April Miller
Luego de cenar, porque afortunadamente los macarrones no se quemaron como pensábamos, Bastián y yo nos fuimos a la cama, pero no a dormir y no por hacer el amor, sino porque Bastián no dejaba de hablar.
—Estamos a horas de la competencia —estaba luchando contra el sueño para no dejarlo hablando solo—. Hemos entrenado mucho —suspiré.
—Amor, deberíamos dormir ya —bufó..
—Es que estoy emocionado y no puedo dormir —me giré para quedar frente a él.
—Tienes que dormir y descansar el tiempo suficiente —pasé mi mano por su cara.
—No sé qué hacer para poder dormir, sí tengo sueño, pero no logro dejar de pensar y por lo tanto no puedo dormir —sonreí.
—Ven acá —lo acerqué a mí e hice que recostara su cabeza en mi pecho—. Cierra los ojos y piensa en algo bonito —pasé mi mano por su cabello y luego por su espalda, así por un rato hasta que se quedó dormido.
Esperaba que Brad se pudiera dormir así de rápido, eso sería bueno. Lo siguiente fue por fin cerrar mis ojos y descansar.
•••
Bastián y yo despertamos temprano para prepararnos e ir a la competencia, podía darme cuenta que no estaba emocionado, como había dicho en la madrugada, realmente estaba nervioso, pero según él lo disimulaba bien, así que no dije nada. Mientras él daba vueltas por la casa con su vaso de leche, yo fui al cuarto para preparar su bolso, tomé las gafas, o como fuera que se llamaran esas cosas que usaban, el gorro y una toalla, lo guardé todo en el bolso, junto con una muda de ropa para que usara después de la competencia. Estaba segura que de no ser por el nervio que tenía el lo hubiera hecho desde la noche anterior.
Fui al closet, escogí mi ropa, un vestido blanco con estampado floral, con zapatos bajos, lo dejé en la cama junto con el uniforme de Bastián y entré al baño, si él no se iba a bañar, yo sí. Mientras me quitaba la ropa pensaba en lo diferente que sería mi día. De no haber pasado todo lo que había pasado en esos últimos meses, de seguro en ese momento estaría preparándome para apoyar al equipo de fútbol, como en años anteriores, pero la verdad prefería mil veces una competencia de natación a la que no le entendía nada en lugar de cambiar todo lo que tenía.
No cambiaría a los West, por nada.
Estaba tan distraída pensando, que no me di cuenta cuando Bastián entró a la ducha. Sólo estaba parado viéndome como idiota, sin decir nada ni moverse de su lugar.
—No sé si te diste cuenta, pero me estoy bañando —le sonreí amablemente.
—Por eso estoy aquí —levanté una ceja.
—Bastián, no, tenemos que irnos y por favor, tengo seis meses de embarazo y no me siento bien en estos momentos, mientras el parto se acerca más, más me duele todo —realmente sí me sentía agotada y eso que aún faltaban tres meses, luego quizás no querría ni levantarme de la cama. Bastián hizo una mueca y negó
—No venía para eso, pervertida —lo golpeé y rio.
—Tú entras al baño completamente desnudo, mientras me baño y la pervertida soy yo —reí sarcástica.
—Yo vine con buenas intenciones —levanté una ceja—. Bueno, poquitas, pero en fin, sólo quería decirte que estoy nervioso, hace tiempo que no participo en una competencia y tengo miedo de fallarle al equipo y a todos —dejó caer sus hombros.
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Embarazada De West [West#1]
Romance¿Hay algo peor que perder la virginidad en una borrachera? Sí, es aún peor perderla con el más idiota y antisocial de toda la universidad, y a eso agreguémosle perder mi excelente reputación y terminar expulsada de la hermandad. ¡Ah, claro! Olvidab...