Capítulo 40 - El beso, la canción y la relación

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• Dimensión N° E-137

Escuchó el sonido de las sábanas, un golpe y luego un quejido. Con la poca noción que Morty podía tener en la mañana, se levantó, para encontrar a Rick en el suelo, sobando su rodilla. El castaño se arrastró al borde, de manera rápida.

—¿Estás bien? —Se reprendió un poco, quizás Rick pensaría que era una pregunta estúpida.

—Si, no es nada, solo me resbalé.

Dejando de lado su sorpresa inicial, encendió la lámpara para verlo mejor. —Son apenas las 5:00 AM, ¿a dónde ibas? ¿por qué no prendiste la luz?

—Gracias. —Murmuró, levantándose y suspiró, subiendo de nuevo a la cama. —No quería despertarte y bueno- recibí un mensaje, supongo que leí mal.

Sino fuera porque parecía decepcionado, le habría tomado más atención al mensaje. —¿Qué cosa?

—Hoy es el concierto, Morty. —Soltó un ruidoso suspiro, volviéndose a acomodar. —Así que supongo que estoy nervioso. —Admitió finalmente, acostándose y mirando el techo.

Lo imitó. —¿Siempre estás nervioso horas antes del concierto?

Parece que meditó la respuesta. —Siendo honesto, no, es la primera vez que me sucede.

— Oh.

Hubo un silencio, donde ambos estaban despiertos, Morty quería preguntar porqué estaba tan nervioso, genuinamente quería saber qué es lo que hacía a Rick sentirse así, sobretodo porque la única diferencia de sus otros conciertos era...

Bueno, él y su existencia.

Sin embargo, no quería ser invasivo, además de hacerlo raro, muy dentro de él, tenía esa ligera esperanza de que su pensamiento fuera el correcto, pero era muy posiblemente, egocéntrico de su parte pensar así y su abuelo Rick, la versión que había dejado atrás, le había dejado muy en claro que nada giraba entorno a él y por muy cruel que fuera, era una realidad y le enseñaba a ver las cosas de manera más objetiva, menos emocional y más analitica.

Aunque eso no es algo que diría en voz alta para inflar el ego de ese Rick, viajando a la Ciudadela, era consciente que lo peor que podías hacer, era inflar su ego, era una buena salida para un regaño, pero con el tiempo resultaba más contraproducente que beneficioso.

Por otro lado, Rick agradecía que no preguntara, estaba tan confundido en este momento, no podía evitar sentir este apego por este niño de 18 años y lo hacía enojar tanto consigo mismo, nunca había sentido nada de esto con ninguna de las chicas o chicos con quienes había estado, existía la posibilidad de que estos solo buscaban una noche y decir "hey, me acosté con Rick Sánchez", pero al mismo tiempo, no lo comprendía, porque en parte la relación con Morty había iniciado así. Estaba nervioso por lo que iba a suceder, lo que tenía planeado para el concierto, es todo lo que podía pensar en su cabeza.

—¿Quieres hablar de eso? —Dijo después de ese largo silencio.

...

—No, la verdad es que no. —Sonó un poco agresivo y aunque el rostro de Morty no se veía dolido, se quiso anticipar. —No es algo que te incumba. —Eso sonaba peor y Rick no podía evitar sentirse todavía más torpe.

Que difícil era comunicarse.

—Me refiero, —Hubo una pausa mientras intentaba formular algo que no sonara agresivo. —No es tu culpa, solo es algo fuera de tu control, no importa.

Bien, eso no sonaba tan genial, pero era menos agresivo.

Soltó una carcajada pequeña. —Debe ser muy difícil para ti, hablar sin estar a la defensiva, Rick. —Respondió a todo su monólogo, pero sin tono de reproche. —Entiendo, crees que puedes lidiar con eso solo y está bien, no me molesta.

The Flesh Curtains [Rickorty]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora