Diego se despertó sobresaltado, había soñado con Roberta... otra vez. No había parado de hacerlo desde que se marchó y en todos ella aparecía en frente suya y repetía, riéndose, las mismas palabras que le habían arrancado el corazón un año antes, mientras le repetía que no le amaba y que nunca lo había hecho.
Pero lo que soñó esa noche no era como los de siempre... Él se veía sentado en un banco de un parque mirando pasar la gente y de repente aparecía Roberta feliz y sonriente acompañada de un hombre que él no podía ver, puesto que estaba de espaldas. Diego intentaba llamarla pero ella no se giraba, y corría y corría pero nunca lograba alcanzarla.
Diego decidió no volver a pensar en aquel sueño y se fue a la ducha. Lo cierto es que la idea de que Roberta andara con otro chavo le destrozaba. Recordaba los intentos de Miguel y Giovanni para que conociera "pollitas" y se divirtiese como en los viejos tiempos. Él lo había intentado pero no podía quitarse a Rob (que así la llamaba él) de la mente, ... ni del corazón...
Ese día había quedado con Miguel para comer y pasar la tarde juntos, más tarde irían a la reunión de antiguos alumnos. Tuvo que esperar 10 minutos a Miguel pero era poco para ser él, sonrió a su amigo y dijo:
Diego: Tú siempre tan puntual, mi rey.
Miguel: Hola Dieguito, yo también me alegro de verte jajaja Lo siento, ya tú sabes que Mia era la que controlaba que llegara de hora a los sitios, y ahora... -puso cara de bebe abandonado.
Diego: Ay tú siempre tan meloso, eres un intenso. Mia aquí, Mia acá -dijo en tono de burla- Desde que se trasladó te la pasas en babia pensando en ella y si no, hablando con ella por teléfono. Apuesto a que hace menos de 5 minutos hablaron...
Miguel: No te paseees... Pero es cierto jaja me llamó cuando venía de camino para acá. Me dijo que ya tomaba el avión para venir a la reunión de ex alumnos del EWS, me dijo que traía una sorpresa
Diego: Cuál sorpresa?
Miguel: No sé, no me dijo, espero que sea un conjuntito bien hot para su gatito lindo -dijo con ojitos brillantes, deseoso de Mia.
Diego: jajajaja Ya me contarás entonces.... Bueno vale, no me cuentes -viendo la mirada que le dirigía Miguel- Tranquilo, no tengo interés en Mia... Por cierto... sabes algo de...
Miguel: de Roberta? -sabía perfectamente quién lo tenía en ese estado- No wey... no sé nada...
Diego: Pero tú novia vive con ellos, o no? Es que... no sé... cuando se fue hablabamos cada día... ella decía que no quería perder el contacto... aunque fuese telefónico pero... un día dejó de hacerlo... Tal vez tú puedas pedirle a Mia... -en tono suplicante.
Miguel: Está bien, le preguntaremos esta noche vale?... -intentando cambiar de tema- Ahora que te parece si vamos a comer algo? Traigo un hambree....!!
Diego: Vale, vale - se le iluminaban los ojos sólo de pensar que quizás esa misma noche sabría de ella.
Comieron y fueron a pasear un rato, miraron tiendas, y cuando se hizo la hora fueron al aeropuerto a buscar a Mia. Algo más les esperaba.
En casa de Roberta todo eran gritos de nerviosismo y pasos de aquí para allá. Definitivamente su hermanita Mia se volvía loca.
Roberta: Ya Mia, para! -gritando.
Mia: Lo siento Roberta, pero estás bien verdad? -preocupada.
Roberta: Sí, la que no está bien eres tú, no paras quieta!
Mia Es que acabo de hablar con Miguel... es tan lindo... ay -se quedó embobada como siempre que pensaba en su gatito- Vale, ya paro tranquila -dijo viendo la cara de su hermana.
Roberta: Así está mejor. Cuando dijiste que nos íbamos? Yo ya tengo mi maleta lista
Mia: Pues tenemos que salir ya! Yaa! Pero no encuentro mi tang... mi... digo, mi cepillo de dientes. No puedo irme sin él.
Roberta: Ay Mia ya apúrate, perderemos el avión. Y a qué dijiste que teníamos que ir?
Mia: Ay Roberto, ya te dije cien mil veces!! -pensó mejor y dijo- ay... perdón Roberta, qué bruta... perdóname si? - Roberta asintió y ella sonrió y continuó- Pues bien, vamos a la reunión de ex alumnos de EWS y a ver a mi noviecito lindo... -embobada otra vez.
Roberta MIAAAAAAA vuelve a la tierra ya por favor jajajaja Va, vámonos!
Llegaron a México en unas horas, el viaje desde Nueva York se hacía muy pesado para Roberta, pero Mia ya estaba acostumbrada de tanto ir a ver a Miguel y disfrutó del viaje pensando en él. Mientras, su hermana no sabía qué le esperaba, no sabían a quién vería.
