Sweet Creature.-Paulo Dybala.

Capítulo 43.

Capítulo 43: Esta noche perdí y no pude volver a sonreír.

Me separé finalmente de Paulo para quedarme mirándolo. Mis lágrimas seguían cayendo de mis ojos al igual que las de él. No podía más. Ahora sí quería dejar de llorar por un tiempo.

Respiré hondo cerrando mis ojos para intentar calmar mi llanto un poco. Me levanté del sillón para caminar hasta la cocina y lavar mi cara con agua unas cinco veces. Podía sentir mis ojos hinchados y mi corazón roto, pero me sentía un poco más liberada que antes. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Qué se suponía era la decisión correcta para lo que estaba pasando?

Pero cuando se trata de él, de Paulo, no tengo ni idea de lo que me pasa o de lo que pienso, simplemente me acuerdo de lo mucho que lo quiero a él. Mi corazón estaba en una batalla de decidir qué carajos hacer.

Volví a mi lugar, Dybala no decía nada pero juraba que estaba pensando en algo, supongo que en lo mismo que yo. Ninguno de los dos dijo una sola palabra pero nos mirábamos fijamente igual lo cual me empezaba a poner un poco nerviosa.

Mi mirada se centró esta vez en la televisión, el living estaba silencioso pero por lo menos teníamos de fondo la serie como para distraernos. No tenía ni la más mínima idea de qué carajos decir en este momento, no sabía si cambiar de tema o si se iba a ir de la casa, no sabía nada, como siempre.

-Creo que mejor me voy para casa.-dijo levantándose de su asiento y mirándome.

Lo miré y me paré con él. Se acercó y me abrazó fuerte. Me apretó contra su pecho, besó mi frente y me lo quedé mirando un rato largo. Lo tenía tan pero tan cerca que no podía no mirar sus labios ni la manera como él miraba los míos. Esto era tan pero tan incorrecto pero mi corazón se moría por hacerlo, por volver a besarlo y sentirlo de nuevo. Lo extrañaba tanto.

Sentí su respiración incluso más cerca que antes, sentí los latidos de su corazón y la forma en la que miraba sin despegar sus ojos de mí. Le sonreí, le sonreí dándole el sí, y accediendo a que finalmente me dé un beso. Sus labios rozaron los míos con tanta dulzura, fue despacio haciendo que me envuelva en sus brazos para finalmente profundizar el beso que nos estábamos dando, lleno de tantas cosas, lleno del sentimiento de extrañar, de que lo necesitaba un montón y lleno de amor, Paulo tenía todo mi amor. Se sentía tan correcto ahora, estaba casado pero yo lo quería, pero él me quería a mí también. Sin más se separó de mí, y me miró.

-Es que te quiero tanto.-me susurró.

Sabía que yo no podía volver a pasar por lo mismo con él, salir a escondidas, las peleas constantes y todo ese quilombo, sabía que eso no podía funcionar para mí.

Me atacó el sentimiento de querer llorar de nuevo, y me separé de él mientras ponía las manos en mi cara frustrada, y con un par de lágrimas saliendo de ella, estaba exhausta de esto, de todo esto. Paulo sacó las manos de mi cara y me miró, me abrazó de nuevo en busca de consolarme pero me hizo llorar aún más.

-Vos estás casado con ella, Paulo.-le dije de una mientras mi voz quebrada empezaba a aparecer.

-Pero yo te quiero a vos.-me contestó él de la misma forma.

Me solté de su agarré y me lo miré fijo.

-Pero vos estás con ella.-contesté firme.- Por más de que vos me quieras a mí, y de que yo te quiera a vos, no puedo volver a pasar por lo mismo, no puedo volver a estar en el medio de dos personas, no quiero.

Paulo agachó la cabeza.

-Tenes razón.-me dijo mientras se sentaba.- Siempre hago todo mal y terminas llorando vos.-dijo en una risa amarga llena de llanto.