Bastián West
Después de cuatro vueltas y un tiempo superado, pude salir de la alberca. Me sequé con una toalla y me senté al lado de Shark.
—Necesito descansar —mi amigo bufó.
—Mañana es el gran día —me vio y asintió.
Ese era el último día de entrenamiento, porque al día siguiente era la competencia, los nervios y la emoción era lo que abundaba en el equipo. Cuando mis compañeros terminaron el entrenador nos mandó a tomar una ducha, yo me quedé a esperar que todos terminaran y me quedé un rato cerca de la alberca. Estaba cansado, pero contento porque ya habíamos terminado con los entrenamientos y podría estar más tiempo con April, por otro lado estaba nervioso, sería mi primera competencia después de mucho tiempo y también sería la última.
—Nos vemos mañana —levanté la mirada y vi a Shark.
—Sí, hasta mañana. Descansa.
—Tú también —se fue al igual que el resto de compañeros. Así que entré a las duchas, para vestirme y poder irme a casa.
Al terminar de bañarme, salí y me puse la toalla al rededor de la cintura, fui a mi casillero y busqué mi ropa seca. Luego de sacar toda la ropa, cerré el casillero y al hacerlo me llevé una grata sorpresa.
—April, ¿qué haces aquí? —se encogió de hombros. Me acerqué a ella y besé sus labios.—Sólo quise venir a buscarte, ya que casi no te he visto en estos días —eso era completamente cierto. Vivíamos en la misma casa, pero todo el tiempo estábamos ocupados.
—¿O sea que me extrañas? —sonreí.
—¿O sea que tú a mi no? —levantó una ceja.
—Por supuesto que sí —volví a besarla—. ¿Eso es prueba suficiente de que te extrañé? —me tomó de los hombros y me acercó a ella.
—No —junto nuestros labios y me dio otro beso, este con una mordida incluida—. Ahora vístete, por favor —abrí la boca.
—Primero me besas así y luego matas el momento pidiéndome que me vista. Que horror —negué y ella rio—. Por cierto, ¿desde cuándo besas así de bien? —levanté ambas cejas.
—¿Por qué? ¿Quieres que te de clases? —se encogió de hombros.
—Sí, claro —aparté la mirada. En realidad no sería mala idea.
Orgullo, aléjate de este cuerpeciro necesitado de amor.
—Bastián, hablo en serio, vístete, eres demasiada tentación —lancé una carcajada.
—Mejor aprovechemos que estamos solos —me acerqué y besé su cuello.
—No, no, no —negó y me apartó—. Vístete, no sabemos su alguien puede venir —suspiré.
—Está bien —tomé mi ropa interior y dejé caer la toalla.
—¡¿Es una broma, verdad?! Te digo que te vistas y al contrario te desvistes frente a mí —cerró los ojos y negó—. Eso es crueldad, West —ya me faltaba el aire por tanto reírme.
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Embarazada De West [West#1]
Romance¿Hay algo peor que perder la virginidad en una borrachera? Sí, es aún peor perderla con el más idiota y antisocial de toda la universidad, y a eso agreguémosle perder mi excelente reputación y terminar expulsada de la hermandad. ¡Ah, claro! Olvidab...