Capítulo 29: Frío.
Me estaba helando, realmente helando. El entrenamiento finalizó y yo estaba saliendo de las duchas ya, me quería enterrar en noventa frazadas para dormir una linda siesta, pero, tenia que ayudar en un par de cosas a Tucu. Finalmente optó por pasar Navidad acá, quería enseñarle a su familia lo maravilloso que era Italia, no lo juzgo, es hermoso acá pero hace un frío de la re yuta madre.
-dale, vamos por favor.-pedí mientras me abrazaba a Tucu y éste reía.
Habían hablado con Paulo pero mucho no me contó, al otro día Paulo no apareció pero se excusó diciéndome que tuvo que arreglar un par de situaciones en Juventus, entendía si no me quería ver para ser sincera. Mi cabeza estaba un poco más tranquila desde que estaba con Tucu, me refiero a que desde que él está en casa haciéndome compañía, aunque sabía que pronto se iría y eso me ponía un poco triste.
Me subí al auto, esta vez el que manejó fue él, yo me quedé en silencio mirando por la ventana, la ciudad se veía hermosa y yo me había quedado como una boba admirando de ésta. Tucu estaba callado también, no decía mucho pero igual seguía siendo cariñoso conmigo. El frío nos atacó a todos y lo único que queríamos hacer era dormir hasta que lleguen las fiestas.
Me bajé corriendo del auto, hacía mucho frío como para estar afuera y yo no me aguantaba el frío, necesitaba muchos abrigos y encima de eso, me enfermaba fácil. Al entrar, Tucu dejó su campera al igual que yo sobre el sillón y ambos nos fuimos directo a la pieza a charlar un ratito.
-¿queres saber lo que hablé con Paulo, no?-preguntó mientras yo me ponía mi pijama en el baño.
-sip.-contesté ya cambiada y caminando hasta la cama donde él ya se encontraba.
-hablamos de vos, claramente.-afirmó y yo asentí.- Le pregunté que sentía por vos...-hizo una pausa un tanto larga que casi me deja pelada.- Y me dijo algo bastante triste.
Oh mierda.
-Me dijo que estaba bien, que ya no sentía nada.-me susurró Tucu mientras ponía una mano en mi rodilla tratando de dar ánimo.- Que él estaba con Antonella en su mejor momento. Y que ustedes dos eran amigos, que podían seguir siéndolo sin importar que él esté apunto de...-hizo otra pausa y me miró.- Casarse.
Ca sar se.
Ca
Sar
Se.
Paulo estaba apunto de casarse, y encima de eso, no sentía una verga por mi. Mi corazón, mi dulce corazón estaba roto en noventa mil pedazos. ¿Como hace para superar todo en menos de lo que canta un gallo? Era increíble la facilidad que tenia éste chico para superar a las personas, a mi me costaba un montón, más ahora que no podría soltarlo. Me sentía engañada, sentía que toda la ilusión que tenia se había ido al carajo, que todas las veces que no hice cosas por no querer lastimarlo la única que había quedado como una total imbécil había sido yo. Me sentía totalmente destruida por Paulo Dybala. No le tenia rencor, ni odio, ni absolutamente nada. No quería sentir nada por él.
No tenia ningún comentario, absolutamente nada para decirle a Tucu. Tragué fuerte, él me miró triste, y se acercó más para abrazarme, haciendo que mi cabeza quede en su cuello, no quería llorar pero si quería llorar, mi cabeza me pedía a gritos que largue todo lo que sentía, que deje de hacerme la fuerte y que llore, porque hace bien llorar, a veces. No quería ser exagerada, ya era grande para estas boludeces, para seguir poniendome mal por los chicos, pero a la vez me sentía como una nena con Paulo, me sentía igual de enamoradiza con él que una persona con su primer gran amor.
-Podes llorar si queres.-me susurró Tucu.
Me abracé a él un poco más.
Y sin previo aviso. Sin más que hacer, las lagrimas salieron como una lluvia en verano, mojé todo el hombro de Tucu mientras él me abrazaba fuerte y acariciaba mi espalda. Me separé de él y limpié mis lagrimas.
-Gracias.-susurré y él asintió con la cabeza.
-Las veces que quieras, acá estoy.-me dijo él con una sonrisita.- Dale, ahora a levantar ese animo que ni siquiera el mismisimo Paulo Dybala merece que llores por él.
Le sonreí un poco.
-Ahora vengo.-caminé hasta el baño para limpiarme un poco la cara.
Mamita querida, cuando Tucu se fuera seguramente me iba a poner el doble de triste. Sin Thania, sin Paulo, sin Tucu, sin mi hermano y sin nadie.
Pero tenia algo. El fútbol, mis compañeras. Tenia que dejar de basar mi vida en los problemas que tenia con Dybala y todo su al rededor, tenia que concentrarme en otras cosas.
Salí del baño un poco mejor, Tucu me miraba sonriente pero no con la misma sonrisa de siempre. Me senté al lado de él y me volvió a abrazar un poco más fuerte.
-me hace mal verte así, nena.-me habló.- Quiero verte feliz, contenta,y saber que nadie te puede lastimar, si?
Asentí con la cabeza.
-¿sabes que podemos hacer?-preguntó mirándome.- Así te animas un poco. Hagamos maratón de la serie que más te guste, mañana no entrenan, yo no tengo nada que hacer y podemos comer lo que quieras. Nos quedamos en la cama todo el día.-dijo y yo le sonreí.
-¿Queres mirar El Marginal?-pregunté y él asintió.- Yo ya la terminé pero me encanta.
-Yo no la vi.-contestó el Tucu.
Tucu me tapó con una frazada, era verdad, hacía demasiado frío hoy como para salir de la cama o hacer algo. Apagó la luz de la pieza y se acostó al lado mío también tapándose con la frazada. Pasó un brazo por mi hombro haciendo que mi cabeza quedé encima de su pecho, me sentía consolada, Tucu hacía muchas cosas para que me sienta mejor. Puse la serie y me quedé colgada mirándola, sin darme cuenta lo mucho que Tucu me miraba en vez de mirar la serie.
-deberías ver la serie, te estas perdiendo partes buenísimas.-dije con una sonrisita.
-sos muy linda, ¿sabías?-tiró y yo sonreí.- En serio, en si me gustabas por como eras, y lo linda que sos pero nunca me di cuenta de lo linda que realmente sos, capaz suena re tonto porque sentís cosas por Paulo y ahora estás dolida, pero tenes facciones divinas, y una piel increíble.-dijo y yo reí.- No te rías, me haces sentir como un nene cuando te reís.-me sonrió.
-Gracias Tucu.-le sonreí.- Vos también sos muy lindo.
Era un bombón, no iba a mentir. Aunque me sentía dolida con Paulo, no podía no mirarlo a él, me sentía mal, porque sentía que me aprovechaba de Tucu, yo todavía no siento nada por él, solamente cosas sexuales, aunque lo que sentía era que me caía bien y era un buen compañero para ser sincera.
-no me digas eso que me encantas.-dijo susurrando Tucu todo colorado.
Sonreí para él.
-¿te sentís mejor?-preguntó y yo asentí.- Me alegro, porque me gusta verte contenta.
-Gracias por hacerme compañía Tucu.-le sonreí.- Me estaba sintiendo muy sola.
-voy a estar las veces que quieras.-me volvió a sonreír.- Si tengo que tomarme un avión porque queres un abrazo y mimos, eso mismo voy a hacer.-me dio un beso en la cabeza.
-Gracias por todo, Tucu.-le di un beso yo en el cachete.
Miré la pantalla para poder seguir mirando, quería concentrarme por más de que ya la había visto unas doce veces. En un momento sentí la respiración de Tucu muy cerca de mi, pero bola no le di porque estábamos muy cerca uno del otro ya que nos encontrábamos abrazados.
-¿me dejas hacer algo?-preguntó y yo lo miré confundida.- No quiero que te sientas ofendida pero es que te ves....tan pero tan linda.-dijo Tucu y yo lo miré aún más confundida.
Tucu me acarició la cara a oscuras, me miró y sonrió, juntó nuestros labios en un dulce beso que me decía tantas cosas, que me abrazaba de otra forma con sus labios y que me mantenía unida a él. Un beso, un beso que cura todo lo malo que sentía.
[HOLA jeje espero que les guste y si les gustó voten y comenten ;) ahre gracias por leer!!, besos]
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Sweet Creature.-Paulo Dybala.
Fanfiction"¿Entonces? ¿No sentís nada por mí?-preguntó Paulo con la mirada más penetrante que me dieron en la vida.