April Miller
Y una vez más había quedado de verme con la mamá de Bastián, Renata otra vez me iba a acompañar, así que me senté en la sillón de la sala junto a Bastián, que estaba viendo una película de acción.
—¿Renata, va a venir por ti? —me preguntó mientras pasaba su brazo por mis hombros y me acercaba a él.
—Sí, ya no debe tardar en llegar —suspiré y lo abracé.
—Váyanse con cuidado, ¿sí?
—Claro que sí —le di un beso en la mejilla—. Por cierto, que película más sangrienta —negué.
—Es de un asesino en serie, ¿y adivina qué? —fruncí el ceño.
—¿Qué?
—Creo que empiezo a tenerle miedo a los asesinos en serie —reí.
—¿Por qué no eres normal? —le di un beso en la frente.
—Me junto mucho contigo —golpeé su pierna. Escuchamos una bocina.
—Esa es Renata —me puse de pie—. Nos vemos después —le di un beso en los labios y salí de casa. Renata estaba a fuera de la casa en el auto de Shark.
—Ya era hora que salieras —subí al auto.
—Ay perdón si te hice perder tu valioso tiempo —encendió el auto y empezó a conducir.
—Oye, ¿Bastián no sabe adónde vamos, verdad? —negué.
—Obviamente no le iba a decir —me encogí de hombros—, no quiero que se enoje.
—En algún momento lo tiene que saber, no puedes ocultar para siempre.
—Lo sé, sólo necesito encontrar el momento indicado —suspiré.
Por lo que había visto, Bastián la mayor parte del tiempo estaba tranquilo y era muy tolerante, pero cuando algo no le gustaba tenía un carácter muy fuerte y muy poca paciencia. No tenía ni idea de cómo iba a reaccionar cuando se diera cuenta que estaba teniendo contacto con su mamá, esperaba que no se molestara tanto como para ya no querer volver a verme.
Llegamos al restaurante que nos había dicho Maggie, ella ya estaba esperándonos. Al encontrarla nos acercamos a ella y la saludamos. Nos sentamos y luego de ordenar unas bebidas y algo de comer, empezó a contarnos la razón por la cual nos había pedido reunirnos.
—He estado pensando que un baby shower sería muy bonito y aparte la oportunidad perfecta para que mi esposo sepa que va a ser abuelo —abrí mis ojos sorprendida.
—¿En serio? —pregunté y ella asintió.
—Sí, sólo tendrías que convencer al cabezota de mi hijo —rodó los ojos. Si ella que era su madre y lo conocía bien decía eso y en esa forma, no podía esperar nada bueno de Bastián cuando se diera cuenta de todo.
—Me apunto para ayudarte a convencerlo —Renata levantó la mano—. Un baby shower, será lindo.
—¿Ya ves? Renata está dispuesta a ayudarte —las vi a ambas. Mi problema no era la ayuda, mi problema tenía dos nombre y un apellido.
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Embarazada De West [West#1]
Romance¿Hay algo peor que perder la virginidad en una borrachera? Sí, es aún peor perderla con el más idiota y antisocial de toda la universidad, y a eso agreguémosle perder mi excelente reputación y terminar expulsada de la hermandad. ¡Ah, claro! Olvidab...