Capitulo 19

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Mientras, Diego y Roberta llegaban fuera del edificio agarrados de la mano pero sin atreverse a voltear. Su reconciliación era reciente aunque ya se habían comido literalmente a besos, con la posterior interrupción por parte de Mia y Alma.

Diego aún intentaba asimilar lo ocurrido, puesto que ese mismo día se había levantado con intenciones de localizar a Roberta, ni siquiera guardaba esperanzas de llegar a verla... y ahora... ahí la tenía, de su mano, sonriente. Llegaron hasta el coche de Diego y antes de subir dijo

Diego: Tienes algo que hacer... hoy...? -preguntó nervioso.

Roberta: No... de hecho tenía unos planes pero ya no son necesarios -dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Diego: Seguro? Bueno... por mi no te preocupes si tienes algo que hacer... Digo, por algo tuviste que haber vuelto a México no?...

Roberta: Sí... por verte a ti -concluyó dándole un abrazo fuerte- Sólo a ti -repitió rozando sus labios con los de Diego a la vez que éste le pasaba sus brazos por la cintura atrayéndola más hacia su cuerpo.

Diego: Sí...? -dijo dándole pequeños besitos- entonces no sé qué podríamos hacer...

Roberta: No... (beso)... yo tampoco... (beso) -dicho esto pasó sus manos por su nuca para hacer el beso más profundo.

Con sus lenguas exploraban un territorio ya de sobras conocido para los dos pero del cual no se cansaban nunca. Sus labios parecían hechos a medida para besarse. Con sus diferencias, con sus defectos y sus virtudes... eran el uno para el otro. Daba igual que muchas veces se sacaran de quicio porque el amor SÍ que basta y con sólo una mirada podían arreglar todas sus diferencias. Perdiéndose en sus ojos, en sus brazos... entregándose el uno al otro en cuerpo... y alma.

Pero como todo lo bueno se acaba, Diego aprovechó tantito que se separaron para coger aire y mirándola fijamente a los ojos dijo

Diego: Me acompañas a un sitio?

Roberta: A qué sitio...? -preguntó ilusionada imaginándose ya un lugar precioso, una casita blanca hermosa en una playa de arena blanca con el mar de aguas cristalinas de fondo... pero Diego la sacó de sus pensamientos.

Diego: A la oficina -anunció- Necesito avisar de que hoy no pienso ir a trabajar... -pero viendo su cara de decepción, preguntó riendo- .... Qué estabas imaginando?

Roberta: Nada, idiota -se soltó de su abrazo medio enojada.

Diego: -la miraba divertido- y yo qué hiceee! -poniendo cara de inocente- prometo que algún día no muy lejano iremos al sitio que estabas imaginando...

Roberta: Sí? -volvió a abrazarlo- Sólo que... tendrás que adivinarlo -sonrió.

Diego: No tengo ningún problema para eso, mi querida Robertita... Conociéndote como te conozco... debía tener algo que ver con la playa... -ella se lanzó a su boca dándole millones de besitos- Eso (beso) es (beso) que acerté (beso) jajajaja

Roberta: Puede ser -comenzando a bajar sus besos por el cuello de él.

Diego: Ahora que pienso...

Roberta: Piensas? -alzando el rostro para verlo

Diego: JA JA! Siempre igual... bueno. Pues me acabo de acordar que Giovanni me dijo que estaba de gira en la ciudad y me avisó para cenar hoy todos juntos... yo le dije que no pero... ps igual sí que podríamos ir, no?

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