The Flesh Curtains [Rickorty]

Capítulo 8 - Fin

• Dimensión N° E-137

— ¡Morty! ¡Maldición! —Sulem agarró con fuerza el brazo del mencionado.

—¿Qué...? —El mismo aun no salía de la ensoñación hasta que volvió a mirar al escenario y la banda ya estaba retirándose.

—Dios... Por un momento pensé que te habíamos perdido. —Casi reprochó Carlos.

—Es que... ¡Yo tengo que ver a alguien! —Gritó soltándose bruscamente y corriendo lejos de ellos.

—¿Qué mierda le sucede? —Preguntó Bob ignorando que había corrido a quien sabe donde.

—Solo espero que sepa como regresar. —Suspiró preocupada Sulem.

Morty solo quería encontrar a ese Rick, ni siquiera sabía porqué. Él quería jamás volver a verlo, pero necesitaba hacerlo. Se odiaba, se odiaba mucho. Caminó entre los tumultos de gente donde suponía se hacían por alguna razón, pero cuando atravesaba estos no había nada. No sabía por cuanto tiempo había estado buscando, solo que había dejado de correr del cansancio. Se limpió el sudor de la frente y miró a su alrededor.

Estaba perdido.

— ¡Demonios! —Gritó importándole poco sí alguien lo tomaba a loco.

Se apoyó en una pared y se abrazó así mismo. Enserio deseaba, quería y anhelaba encontrar a Rick, a ese Rick, ¿y sí era diferente a su Rick? Parecía demasiado joven como para haber conocido a su abuela o incluso tener a su madre, había tanto que le quería preguntar. ¿El ya habría creado la pistola de portales? En parte se odiaba por ir tras él cuando se suponía que no debía necesitar o querer a Rick de nuevo en su vida, se contradecía tanto su pensar con lo que quería. Estaba confundido, ¿qué había sido eso? Cuando ambos se miraban a los ojos durante el número. Nada de eso salía de su cabeza.

Estaba tan ensimismado en sus propios pensamientos, que no notó como un muchacho completamente desconocido y de porte turbio se acercaba a él, justo con el mismo aura que Mr. Jellybean. Levantó la mirada y su labio tembló.

— ¿Estás bien? —Se acercó un poco.

—Y-yo ya me iba -Soltó una risa nerviosa comenzando a caminar, sí algo había aprendido esa aventura, era no quedarse mucho tiempo ante cosas sospechosas.

Frunció el ceño y tomó la muñeca de Morty.—¿Te vas tan pronto? -Lo haló hacia el para empujarlo contra la pared y acorralarlo.

—Oh, ¡vamos! Solo déjame ir, no le diré a nad... —Fue interrumpido porque el sujeto puso una mano en su cuello, ejerciendo un poco de presión.

—Cállate, no me importa. —Metió lentamente la mano en el short de Morty.

Morty soltó unas cuantas lágrimas, parecía que este iba a ser su fin. Y esta vez, Rick no lo iba a salvar de esta. Nadie lo haría. Este era su fin.