Capítulo 34.

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Capítulo 34: ¿Me queres a mi? 

Me levanté lo más pesada posible. Hoy era el día, hoy Paulo se casaba con Antonella. La boda comenzaba a las seis de la tarde, ahí ellos se casaban y después íbamos todos a un salón donde sería la gran fiesta, en la cual seguramente me la pase llorando mientras lo veo del todo contento a él con su mujer. 

Ya no me encontraba tan triste como antes, por lo menos ahora no pienso todo el tiempo en eso. Aunque una gran ayuda fueron los entrenamiento y Tucu. Además de ello me había acercado mucho a una compañera de Juventus y hemos pegado una gran amistad. Con todas me llevaba más que bien pero todavía no era amiga de todas. Para ser sincera hace poco había empezado a jugar y no había tenido tiempo de conocerlas por separado al fútbol. Me sentía un poco más acompañada, aunque Tucu me hacía una gran compañía. 

Caminé hasta el baño para darme una gran ducha, tenia ganas de sacar todo lo que llevaba a dentro y dejarlo ahí, seguramente tardaría un rato en el baño ya que debía preparar un par de cosas. Tenia que secarme el pelo, plancharmelo, etc. Bien finalizó mi baño, puse música a todo volumen y me concentré en mi un momento. 

Tucu no estaba en casa, se había ido a hacer un par de tramites para terminar de traer sus cosas a Italia lo cual lo mantuvo toda la mañana fuera y todavía no había llegado a casa. Aunque eran recién las doce del medio día. Sabía que en cualquier momento llegaría porque tendría hambre y no le gustaba comer afuera, no habían pasado ni tres meses con él y ya lo conocía de arriba abajo podía jurar. Sabía sus gustos en todo, en todo tipo de comida, vestimenta y esas boludeces. Sabía que cuando algo le dolía lo demostraba, lo hablaba y solucionaba, por algo vivía siempre feliz. 

-corazón, ¿estás acá?-lo escuché gritar mientras cerraba la puerta detrás de él supongo. Eran las tres y media de la tarde. 

Yo me encontraba en la cocina terminando de lavar los platos donde recién había comido.

-¿recién terminas?-pregunté y él rió.- Pensé que ibas a venir más temprano.

-Fui a comer y después vine para acá. Lo bueno es que traje helado.-me guiñó el ojo. 

Le sonreí y me acerqué más a él para darle un abrazo, finalicé dándole un beso cortó en los labios. Me gustaba besarlo, se sentía lindo y bien. 

Terminé de acomodar las cosas, le pregunté como le había ido durante la mañana a Tucu lo cual nos dio una charla de al menos una hora. Y ahí nos dimos cuenta de que se nos estaba haciendo tarde, la boda empezaba a las seis y teníamos que salir 17:30 para llegar  a tiempo. Corrimos a la habitación, empecé a maquillarme mientras él se bañaba rápidamente, al terminar de hacerlo, corrió en busca de su traje y yo empecé a ponerme mi vestido, que era más difícil de poner que patearle un penal a Neuer. Terminé pidiendole ayuda a Tucu quien no se negó a hacerlo. Cuando finalmente terminé de cambiarme, él ya estaba listo, me puse los zapatos, me puse perfume, agarré mi celular, él bolso y caminé hasta la puerta.

-para.-me pidió Tucu antes de que toque el picaporte de la puerta.

-¿qué pasa?-pregunté preocupada.

-Veni.-me pidió que me acerque y eso hice.- Dame un beso que estás divina.

Le sonreí y clavé mis labios en los de él para darle lo pedido. Era demasiado tierno y me moría por darle un beso también. Estaba hermoso, literalmente nunca vi a alguien tan lindo en la vida...Bueno.. no voy a hablar del otro tampoco. Ahora si, me puse en marcha para salir de la habitación, usaríamos mi auto para ir y venir, ninguno de los dos tomaría alcohol para así poder conducir de noche, me subí al coche para manejar, me saqué los zapatos y me puse zapatillas para poder manejar mucho más tranquila y cómoda. Prendí la radio para despejar mis pensamientos e ir cantando con Tucu. 

Sweet Creature.-Paulo Dybala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora