Embarazada De West [West#1]

42- Dolor. ✔

Bastián West

Mientras April se iba con Renata, yo me quedé en casa y seguí viendo mi película, hasta que un rato después tocaron la puerta, fui a abrir y eran Charlie y Shark, ambos llevaban unas bolsas y entraron sin decirme nada.

—Sí, claro, pasen —cerré la puerta y me senté en el sillón. Charlie quitó mi película—. ¡Oye! —me quejé.

—Relájate —conectó la consola de vídeo juegos, mientras que Shark por su parte se sentó a mi lado con un tazón de papas y puso tres sodas sobre mi mesa de madera.

—Oye, eso mancha la madera —fui por unos porta vasos y puse las latas sobre estos—. ¿Por qué no me dijeron que venían? —les pregunté.

—Sabíamos que estabas solo, así que decidimos venir —Charlie se sentó a mi lado y quedé en medio de ambos—. Toma —me dio uno de los controles y empezamos a jugar.

Sin duda alguna Charlie quería mantenerme distraído y lo estaba logrando, pero al día siguiente nadie iba a detenerme, porque iba a necesitar estar solo, como siempre. Ambos se quedaron conmigo hasta que tuvieron que irse a hacer unas compras y no otras cosas. Recogí todo y en lugar de ver otra película, decidí ver un vídeo para aprender a poner pañales. Los pañales desechables eran fáciles de poner, pero los de tela no mucho, necesitaba saber cómo doblarlos y precisamente eso debía aprender. Busqué un pañal, los seguros y mi celular, lo siguiente fue escoger uno de los tantos vídeos que aparecía en internet.

Escogí uno y empecé a doblarlo como en el vídeo, al menos eso creí, porque el resultado del vídeo se veía muy bien, en cambio el mío estaba chueco. Respiré hondo y busqué otro, antes de empezar a verlo fui a la habitación por el oso de April, practicaría con el. Le di play al vídeo y empecé nuevamente, cuando lo tuve doblado se lo puse al oso, pero terminé pinchándome los dedos y ni siquiera quedó bien. Sin duda alguna debía practicar mucho, porque lo que menos quería era terminar lastimando a Brad, así a como lo había hecho con el oso.

•••

Desperté exaltado por una pesadilla, completamente confundido, nercioso y sudoroso, el día había llegado. Vi a mi lado y April estaba durmiendo, sólo había sido una pesadilla. Vi el reloj, iban a ser las siete de la mañana, así que me levanté de la cama y fui a tomar un baño, al salir me vestí lo más callado que pude para no despertar a April, no quería que me viera irme. Cuando estuve listo me acerqué a la cama y besé la frente de April, a quien me quedé viendo por un largo rato. Me habría encantado quedarme a su lado, pero ese día no era una buena compañía para nadie, así que con mucho cuidado de no despertarla, salí de la casa. En cuanto lo hice me topé con mi moto y el auto, y aunque las ganas de tomar la moto e ir a cualquier lugar y perderme o desaparecerme —al menos hasta que ese día terminara— eran muchas, no lo hice. Por varias razones.

La primera: después del accidente que había tenido tres años atrás, había quedado un poco traumado, pero al menos había aprendido la lección, no debía usarla cuando me sentía mal, no eran una buena combinación. Aunque amaba esa adrenalina que me provocaba, no iba a usarla ese día. La segunda: era porque estaba a nada de tener un hijo y quería verlo crecer, quería estar a su lado. La tercera: era porque quería una vida larga al lado de April, quería casarme con ella, quería que tuviéramos más hijos y envejecer a su lado.

Subí al auto y empecé a conducir sin rumbo alguno, sólo necesitaba un lugar dónde llorar, gritar, patalear o lo que fuera. Era el peor día de mi vida, las peores cosas que me habían pasado, habían sido en esa maldita fecha. Y todas llegaron a partir de una, la peor de todas, la muerte de mi hermana menor... Carrie. Cuando eso pasó, no sólo perdí a mi mejor amiga, mi confidente y mi cómplice, también perdí el cariño de mi padre y la vida "perfecta" que tenía. Mi padre siempre me culpó por la muerte de mi hermana y en cierto modo tenía toda la razón. Sí yo no la hubiera llevado a esa fiesta y sino la hubiera dejado volver sola, ella no habría muerto y seguiría en nuestras vidas.