Capítulo 11: Nunca, jamas.
Me quedé jugando con Lolo hasta realmente las tres de la mañana, ni siquiera me di cuenta de que pasó tan rápido el tiempo. Thania y los chicos estaban en su casa, y yo me había quedado sola con mi perro. A veces odiaba estar sola tanto tiempo, vivía aburrida y sin nada que hacer, por ende terminaba haciendo alguna que otra jugada o cantando a todo volumen mientras bailaba en bolas con música de la radio.
Estaba algo rara, o así me sentí por lo menos. No tenia muy en claro que carajos me estaba pasando con todo el tema de Paulo, aunque para ser sincera prefería ni tocar el tema, pero sabía que tarde o temprano debía hacerlo, debía afrontar también que era un alivio que no estemos más juntos, por más de que eso no quita todo el mal que hice, me deja un poco más aliviada no hacerlo más. Ademas estar así enojada con él me hace las cosas un poco más fáciles, puedo incluso dejar de pensar tanto en él. En sí las cosas me estaban saliendo mejor sin él.
Trate de ignorar todo pensamiento que tenga relación con él y me tiré a dormir, mañana no entrenaríamos a la mañana pero de todas formas tenia que estar a un horario razonable en el club, me gusta llegar temprano y no ser impuntual, odio a la gente impuntual.
El despertador sonó rompiendome los tímpanos, quería seguir durmiendo, los ojos me pesaban más que la cabeza, sentía que había dormido una hora practicamente. Levanté mi cuerpo de mi amada cama y no tardé en caminar hasta el baño para pegarme una ducha algo rápida, como casi todas las mañanas desayunábamos en el club. No tarde en llegar al club, por lo que veía íbamos a desayunar también con los chicos, generalmente desayunábamos separados pero al parecer hoy sería diferente.
Tenia mi equipo puesto, agarré la bandeja y me empecé a servir el desayuno. Paulo pasó por mi lado, pasó una mano por mi cintura para hacer lugar y pasar, no quería sonar ni cliché ni estúpida pero me causaba escalofríos que esté me toque. Me hice la boluda y seguí sirviendome la comida en mi plato, caminé en dirección a mis compañeras y no tardé en sentarme. Paulo pasó por detrás mío y se sentó en la mesa de enfrente, lo más raro fue que se quedó mirándome fijamente mientras comía, no corrió su mirada ni un puto segundo haciendome sentir incomoda y casi no tocar mi puta comida.
Lo odio, exactamente eso. Él más que nadie sabe que odio que me miren mientras almuerzo o ingiero alguna comida, sabe que me pone tan incomoda al punto de no comer nada de lo que tengo en mi plato, y le sirvió, me miró hasta que terminó la hora de desayuno. No había comido nada de mi plato y me levanté enojada para caminar hasta el pequeño lugar de descanso que había en Juventus. Estaba enojada y me sentía un poco mal, quería comer algo pero sabía que entrenaríamos en nada y no podía comer ahora. Tomé un poco de agua y caminé con mis compañeras hasta la cancha, al parecer también entrenaríamos con los chicos.
Me puse en un grupo para hacer fútbol tenis y en cuanto le ganamos al equipo contrario, me tocó con el de Paulo. Me dolía la cabeza, me sentía mareada pero hacía lo posible para mantener la pelota en el aire y que no toque nuestro campo más de una vez. En un momento no lo pude controlar y caí al piso, escuché la risa de Paulo pero no me podía levantar, estaba muy mareada.
-¿te encuentras bien?-se acercó Lucila mi compañera. Se agachó a mi altura y me miró bien.- Niña estás pálida. ¿Has desayunado bien?-preguntó alto mirándome.
Negué como pude con la cabeza.
-Carlos, aquí no se siente bien.-llamó al preparador físico.- Le ha bajado la presión.
La risa de Paulo dejó de sonar o me quedé sorda o dejó de reír. Estaba demasiado mareada como para prestarle atención al inmaduro de Dybala, realmente quería recostarme o simplemente alejarme del entrenamiento por un momento. Pipa se acercó preocupado y me alzó con sus brazos, realmente me tenia a upa.
-vamos a llevarla a la sala de Kinesiología para que descanse.-Pipa asintió. Cerré mis ojos intentando calmar mi dolor de cabeza y las vueltas que ésta me estaba dando.
Cuando abrí los ojos estaba acostada en la camilla de Kinesiologia, la doctora a mi lado que bien abrí el ojo derecho me enchufó un pedazo de comida y Coca Cola en la boca. Le sonreí en agradecimiento y me quedé sentada en la camilla.
-no volverás a entrenar hasta mañana, ¿no has desayunado con el equipo?-preguntó La doctora.
-no pude. Larga historia pero prometo no volver a hacerlo.-respondí y ella asintió sonriendo.
-ahora va a ingresar uno de los jugadores para la sesión de chequeos que hacemos cada mes.-comentó y yo asentí.- Yo te la haré a ti después para ver como te encuentras con tu estado físico.
Se retiró de la sala dejándome sola, a los segundos entró Paulo solo y se sentó en la camilla que se encontraba a mi lado, yo no lo miré, solamente me quedé mirando mi celular mientras lo ignoraba, me sentía fatal y no tenia ganas de lidiar con él pelotudo éste. Paulo se sentó de un lado para mirarme fijamente mientras yo contestaba mensajes, el entrenamiento había finalizado y las chicas estaban bastante preocupadas por mi estado, no tardé en tranquilizarlas.
Paulo duró callado cinco minutos, no puedo creer que no pueda mantener la boca cerrada nunca.
-disculpame.-Paulo habló pero yo lo ignoré.- Eu.
Paulo llamó mi atención pero sólo consiguió una mirada de mi parte.
-te quiero pedir perdón por lo que hice.-se disculpó.
-claro, te perdono por casi matarme.-dije con una sonrisa sarcastica.
-oh vamos.-dijo Paulo.- Ya me siento lo suficientemente mal como para que me hagas sentir peor.
-realmente pensé que eras más maduro, realmente no sé porque lo pensé. Seguís siendo el mismo chiquilin de siempre.-ataqué enojada. Realmente estaba enojada.-
-yo estaba enojado, así que hice lo que hice por la bronca, no poque sea inmaduro.-contestó éste mirándome.
-no, lo hiciste porque me tenes bronca a mi. Paulo, sos uno de los que más me conoce, compartí un millón de cosas y sabes lo mucho que odio que me miren mientras como, lo odio tanto hasta el punto de no comer ni un bocado y sin embargo lo hiciste, me miraste con la esperanza de que yo no tocara absolutamente nada de mi comida, vos sos jugador hace años y sabes muy bien lo mucho que se necesita tener una buena alimentación, pero claro, él nene está enojado y hace lo que quiere, no le importan los demás.-escupí enojada.- Y encima después te da la cara para reírte de mi, sos patético.
Nunca en mi vida me había descargado tanto con lo que había dicho en ese puto momento. Le dije cosas horribles, muy feas pero eso no se le hace a nadie, fue un horror lo que me hizo éste pelotudo de mierda.
-tenes razón, soy patético. Pero más patética sos vos que pensó que tenia una chance conmigo.-dijo con su orgullo herido y se levantó de la camilla para caminar hasta la puerta.
-jamas pensé que podía tener chances con vos Paulo, sacatelo de la cabeza. Porque yo nunca, jamas voy a gustar ni un poco de vos.-escupí con un nudo en la garganta sabiendo todo.
Sabiendo que Paulo si me gustaba, sabiendo que si sentía cosas por él y que no tenia chances con él.
[hOLA. Perdonen que no actualicé nada ahre Espero que les guste este capitulo y si les gustó, voten y comenten hijas! Gracias por leer, besos!]
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Sweet Creature.-Paulo Dybala.
Fanfiction"¿Entonces? ¿No sentís nada por mí?-preguntó Paulo con la mirada más penetrante que me dieron en la vida.