Miguel: CUIDADOOOOOO DIEGOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!! -corrió hacia él al ver como Alejandro se había deshecho de los hombres con la confusión del momento y se había lanzado hacia Diego bisturí en mano.
Pero al parecer habían reaccionado tarde y Diego yacía en el suelo agarrándose el costado, se miró las manos llenas de sangre y miró a su padre con miedo y lágrimas en sus ojos.
León: DETÉEEEEENGAAAANLEEEEEEEEEE!!!!!! -gritó a sus hombres para que agarraran a Alejandro que había salido corriendo por los pasillo adentrándose en el hospital. Miró a Diego de nuevo- Hijo vas a estar bien... ya verás... MIGUEL!
Miguel: Si, señor...?
León: Ves a buscar a un médico, rápido!!!! -Miguel se fue- MARTÍN!!!!
Martín: Qué quieres León? -dijo frío, él no se había creido toda esa patraña, Bustamante era capaz de todo con tal de conseguir su objetivo...
León: No me veas así. Tu hija está en la habitación 315, mis hombres te acompañarán. No quiero que ese desquiciado le haga algo a mi nieta -habló a 3 de sus hombres- FERNÁNDEZ!.. MONTERO!.. PÉREZ! Vayan con él. Si algo le ocurre a mi nieta -miró a Diego echado en el suelo, débil, y añadió- o a mi nuera... y les va a faltar tierra para esconderse! se los aseguro!!!
Martín: Vamos -salió decidido hacia las habitaciones seguido por los hombres.
Una vez se fueron los demás, se quedaron padre e hijo solos, aunque aún quedaban algunos hombres pero estaban alejados de ellos, Diego miró a su padre una vez más y cerró los ojos. León lo tambaleó intentando despertarlo pero fue inútil. Desesperado miró a su alrededor y en ese momento llegaban Miguel y dos médicos.
León: A qué esperan!!!!!! Hagan algoooooooooo!!!!
Dos horas después, el hospital había vuelto medianamente a la normalidad. La policía había llegado en cuanto los médicos levantaban a Diego, pero en cuanto el orden estuvo establecido, se fueron, ya que Diego no quiso poner una denuncia en contra de su padre. Durmieron a Diego y revisaron su herida, era profunda y escandalosa por la sangre que perdía, pero no grave porque no afectó a ningún órgano vital, igualmente tendría que quedarse un par de días en observación debido a la sangre que había perdido. Esa noche durmió como un bebe por la sedación que le habían puesto para que no notase el dolor de la herida.
Al día siguiente, Diego despertó confundido sin saber donde estaba ni cómo había llegado hasta ahí. Miró a su alrededor y no reconoció la habitación, quiso incorporarse pero el dolor en el costado le hizo retroceder. Una voz ronca y visiblemente cansada rompió el silencio.
*** Cómo te encuentras? Estás bien? Quieres que llame a la enfermera? Porque yo... -pero Diego interrumpió.
Diego: Papa!?
León: Sí, soy yo. Qué tienes, porqué me miras así?
Diego: .... -lo miró incrédulo y comenzó a tener consciencia de todo lo que había pasado horas atrás- No declaré en tu contra así que ya te puedes ir..
León: Noo, yo quiero quedarme -Diego lo miraba y no reconocía a su padre, será que León Bustamante había cambiado?- Además envié a tus amigos a sus casas para que durmieran un rato y como Roberta aún no está bien pues yo te cuid...
Diego: -interrumpió- Roberta! Cómo está Roberta!
León: -sonrió, definitivamente sí había cambiado, no era una de sus típicas sonrisas cínicas, sino una sincera y, porqué no?, también alegre- Tranquilo. Hace un rato vino la enfermera pero como no te encontró despierto me dijo que ella ya había despertado pero no le habían contado nada de lo sucedido para no alarmarla ya que su estado aún es delicado.
