The Flesh Curtains [Rickorty]

Capítulo 1 - Detonante

• Dimensión N° S-004

Atravesó el portal cruzado de brazos, había estado a punto de morir hace unos momentos de no ser porque Rick lo salvó –como siempre– de una muerte segura en el último momento, en el maldito último momento. Eso era tan Rick. Morty estaba harto, agradecía que lo salvaran, claro que lo hacía ¡pero esto era diferente!

— ¡Maldición Morty! P-pequeña -burp- mierda, casi haces que nos maten —Bebió de la botella de cerveza que llevaba en la mano.

— ¡Y-ya estoy jodidamente harto de toda tu mierda, Rick! —Respondió haciendo puños sus manos. Hablaba entre dientes.- ¡Yo estuve a punto de morir!

Ninguno de los dos se dió cuenta que ya estaban en el garaje, discutiendo en el siempre aparente laboratorio de Rick. Rick se masajeaba las sienes con molestia intentado soportar la irritante voz con sus quejas, que salían una detrás de otra sin parar. Le iba a dar una jaqueca para este ritmo. Volvió a sorber de su botella intentando ignorar todas sus quejas.

— ¡No soy tu estúpido escudo humano, Rick! ¡Estoy harto! —Se agarró la cara, como queriendo arrancarse la piel de esta.

Rick, Rick, Rick... Solo lograba escuchar eso cada vez que finalizaba una queja tras otra, sin poder soportarlo arrojó la botella contra el suelo. Los pedazos de cristal y el líquido se esparcieron por todo el suelo y solo el ruido de la botella haciéndose pedazos hizo callar a Morty de una buena vez. Rick frunció el ceño y miró a los ojos a Morty, este le sostuvo la mirada con la misma molestia.

— ¿¡Te puedes callar de una maldita vez?! ¡Hazle un favor a toda esta familia y cállate, bastardo! ¿C-crees que me importa como te sientes al respecto? —Morty quería dejar de mirarlo a los ojos.— ¿¡Crees que no estoy cansado de toda tu puta mierda?! —Siguió gritando sin eructar una sola vez, su voz sonaba arrastrada y muy molesta.

Esta vez parecía ser una pelea completamente diferente a las anteriores. Parecía ser una más seria, una más fuerte. Y todo le dolía cada vez más a Morty, sin poder contenerse, las lágrimas comenzaron a salir sin detenerse. Rick hizo una mueca burlona y soltó una fuerte carcajada.

— ¿Y-y -burp- sabes qué? ¡Lame mis bolas, hijo de perra! —Acercó su rostro un poco al de Morty, casi queriendo escupirle en la cara.

El castaño limpió unas cuantas lágrimas con su brazo y reuniendo el poco valor que le quedaba por enfrentarse a Rick, con la mirada en alto dijo.— Por mi, puedes pudrirte.

Dicho esto, le dio la espalda y salió lo más rápido que pudo de ahí, cubriéndose la boca y sollozando por lo bajo mientras subía rápido las escaleras hacia su cuarto. Este había sido un verdadero detonante, ¿por qué a él? ¿por qué él?