Las parejas se dirigieron a sus autos y quedaron de verse en casa de Giovanni. Diego seguía el coche de Miguel pues no sabía dónde estaba la nueva casa de Giovanni, además, con tantas giras, pasaba mucho tiempo fuera de casa y era difícil ubicar a su loco amigo en un lugar concreto.
En el coche de DYR
Roberta: Por fin vamos a ver al "Gran Giovanni" -dijo con sorna. Diego la miró extrañado- Qué pasa? jaja Es verdad. Al fin el único que triunfó es él, quién lo iba a decir no?
Diego: Vaya, gracias por la parte que nos toca al resto de fracasados
Roberta: Bebeee, sabes que no lo digo por eso -le sacó la lengua.
Diego: Pues explícame porqué ¬¬
Roberta: Lo digo porque el único que llegó a hacer algo en la música es él -dijo un tanto nostálgica- RBD desapareció cuando yo...
Diego: Algún día tenía que acabar -dijo sin dejar que ella acabara su frase.
Roberta: Ya... supongo -y se dispuso a mirar por la ventanilla pensando en qué hubiera pasado si nunca se hubiese ido, si nunca hubiese dejado a Diego. Posiblemente RBD habría triunfado ya que en el tiempo que duró, hicieron numerosas giras y tenían un público fiel y entregado que no les hubiera dejado caer nunca. Siguiendo con las suposiciones, si no se hubiese ido, no hubiera tenido ese trágico accidente que le privó de sus recuerdos durante un largo tiempo. Y si nunca hubiese dejado a Diego... quién sabe. En un año podían haber pasado tantas cosas... tal vez estarían ya casados... hijos tal vez...
Diego: Llegamos -aparcó el coche y volteó a ver a Roberta que seguía ensimismada mirando por la ventana- En qué piensas? Has estado todo el camino en silencio...
Roberta: -salió de sus pensamientos y sólo negó- No... nada... tonterías.
Los dos se dirigieron de la mano junto con Mia y Miguel que ya los esperaban en el portal de un lujoso edificio. Se encontraba en uno de los barrios más selectos de México, ahí vivían jugadores de fútbol, presentadores de televisión,... y estrellas musicales como era Giovanni.
Roberta: Orale! Creo que me equivoqué de amigo! -refiriéndose a Diego después de ver el asombroso edificio donde vivía Giovanni.
Diego: Ah sí? Pues ya estás tardando -dijo medio molesto y celoso.
Roberta: De verás, tengo tu santo permiso para irme con Giovanni? -se acercó y acarició lentamente su pecho- No tienes sentido del humor -y le dio un besito tierno en los labios.
En eso, salía del edificio una hermosa mujer rubia con un cuerpo escultural, curvilíneo, de generosos pechos y que vestía un atrevido vestido rojo que hacía resaltar aún más su espléndida figura. Los chicos quedaron embobados mirándola y ella, al notarlo, les guiñó un ojo y pasó rozando a Diego al irse.
Roberta que seguía pegada a Diego, le dio un golpe en el pecho empujándolo. Él la miró divertido.
Diego: Qué pasa chiquita? -agarrándola por la cintura- No tienes sentido del humor -la imitó.
Roberta: Tú lo que no vas a tener son dientes si sigues así -y entró al edificio sin esperar a nadie.
Mia: Y tú también charrito montaperros, ni creas que no te vi, baboso -siguió a Roberta.
Miguel: Pero Mia...!! -miró a Diego que miraba la situación divertido- Tú de qué te ríes tanto? No ves que contigo también fue?
Diego: Ay ya se les pasará! Ellas hacen lo mismo, o peor. Vamos dentro -se metió las manos en los bolsillos despreocupadamente y entró por donde minutos antes habían pasado Mia y Roberta- Pero qué....? -dijo sacando algo de su bolsillo.