• Dimensión N° E-137
— ¿Y esa mordida? —Morty se llevó la mano al cuello para taparla, sin responder. Sulem decidió cambiar de tema.— Entonces... ¿Que harás? —Preguntó sentándose en el suelo con él, ignorando que no había contestado.
Sacó un cigarrillo.— No lo sé, ustedes ya se van de regreso y yo... Bueno, yo escapé de casa.
Las cosas eran complicadas. El festival había llegado a su fin, todos se iban. Los locales cerraban, los camiones partían y la zona estaba casi desértica. Quedaban muy pocos y entre esos pocos estaban Morty y sus amigos que se preocupaban por él. Sulem debía regresar a casa porque el permiso expiraba ese día, Bob debía una explicación a sus padres por haber faltado a su examen de medicina y Carlos, el trabajaba en un bar y sino regresaba no le volverían a dar días.
Todos tenían un lugar al que ir. Todos menos Morty, que para empezar no era de esa dimensión, su madre ni siquiera nacía y se había acostado con su abuelo. Estaba perdido y muy jodido.
— Podemos darte algo de dinero —Ofreció Carlos.
— No creo que sea una buena idea, es su dinero —Morty se levantó y sacudió su ropa.- Ustedes deben irse ya —Entró al remolque por su mochila.
Sulem miró con amargura el piso.— ¿Estarás bien?
Salió y asintió.— Estaré bien, no se preocupen, me las arreglaré —Se sentía realmente triste. Se sentía solo.— Les extrañaré mucho. -Sintió como Sulem le abrazaba.
Al abrazo se unió Carlos y Bob poco después. Cuando se separaron, no tardaron en irse. Morty solo miró el rastro de humo que dejaba detrás, sintiéndose olvidado. Solo. Esta había sido la mejor semana de -quizás- toda su vida. Ahora solo paseaba por todo el lugar, en donde habían ocurrido los conciertos, la fiesta y todo, cuando llegó al escenario, sabiendo que estaba solo, se subió sobre este a esperar a que alguno de seguridad viniera a sacarlos a patadas.
Y justo eso estaba por ocurrir.
— Joven, ya es hora de que se vaya. —Morty le ignoró.— Disculpe —Volvió a llamar.— Sí no baja de ahí, tendré que bajarlo yo.
El chico de seguridad ya estaba por ponerse en camino para sacar a un Morty perdido en sus pensamientos hasta que una voz se interpuso.
— No lo molestes bastardo, es mi groupie —Esa voz hizo que Morty buscará con la mirada.
— Lo siento, Rick —Se disculpó a regañadientes retirándose del lugar para ir a ver otras zonas.
Y lo encontró detrás de él.— Te salvé el culo de nuevo. —Presumió.
— Gracias —Contestó secamente regresando su vista a la nada.
Rick comenzó a bajar del escenario, pero se detuvo.— ¿Acaso no piensas venir? —Su voz se escuchaba con acidez.
Giró su cabeza para ver a Rick.— ¿Qué?
— Eres mi maldita perra, vámonos —Contestó.— Ven antes de que me arrepienta.
Dando un respingo, casi corrió en dirección a Rick, quien le esperaba con los brazos abiertos. En cuanto llegó, colocó su brazo en la cintura de Morty, este ignoraba el hecho de que esa mano iba bajando hasta meterla con descaro debajo del short que Sulem le había regalado.
— Dejemos las cosas claras. —Morty solo asintió pasando su brazo para abrazar la cintura de Rick para hacer más la cercanía.— Eres mi puta, ¿quedó claro?
— Fui tu puta esta semana, me quedó muy claro —Se burló Morty de lo bajo que había caído.
Rick solo respondió con una carcajada conduciéndolo al bus en el que se irían para seguir con el tour a los demás festivales de música. De una extraña y bizarra forma. Ya no se sentía solo.
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The Flesh Curtains [Rickorty]
FanfictionDespués de una fuerte pelea con Rick, en un arranque de imprudencia, Morty roba una de las pistolas de portales. Acaba en una dimensión donde conoce a un Rick más joven, un Rick Rockstar total, por quien desarrolla un enorme enamoramiento. « A c t u...