27- Rebeldes. ✔

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April Miller

¿Qué tan bueno es Bastián en los deportes? —vi a Carl.

—Pues es muy bueno en la natación, pero no sé qué tan bueno será en otros deportes —recordé una fotografía que había visto de él—. Aunque vi fotos de él con un uniforme de fútbol americano y en un campo de tenis —me encogí de hombros.

—Oh —asintió y siguió conduciendo—. ¿Cómo te has sentido? —sonrió.

—Bien, ya no hay nauseas, solamente antojos, he leído que puede haber fatiga y cosas así, pero me he sentido muy bien.

—Eso es bueno, así podrás estar más tranquila —asentí—.  ¿Cómo va todo con Bastián? —lo vi sorprendida por la pregunta, que días anteriores me había hecho.

—Todo está bien, Bastián y yo nos llevamos bien, ya te lo había dicho.

—Sí, es sólo que ahora lo vi molesto —levanté una ceja—. Anteriormente hubo un problema con una chica porrista y creo que desde entonces no le caigo bien, aunque él a mi me agrada.

—¿Y qué problema hubo? —suspiró.

—La chica que era amiga de la novia de Bastián y yo éramos novios, pero una vez ella me encontró besando a otra chica y eso la puso mal —¿cómo era posible que Carl hubiera hecho algo así?—. Esa vez estaba muy borracho, pero luego hablé con ella, me disculpe y quedamos como amigos.

Que alivio.

—¿Qué tiene que ver Bastián con eso?

—Él se molestó conmigo y supongo que yo no le agrado desde entonces, ¿será por eso que estaba molesto?

—Tal vez —se estacionó frente a una heladería.

—Llegamos —sonreí.

—Con este calor moría por comer helado —sonrió.

—Me alegra poder atinarle siempre —entramos y pedimos nuestros helados.

•••

Al entrar al salón de clases acompañada de Renata, mi mirada se encontró con la de Bastián, que limitó a sonreír levemente. Desde la tarde anterior que me había ido con Carl, había estado raro y me sentía culpable, porque quizás después de la visita de su mamá y el tema de su papá, que no tenía ni idea de qué pasaba, él había quedado muy sensible y tal vez necesitaba mi apoyo, pero yo después de eso beso me sentí extraña y la invitación de Carl fue un escape. Quizás se me hubiera quedado con él y lo hubiera acompañado, no estaría así, incluso en la mañana a duras penas me habló, no habíamos llegado juntos, puesto que Carl había ido por mí. Necesitaba saber si estaba bien. Me acerqué, le di un beso en la mejilla y le sonreí.

—Hoy estuviste raro —suspiró—. ¿Estas bien? —asintió.

—Sí, estoy bien, pensando, pero bien.

—¿En lo que te dijo tu mamá?

—Sí.

—¿Quieres hablar de eso?

—No.

—Está bien, nos vemos después —sonrió y fui a sentarme a mi lugar.

—¿Qué les pasa a ustedes dos? —me preguntó a Renata cuando se sentó a mi lado.

Embarazada De West [West#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora