Las puertas que daban a los quirófanos se abrieron de golpe empujadas por un joven ensangrentado. Diego lo reconoció como el chico que había visto antes, el supuesto asesino. Llevaba un bisturi manchado de sangre en la mano y, al abrir las puertas, se habían escuchado los gritos que provenían del interior. Diego fue a levantarse pero uno de los hombres lo cogió del hombro y lo sentó bruscamente. Miró a su alrededor y vio a Mia con los ojos desorbitados. Pasó un brazo por sus hombros para tranquilizar el miedo que veía en sus ojos. Mia lo miró mientras unas lágrimas silenciosas comenzaban a recorrer sus mejillas
Mia: Die..Diego..
Diego: Tranquila Mia, Roberta y Lucía van a estar bien de eso me encargo yo. Ya verás como se me ocurr..
Mia: No!... Diego... Él.. -miró hacia el hombre que acababa de salir de quirófano y en ese momento discutía con los hombres de León que no le dejaban salir- Él...
Diego: Tranquila no te va a hacer nada... Aquí estamos Miguel y yo, tú no tienes porqué preocup...
Mia: Es... es...
Diego: Mia...
Mia: -volvió a mirar a Diego- Es Alejandro -y ya no pudo contener más el llanto.
La confusión dejó paso a una oleada furiosa en el cuerpo de Diego. Había entendido bien?
Diego: Mia qué dices?
Mia: Él es... es Alejandro... Diego no dejes que le haga nada a Roberta... -Diego la abrazó y miró a Miguel que estaba en la otra punta de la sala y no le dejaban moverse. Le habló a uno de los hombres- Perdone. Puede ir ella con él? -señalando a Mia y a Miguel- Se encuentra mal y...
Hombre: Quién te crees que soy? Un alma caritativa? -entre incrédulo y divertido.
Diego: Pero... -Mia lloró más fuerte mientras él la abrazaba fuerte contra su pecho.
Hombre2: -hablándole al otro hombre- Ya déjalo. Qué más nos da si la escuincla se va con aquel -levantó con fuerza a Mia del hombro y ordenó- Camina -la llevó hasta donde estaba Miguel y los dos se abrazaron fuerte, llorando juntos.
Diego observó la sala. Prácticamente no había nadie más que no fuesen ellos, sólo un niño de unos 10 años acompañado de la que parecía ser su abuela, los dos abrazados mirando asustados la escena. Diego sintió lástima, ellos no tenían la culpa. Ninguno de ellos. Sólo él. Se entregaría y podría dejar que se fueran todos los demás.
Hombre: Ey ey ey Dónde se supone que vas? -dijo poniendo su mano en su pecho al verlo levantarse.
Diego: Mi padre me quiere a mi. Así que a mi me tendrá. Pero a mi sólo. Que deje salir a toda esta gente.
Hombre: Y tú crees que somos los genios maravillosos de la lámpara y te vamos a conceder el deseo? Hazme el favor, siéntate y no vayas de héroe -dijo mirándolo con desprecio.
Hombre2: -de nuevo interviniendo, alejó un poco a su compañero para hablar con él- A ver Pancho, el jefe con quien tiene problema es con este escuincle que tiene por hijo! Bueno y con su novia, pero de ella ya se está encargando personalmente.
Pancho: Ya lo sé, Hernán... estaba furioso... Cuando se enteró que el españolito había fallado quiso matarnos a todos.
Hernán: Sí, y no nos conviene estar a mal con él ahora que está recuperando todo su poder, a que no?
