44- Dos palabras. ✔

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Bastián West

Cuando desperté sentí que mi cabeza iba a estallar, todo me daba vueltas y las ganas de vomitar eran muy grandes. Me masajeé las sienes y caminé al baño, me senté en el piso y me acerqué al retrete pensando que iba a vomitar pero no y no me sorprendía, no había comido nada en todo el día, de paso aproveché para cepillarme los dientes y lavarme la cara. Me quedé un rato viéndome en el espejo, aún tenía los ojos un poco hinchados, pero me sentía mejor y si las cosas seguían así, quizás el próximo año mejor me quedaría en casa, al lado de April y Bradley, ellos serían mi fuerza.

Salí del baño y me dirigí a la cocina, me quedé parado bajo el umbral y desde ahí vi a April, cocinando y lo más sorprendente es que no olía a quemado y tampoco había provocado un incendio, era un gran avance, lo que sí vi, fue su celular, estaba viendo un tutorial.

—Te ves sexy —dio un salto al escucharme—. ¡Oh! Lo siento, querida —empecé a caminar hacia ella—. Te juro que no fue mi intención asustarte —levanté mis manos—. Sólo quería que supieras que te ves muy sexy, así —llevaba puesto un suéter que le llegaba hasta los muslos y por debajo sólo llevaba puesta sus bragas.

Se acercó con una gran sonrisa, rodeó mi cuello con sus brazos y me besó, un beso tierno y muy corto para mi gusto. Con ella siempre quería más.

—¿Cómo te sientes hoy? —recostó su cabeza en mi pecho y acaricié su cabello.

—Bien. Aunque muy, muy, pero muy mareado —me vio y negó—. Siento que mi cabeza en cualquier momento estallará —tomé mi cabeza con ambas manos.

—Entonces ven, toma café y una aspirina —me tomó de la mano y me sentó en una silla, de inmediato colocó frente a mí una taza de café y un par de aspirinas.

Me tomé las pastillas y luego hice que April, se sentara en mis piernas, besé su vientre y saludé a mi pequeño hijo, quien en respuesta se movió, sonreí. Como lo había extrañado. En la noche le había dicho algo a April y debía aclarar ciertas cosas con ella.

—April, sí mal no recuerdo, ayer te dije algo muy importante —acaricié su pierna.

—Sí es por lo que me contaste de tu familia...

—No, no, no, no. Eso definitivamente no es. Confío en ti y sé que no lo vas a andar contando por ahí, por esa razón te lo dije —hice un ademán con la mano.

—Oh. ¿Entonces qué es? —frunció el ceño.

—Ayer pronuncié ciertas dos palabras, muy importantes —de inmediato me vio con intriga. Sabía a lo que me refería—. Ayer dije: te amo —sonrió—. Pero ayer estaba muy borracho y creo que eso no cuenta —su sonrisa desapareció y de inmediato bajó la mirada a su regazo, no pasó mucho tiempo cuando una lágrima solitaria cayó.

—Es... Está bien. No... —tomó aire. Mientras hablaba mas lágrimas caían—. No importa —se iba a levantar, pero la detuve.

—Espera, aún no termino de hablar —tomé su mano e hice que se quedara en mi regazo.

—Creo que ya fue suficiente —la rodeé con mis brazos y le impedí que se moviera.

—No, no es suficiente, aún no te digo lo más importante —por primera vez me vio—. Lo de ayer no cuenta, porque estaba borracho, aunque creo que aún lo estoy un poco, pero en fin, tú te mereces más que el te amo de alguien que a duras penas sabia sabía dónde estaba, así que ahora que estoy un poco más en mis cinco sentidos, voy a repetirlo—inhale y exhale un par de veces, antes de hablar—. April Miller, te amo, te amo como nunca he amado a nadie, siempre creí que conocía el verdadero amor, pero me equivoqué, el verdadero amor lo he conocido a tu lado, no somos la pareja perfecta, somos hemos tenido muchas diferencias desde que nos conocimos,  pero aún así nos amamos y ese el verdadero amor, el que tiene muchas imperfecciones y diferencias, que no es perfecto, porque nada en esta vida es perfecto. Nuestro amor es lo más real que he tenido y pronto se convertirá en una personita —puse su mano en mi vientre—. Aunque no nos amaramos en ese tiempo, ya estábamos destinado a ello.

Embarazada De West [West#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora