Capitulo 39

774 51 2
                                        


Diego, inmóvil, miraba como los médicos se llevaban a Roberta de la habitación. Sólo se oían los gritos y maldiciones de Roberta y el ruido de las ruedecitas de la camilla alejándose cada vez más. De repente un grito de alguien que acababa de entrar a la habitación lo sacó de sus pensamientos.

Enf: EY! Qué hace ahí paradoo!! Su esposa lo necesita para traer a su hija al mundo!!!!!

Su hija. Las dos palabras más bonitas del universo. Bueno, aunque "su esposa" tampoco se quedaba atrás. Reaccionando, Diego salió corriendo detrás de la enfermera, hasta llegar donde estaban Roberta y los demás médicos.

Roberta: VEN ACÁ BUSTAMANTE!!!! -Diego se acercó y ella lo atrajo cogiéndolo del cuello de su camisa intimidándolo- MIRA COMO ESTOY POR TU MALDITA CUUULPA!! TU TENDRÍAS QUE PASAR ESTE DO.AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHH.LOOOOOR....

Diego: Tranquila mi amor... te amo -con miedo se acercó y besó su frente.

Roberta: -comenzó a llorar- AAAAAAHHHHHH ESO NO ME SOLUCIONA ESTE DOLOOOOOOOOORRRRR......... AAAAAAGGG TE ODIOOOOOOOOOO -dicho esto los médicos la llevaron hasta paritorios.

Enf: Vamos señor no se quede otra vez ahí paradote!!!!! -empujándolo- Pase aquí, le daré una bata para que entre.

Diego: Entrar? Con Roberta? -bufó- Ha visto cómo está? Ahí dentro hay bisturís y más cosas punzantes... Lo siento pero le tengo aprecio a mi vida

Enf: OH DIOS PORQUÉ A MI! -gritó mirando al techo- A ver señor -comenzó a ponerle la bata- si lo dice porque le ha dicho que le odia...

Diego: No, no, si eso no me preocupa, me lo ha dicho tantas veces... -dijo sonriendo ante la atónita mirada de la enfermera- Pero ha visto la mirada inyectada en sangre que tenía? Me da miedo.

Enf: Hombres! -mientras ataba la bata por detrás- Verá señor, yo no puedo obligarle. Pero su mujer seguro que sí lo haría. Además, si no entra se va a arrepentir siempre, porque la que va a nacer es su hija, su mayor tesoro, el mayor regalo que le pudo haber dado la vida... y usted no va a estar ahí para recibirla? para ser una de las primeras personas en ver su dulce carit... ESPERE SEÑOR!!!! -al ver que Diego corría hacia dentro- Le falta esto -le tendió una mascarilla y un gorrito del mismo material que la bata.

Diego: Gracias -se lo acabó de poner y entró, lo que vio le mareó pero fue más lo que oyó lo que casi hizo que se desmayara...

Med: VAMOS ROBERTAA!! YA VEO LA CABECITAAAAA!

Haciendo acopio de sus fuerzas, se acercó lentamente hacia Roberta que estaba roja y sudorosa y que trataba de hacer las respiraciones pausadas como le indicaba el médico. Acarició su mano y ella la apretó con todas su fuerzas dirigiendo otra de sus miradas asesinas al Frascodeespermatozoides Bustamante.

Roberta: Bustamaaanteeee..... -dijo entredientes soportando el dolor- te odddiooooo.....

Med: Vamos Roberta respira, sólo un empujón más... con todas tus fuerzas...

Roberta: AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHHH -gritó, al mismo tiempo que Diego hacía lo mismo del dolor que le producía su mano aprisionada por la de Roberta.

Cuando Roberta despertó, lo hizo tumbada en una cómoda cama, le daba la impresión de haber dormido durante días. Miró a su alrededor y todo estaba repleto de ramos de rosas, centros de flores, y sobretodo... la especialidad de Bustamante: globos. En unos decía Te amo, en otros Lo siento, y en otros Felicidades es una niña. "En serio? Vaya notición", se dijo riendo.

Pero a parte de eso, la habitación estaba vacía.

Roberta: Dónde estás Dieguito -se dijo frunciendo el ceño. Se giró para apretar el botón que llamaba a la enfermera, pero no le dio tiempo, en ese momento se abría la puerta y aparecía la imagen más linda, hermosa, tierna del mundo mundial. Tanto que a Roberta se le aguaron los ojos y las lágrimas amenazaban con salir a raudales.

Diego: Shh no llores. Es que no te quería despertar pero aquí alguien tiene hambre... -se acercó a ella y se sentó a su lado en la cama- Te presento a Lucía, mi amor -dijo mientras inclinaba el bulto que llevaba en sus brazos hacia ella.

Las lágrimas en ese momento se hicieron dueñas de Roberta. Cogió a su bebita y la acunó entre sus brazos. Era tan pequeñita, tan tierna... quería estrecharla entre sus brazos pero parecía tan frágil como una muñequita de porcelana.

Roberta: Parece una muñequita... -entre lágrimas.

Diego: Es tan preciosa como su mama -dijo limpiando sus lágrimas con el pulgar.

Roberta: Lo muñequita lo sacó del papito -sonrió- Te amo

Diego: Sí? Hace unas horas me odiabas y me querías hacer no se qué cosas muy feas... -dijo haciendo pucheritos.

Roberta: -rió- Uy shii? Lo siiento bebee -dijo hablando como bebe- Me das un beshito?

Diego: No -serio- ... miles -sonrió y la besó tiernamente- Te amo hermosa

Roberta: Y yo muñequito -miró a Lucía que los miraba con los ojos muy abiertos- A ti también muñequita.. -besó su frente con delicadeza- No estás muy despierta mi amor?

Diego: Sí. Hace rato que está despierta. Eres tú que eres una dormilona pero ella ya no quería esperarte más por su comida

Roberta: Llevo mucho dormida?

Diego: Hmm... Si cuando nació eran las 6 de la tarde... y mira que horas son ya, la 2 de la madrugada. No te queríamos despertar, pero Lucía no espera. Es terca como su madre -añadió riendo.

Roberta: -le dio un golpecito en el pecho- No te metas con mi muñequita -miró a la bebita- A que no?... Vamos a echar a tu papi de la cama si sigue así, a que shiii? -tocó suavemente su naricita y la niña abrió la boca- Vaya, si que tienes hambre! jaja

Diego: Te lo dije! -sonrió y besó sus labios con ternura. Dejó espacio a Roberta para que le diese de comer y fue a por su cámara y comenzó a hacer fotos por todos lados.

Roberta: Diego la vas a asustar con tanto flash. Me estás dejando ciega a mi! -dijo frotándose los ojos.

Diego: Perdón! Sólo una más! -dejó la cámara en los pies de la cama y la puso en automático, presionó el botón y fue corriendo a sentarse al lado de sus dos mujeres, pasó un brazo por encima de sus hombros y sonrió- Lucía sonríeeee

Roberta sonrió ante tal comentario y el resultado fue la foto de la familia Bustamante Reverte sonriendo con su retoño en brazos. Al cabo de 3 días las dos fueron dadas de alta, Diego había conseguido un bonito apartamento cerca de la playa, al ser tan pequeñita no querían marearla con un viaje hasta México.

Los días dieron paso a semanas, éstas a los meses, y éstos a los años... 

RecuerdasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora