y no entendía muy bien porqué.
-¿Y ahora qué pasó?-pregunté mirándola con miedo.
En serio era la cara de felicidad más aterradora que se podían imaginar.
-Decidí resolver tus problemas yo.-me sonrió.- Y te facilité las cosas.
¿Eh?
-¿Qué hiciste, Valentina?-pregunté ahora preocupada por su actitud.
-Llamé a alguien.-me sonrió aún más grande.- Pero ahora me voy a ir así podes hablar con él.
Se levantó pero en vez de irse la vi caminar para sentarse en las escaleras y mirarme. Paulo salió de la cocina con un vaso de agua y me miró mientras caminaba hasta donde yo me encontraba, que por acto de reflejo, me paré de una. Miré a mi amiga sentada.
-¿Qué?¿Se piensan que me voy a perder de esta charla? Ja, ni sueñen.-dijo mientras se acomodaba en el escalón.
La miré mal.
-Bueno bueno, me voy.-dijo revoleando los ojos y caminando escaleras arriba.- Pero hablen fuerte.
Mi amiga era un personaje.
Tanto tiempo sin verlo. Estaba igual, de lindo. No tenia ni la más pálida idea de como empezar a hablar, esto si que era difícil.
-Valentina me dijo que teníamos cosas que resolver.-empezó él. Un buen comienzo.- Y creo que tiene razón.
-Acabas de tener un bebé.-contesté yo.
No tengo idea de porqué una parte mía se niega a todo con él.
-Ya sabes...que no es mío.-contestó Paulo rápidamente.
-¿No lo vas a criar?-pregunté inocente.
Él negó con la cabeza.
-¿Y por qué tiene tu apellido?-pregunté curiosa esta vez. Esto era muy triste.
-Porque la gente es muy estúpida.-contestó Paulo.- Pero no deberíamos hablar de esto. Tendríamos que hablar de otras cosas.
Ahora sí no sabía que preguntar o decir.
-¿Te acordas la última vez que hablamos?-preguntó Paulo levantando la mirada. Ya nos encontrábamos sentados en los sillones.
-Sí.-respondí sin más.
-Me pediste que resolviera las cosas conmigo mismo y con Joaquin.-hizo memoria.- Y eso fue lo que hice.
Un gran silencio reino entre los dos hasta que él volvió a hablar finalizandolo.
-Arreglé todo.- Paulo tomó aire.- Hablé con Joaquin, y me resultó loquisimo que los dos sintiéramos cosas tan fuertes por vos. Además la manera en la que vivimos las cosas con vos eran tan diferentes. Él estuvo con vos, de formas distintas a las que yo estuve con vos, pero de alguna forma no lo supo valorar.
No entendía absolutamente nada de lo que me decía porque mucho sentido no tenia.
-Yo también hablé con Joaquin.-lo corté de una mientras él se quedaba en silencio mirándome.- Hasta recién estuvimos hablando de todo lo que pasó.
-¿Y en qué quedó?-preguntó realmente curioso.
Quería hacer un silencio dramático antes de decirle que gustaba de él para que quede mejor en el momento pero de sólo pensar lo estúpida que sonaba me daba risa.
-en nada.-contesté mientras me acomodaba en mi asiento.- Resolvimos nuestros inconvenientes. Y aunque lo niegue, a mi me duele todavía él.
Paulo asintió con la cabeza entiendo lo que yo acababa de decir. Entendió que también me gustaba Joaquin.
-Pero yo no puedo armar nada de nuevo con él.-volví a tomar su atención. -Ya no puedo volver a quererlo así. Y no puedo seguir haciendole más daño a mi corazón por más tonto que suene.
-Claro. Está bien.-respondió Paulo para después guardar silencio.
-Además entendí en ese momento, que yo no quería que él armara mi corazón de nuevo, o armáramos algo juntos.-respondí con un susurró cerca de él.- Entendí que por más que lo niegue, que...-tomé aire. Al final esto era más difícil de lo que pensaba.- Que me gustas vos, Paulo.
Su cara era tan increíble que le quería sacar una foto. Tenia los ojos abiertos de par en par, su sorpresa era gigante pero no dijo nada, no decía nada. Y eso, me desesperaba a mi. Decirle que me gustaba me hacía sentir como una nena de 16 años, más ahora que no obtenía ni una respuesta de él.
-Bueno cuando sepas que responder me mandas un whats app, ¿dale?-dije en tono gracioso mientras me levantaba del sillón caminando hasta la cocina.
Me estaba muriendo de sed y necesitaba un vaso de agua urgente.
Sentí una mini risa de Paulo detrás mío pero yo seguí mi camino a la cocina, cuando tomé mi agua me senté en la mesada esperando a que venga y eso fue lo que hizo. Paulo se encontraba parado delante mío con una sonrisa acompañada. Era increíble lo mucho que ambos habíamos tardado en todo esto, lo que pasamos y las personas por las que pasamos para llegar a esto.
-Vos también me gustas.-me susurró incluso sabiendo que estábamos prácticamente solos. -Y me llena esto.-se apuntó el corazón.- De amor saber que vos sentís lo mismo que yo.
Es que creo que siempre fue así. Siempre sentí algo, aunque sea lo más mínimo por él, estando con Joaquin, queriendolo a él, incluso en esos momentos sentía algo por Paulo, porque por más de que quiera a quien quiera, de alguna forma él impactaba en mi vida haciendo que termine en él, porque era así, siempre terminaba en Paulo Dybala aunque no quisiera. Sin más que decir, Paulo se acercó como antes solía hacer, pero ahora sin lujuria y deseo de solamente querer desnudarme, ahora se acercaba diferente. Sus ojos cerraron, su mano fue directo a mi cintura y la otra a mi cachete, porque así plantó un beso que me hizo erizar de los pies a la cabeza, hace tanto no lo besaba, y no me acordaba de lo bien que se sentía hasta en ese preciso momento. Era como un hechizo, ser besada por Paulo era como un gran hechizo. Completa, así me sentía, cada parte que sentía rota hace ya meses, se había vuelto a construir con un simple beso que decía todo lo que sentía, que valía más que un 'Me gustas' Que locura era besar a Paulo Dybala.
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Sweet Creature.-Paulo Dybala.
Fanfiction"¿Entonces? ¿No sentís nada por mí?-preguntó Paulo con la mirada más penetrante que me dieron en la vida.