Los cuatro comieron juntos en la casa que Mia y Miguel habían comprado después del nacimiento del bebe. Estuvieron un rato más y Roberta comenzó a sentirse mal y decidieron volver al depa para que descansase un rato.
Roberta: Diego no soy una inválida -dijo saliendo de la habitación para encontrarse a Diego viendo la tele en la sala.
Diego: Quieres volver a la cama? -se levantó y la cogió suavemente de la cintura para llevarla de nuevo- El médico dijo que reposaras y tú aquí de palique -ya habían llegado a la habitación y le ordenó- A la cama, Roberta
Roberta: Hmm... no
Diego: Roberta no seas niña chiquita. A la camaaaaaa
Roberta: mmm.... vienes conmigo? -pasó un dedo por la mejilla de Diego lentamente bajando por su cuello pasando por su pecho y hasta casi llegar al elástico de los pantalones que llevaba, pero él la detuvo.
Diego: Roberta por favoor.... a dormir -dijo cuando ya salía de la habitación entre suspiros.
Roberta: Pero tú no vienes?
Diego: Sí, ahora iré... -dijo elevando el tono de voz pues ya estaba en el pasillo dirección al baño- necesito una ducha... -dijo un poco más bajo, pero aún así Roberta lo oyó y estalló en carcajadas.
Roberta: uuuuuy qué rapidito mi bebe
En realidad, ella estaba igual que él, pues durante el embarazo prácticamente no habían tenido relaciones y deseaba volver a sentir su cuerpo contra el suyo, sudando, temblando de placer.... pero ni modo, Lucía siempre pataleaba en cuanto notaba un poco de acción.
Mientras Diego se duchaba, Roberta fue a la cocina a por un vaso de agua ya que seguía encontrándose mal pero no quería preocupar más a Diego. Bebió un sorbo de agua pero no le dio tiempo a más pues la vista se le nubló y poco a poco todo iba pareciendo muy lejano, el ruido de la tele encendida en el salón, el ruido de la ducha... y el ruido que hizo su cuerpo al chocar contra el suelo cuando se desmayó.
Pasaron unos minutos más y Diego salió de la ducha ya vestido y no oyó a Roberta así que se imaginó que por una vez en la vida le habría hecho caso y estaría durmiendo tranquilamente. Fue a la sala, se sentó en el sofá para seguir viendo tv pero le entró sed y fue a por un refresco a la cocina cuando se encontró con Roberta en el suelo y una pequeña mancha de sangre en sus pantalones.
Diego: ROBERTAAAAAAA -gritó desesperado, se arrodilló a su lado y la llamó varias veces por su nombre para que reaccionase, pero nada- Roberta por favor contestame!! -fue corriendo hasta la sala, donde estaba su cel, y llamó a una ambulancia- Sí señorita es urgenteeee! ... Sí, claro que sí!! .... No, señorita, quiero la ambulancia ya! Luego me pregunta todo eso! ... Que sí! ... Ok!
A los 10 minutos apareció la ambulancia y los sanitarios se llevaron a Roberta en una camilla, Diego fue con ella en todo momento, pero seguía inconsciente. Llegaron al hospital 30 minutos después porque habían pillado un atasco formado por un gran accidente entre un camión y 2 coches. Había 4 muertos. Tres de ellos menores de edad.
La mente de Diego no descansaba. La vida pasaba tan rápido... Se dice que cuando estás a punto de morir tu vida pasa como diapositivas por tu mente, pero aunque en este caso era Roberta la que peligraba, a Diego le vinieron a la cabeza miles de recuerdos, con y sin ella. Porque su amor siempre había sido de aquellos de "ni contigo ni sin ti". Al principio se habían odiado, se habían hecho todo tipo de "jugarretas", pero sólo era un pretexto para poder estar juntos. Desde el primer momento en que se vieron, algo especial crecía entre ellos, que por su orgullo no identificaron hasta mucho tiempo después.