Capítulo 27.

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Capítulo 27: Tucu, Joaquín, Correa. 

Até lo mejor que pude mi colita de pelo, terminé de atarme los cordones, puse mis canilleras y subí mis medias por último. Estiré los músculos de mi cuerpo, estaba nerviosa, muy. La cancha se encontraba algo llena de gente, no había ni mucha ni poca, pero había demasiada como para ponerme nerviosa en este partido. 

La entrada en calor fue buena, por lo menos todos los ejercicios me salieron bastante bien y las chicas no tardaron en darme ánimos en el vestuario. 

Tenia nervios, demasiados. Respiré hondo antes de salir a la cancha, observé todo a mi alrededor, esto era un sueño, me sentía tan afortunada a la vez por lo que estaba viviendo.  Miré para los costados y con la mirada busqué a Tucu, quien me había acompañado hasta acá e incluso me dio un par de consejos para no ponerme nerviosa. 

Escuché el silbato sonar, esto había empezado. Sacaron ellas, por ende teníamos que marcar. Quite de pelota y empecé a subir esperando un pase, éste llegó y tiré centro para que caiga en alguna de las dos cabezas que veía con la camiseta de Juve. La pelota fue rechazada por la arquera y se quedó con ésta. 

Que partido difícil para ser sincera, no abrimos el marcador hasta el segundo tiempo con un centro de mi parte. Me sentí muy cómoda y bastante conforme con lo que hice durante el partido, además me sorprendí de lo bien que aguante los 90 minutos de partido completos. Pensé que me sacaría pero eso no fue lo que hizo, en más me felicitó por mi partido. 

Sentí el agua caliente correr por todo mi cuerpo, me sentía cansada pero tan feliz con todo lo que había hecho que no me podía ni quejar de que una gran parte de mi no se quería ni mover de debajo de la ducha y que quería dormir hasta el año que viene, bueno eso sería en un mes pero se entiende lo que quiero decir. Me puse la ropa del club, armé mi bolso y saludé a mis compañeras, el estadio se encontraba vacío y yo con mucha hambre, sueño y buen humor que nadie podía bajarme. 

¿Que poco dura todo, no? Mi humor cambió a los dos segundos después de decir eso, mi vista no sólo se cruzó con la de Tucu que estaba apoyado contra la pared esperándome, sino que también estaba charlando con nada más ni nada menos que Paulo Dybala, y para completar el día, con Antonella también. Mi sonrisa desapareció tan rápido que si no me equivoco todos se dieron cuenta de la tensión en el aire. Quería caminar para otro lado y hacerme la boluda pero no podía porque Tucu tenia que venir a casa conmigo, por ende tenia que ir hasta ahí a saludar a todo el mundo con una sonrisa muy forzada, sin tirarme encima de la imbécil de la novia de Dybala para dejarla sin un pelo en su cabeza porque no me importaba que fuera la novia del otro, me importaba lo que me dijo ayer en la madrugada, y juro por dios que la sangre me hervía. 

Clavé la sonrisa más rara que pueden ver en mi y hablé.

-¿Vamos, Tucu?-pregunté mientras saludaba a Paulo y a la serpiente. 

Tucu asintió y me sonrió. Sabía que estaba incomoda y no entendía muy bien porque pero seguramente me preguntaría camino a casa.

 -Nos vemos mañana, Paulo.-le sonrió Tucu y éste le hizo una mueca. 

Podías cortar la tensión con una tijera. No estaba de mal humor pero no estaba contenta tampoco, quería acostarme a dormir de una vez por todas y que me dejen de joder un ratito. 

No se dijo ni una palabra hasta que llegamos al auto. 

-¿Qué paso ayer?-preguntó Tucu mientras se ponía el cinturón.- Algo bueno no es porque ayer estabas llorando y hoy se notaba en tu mirada las ganas de asesinar a alguien.

Bufé. Tenia que contarle.

-Ayer Antonella me llamó a la madrugada..-hice una pausa mientras frenaba en el semáforo.- Empezó a decirme que Paulo era de él y blablabla, cosas horribles y discutimos claramente. -terminé de decir.- Como Paulo no pasa nada, bah, me siento triste con respecto a él obviamente porque me gustaría poder empezar algo con él pero tiene novia ahora.-detestaba hablar de esto. Me sentía avergonzada. 

Sweet Creature.-Paulo Dybala.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora