Capitulo 18

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Cuando iban subiendo por las escaleras, se encontraron con el vecino de antes, que se había quedado esperando en la puerta para ver si volvía a ver pasar a su vecinita tan ligerita de ropa. Pero cuando la vio subir, con la ropa ya acomodada y sobretodo, agarrada a un hombre alto y fuerte, no puedo hacer más que meterse a su casa rápidamente.

Diego: Qué le ocurre a ese hombre? Parece que vio al demonio! -extrañado por el comportamiento del hombre.

Roberta: -apenada- ay mi amor... ps qué crees... saliste corriendo y... yo detrás tuya... me tuve que ir vistiendo por las escaleras... no me fijé mucho en quien había ni nada, pero supongo que... me vio... -estaba sonrojada, realmente no se había dado cuenta, había bajado a toda prisa con el único pensamiento de encontrar a Diego y poder arreglar todo.

Diego: Qué!? -ella se asustó por la cara que puso, parecía que iba a empezar con un ataque de celos o de rabia porque ese hombre había visto casi encuerada a su mujer, pero en cambio... se echó a reir- jajajaja mi loquita...

Roberta: -le pegó suavemente en el pecho- menso fue tu culpa -lo miraba seria intentando aguantar la risa pero no se contuvo y rieron un rato los dos, hasta que llegaron a su departamento.

Entraron y se sentaron en el sofá, abrazados, Roberta con la cabeza recostada en el pecho de Diego y él abarcándola con sus brazos y apretándola hacia él para que no se le volviese a escapar.

Se miraron a los ojos un instante y Roberta rompió el silencio.

Roberta: Sabes que eres un menso chiquito... -no era un tono de reproche, ni mucho menos de pelea, lo decía con una sonrisa de enamorada en la boca.

Diego: Lo sé... debí haberte escuchado antes... por mi culpa hemos estado separados sin razón... por mis estúpidos celos y mi orgullo... -la atrajó más hacia él, cosa casi imposible pues Roberta casi ni podía respirar ya, pero a ella eso no le importaba, al contrario, ella lo abrazaba con la misma intensidad- ....pero te amo... (beso) .... te amo (beso)... te amo (beso)...

Roberta: Yo también te amo... (beso) y tú no tienes la culpa bebe... los dos somos unos tercos... (beso) pero sólo quiero que sepas que por muy difícil que sea... tienes que confiar siempre en mí... en nuestro amor... si monstruito? -se acercó y le dio un beso con más intensidad que los anteriores, cuando se separaron notaron en la mirada del otro el brillo de la pasión que surgía entre los dos.

Diego: -la fue recostando en el sofá hasta quedar encima de ella- sí... pero dime tú qué hubieras hecho si te llama... no sé, por ejemplo Solecito y te dice alguna de las suyas, eh?... -dicho esto le empezó a besar el cuello lentamente.

Roberta: -estremeciéndose con lo que le hacía, a la vez que intentaba concentrarse para contestarle- Pues... pensaría que es una loca... vieja ofrecida... que vive en un sueño... -gimió suavemente al sentir como Diego succionaba levemente en su cuello- ...que hace tiempo que no pisa el mundo real... desde el preciso momento que dijo que era top model jajajaja no manches!...

Diego: -también se rió pero añadió en tono serio y reciminatorio- Roberta... la verdad

Roberta: Cómo? Yo digo siempre la verdad! -finalmente cedió ante la mirada de Diego- Ah sí bueno está bien. La agarraría de los pelos y la molería a golpes para que dejase de inventar. Y a ti Dieguitoooooo......

Diego: A mi qué? -poniendo cara de inocente- Yo qué hice! jajaja

Roberta: Tú también recibirías lo tuyo... por darle pie a montarse sus fantasías...

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