16- Bienvenida. ✔

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Bastián West

—Escuchamos los latidos de su corazón —dije tomando una rebanada de pizza—. Les juro que eso fue lo más loco y genial que he escuchado en mi vida, era el corazón del bebé y... no sé, ni siquiera sé cómo explicarlo.

Charlie, Shark y yo nos encontrábamos cenando en una pizzería, porque como de costumbre teníamos hambre y amábamos la pizza, así que no íbamos a perder la oportunidad de ir a comer y evitarnos la fatiga de cocina algo.

—Amigo, ya es oficial, eres papá, porque dudo mucho que un hombre pudiera alejarse de su hijo después de haber hecho parte de eso —dijo Shark.

—Eso es cierto, si yo estuviera en tu lugar estaría vuelto loco —Charlie rió.

—Y créeme que lo estoy —terminé de comer mi trozo de pizza y empecé a tomar mi cerveza.

—Oye, deberíamos brindar por tu nueva etapa de papá —dijo Charlie.

—Es una gran idea —hicimos lo que propuso y brindamos por mi futuro bebé.

Luego del brindis y un rato más hablando, recibí una llamada de Renata y me contó que April había tenido un problema en la casa y que ella había decidido irse de ahí, pero no tenía adónde ir. En cuanto terminó de decirme lo que Shelsy le había hecho y que en parte ella no quería estar ahí para no alterarse por el bebé, tomé la decisión de ir a buscarla.

—Me tengo que ir —me puse de pie y guardé mi celular en el bolsillo de mi pantalón.

—¿Le pasó algo a April o al bebé? —mis amigos me vieron preocupados.

—Están bien. Bueno, al menos de salud lo están —no quise perder más tiempo y empecé a caminar hacia la salida—. Luego les cuento —fue lo último que dije antes de salir corriendo hacia mi auto.

Esa vez por suerte Shark, también llevaba el suyo y no tendrían que irse en taxi. Conduje a una velocidad considerable, me sentía muy preocupado, conocía muy bien el carácter de April —había tenido oportunidad de ver muchas de sus peleas, incluso con mi ex— y sabía que si Shelsy llegaba a ofenderla, ella no iba a dudar ni dos veces en golpearla y de no ser porque en su vientre estaba mi hijo, no me importaría que lo hiciera, Shelsy no era una buena persona, para nada. Pero quería cuidar de mi hijo y por supuesto de su madre, así que no permitiría que hiciera nada que los pusiera en peligro a ambos.

Me estacioné frente a la casa de hermandad, antes de bajar del auto le envíe un mensaje a Renata para que saliera, luego de eso bajé del auto para ver cuando ella saliera, así que esperé unos minutos antes de que Renata apareciera. Caminé hacia la entrada.

—Que bueno que viniste —me abrazó. Ella realmente era muy amable, todo lo contrario a lo que yo pensaba.

A veces juzgábamos sin tomarnos el tiempo para conocer a las personas, a como estaba seguro que también lo había hecho con April, porque estaba conociendo un lado más tranquilo de ella y esperaba que así fuera realmente.

—¿Como está April? —pregunté realmente preocupado por lo que pudiera haber hecho.

—Está muy triste —hizo una mueca—. No sabe qué hacer, no tiene adónde ir.

—Claro que si tiene —frunció el ceño—, la llevaré a vivir conmigo.

—¿En serio? —asentí—. Bien. Vamos a decirle —me tomó de la mano y me llevó al interior de la casa.

Sentía como que estaba entrando a la cueva de un lobo feroz, uno muy falso que se alimentaba de hipocresía. Entré y afortunadamente nadie me vio, gracias Dios.

Embarazada De West [West#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora