Bastián West
Dejé la maleta en el suelo y toqué la puerta tres veces, cómo normalmente lo hacía, sólo que esa vez mi ánimo estaba por los suelos, todo yo realmente. Charlie abrió, me vio, luego a la maleta, me volvió a ver y me abrazó. Las malditas lágrimas volvieron y es que los abrazos me ponían muy sensible.
—Todo va a estar bien —pasó una mano por mi cabello y otra por mi espalda.
—No, nada va a estar bien, la perdí —sorbí mi nariz—. La perdí.
—Eso no es cierto —me abrazó más fuerte—. Vamos a dentro —tomó la maleta y entramos al departamento, Shark y Renata me vieron sorprendidos.
—¿Qué pasó? —preguntó Renata.
—Ahora no, chicos —Charlie negó—. Es tarde y todos debemos descansar, ya mañana hablaremos.
—Amor, Charlie tiene razón vamos a dormir, hace un momento me dijiste que tenías sueño —Renata asintió.
—¿April está bien? —Renata me vio expectante.
—Físicamente si —Shark la tomó de la mano y ambos se fueron.
—Necesitas descansar —Charlie fue a la cocina y yo sólo me quedé parado en la sala—. Tómate esto —me dio un vaso de agua y una pastilla—, te va a relajar y te ayudará a dormir —me tomé la pastilla y le di el vaso.
—No quiero incómodarlos, me voy a quedar aquí —señalé el sofá—, prometo que no se darán cuenta que estoy aquí.
—Por supuesto que no y no vuelvas a decir eso. Vámonos —tomó mi maleta y pasó su brazo por mi cuello—. Vas a dormir en mi cama, conmigo.
—¿No me vas a violar? —pregunté entre lágrimas y me golpeó en la cabeza.
—Hoy no —llegamos al cuarto y dejó mi maleta en el suelo.
Me senté a la orilla de la cama y lloré aún más fuerte. No sabía qué mierda me pasaba, me sentía como grifo descompuesto.
—Llorando así no vas a solucionar nada, hermano —Charlie se arrodilló frente a mí—. Lo vamos a arreglar, yo voy a estar ahí contigo, como siempre. En las buenas y en las malas —asentí.
Sus palabras me trasladaron a la infancia, cuando hacía alguna travesura en casa y papá me castigaba; él siempre me decía que todo iba a estar bien, que lo íbamos a solucionar juntos y me consolaba cuando lloraba. Charlie siempre había estado conmigo, en las buenas y en las malas. Siempre.
—Ella en serio le creyó a Shelsy —suspiré—. No me va a perdonar —me recosté en la cama y las lágrimas corriendo de mis mejillas a mi cuello.
—Claro que sí lo hará, sólo dale tiempo, ella necesita pensar bien y quizás estar sola —Charlie se acostó a mi lado.
—Lo que menos quiero es perderla, la amo demasiado.
—Y no la perderás, siempre y cuando no pierdas las esperanzas y tampoco te quedes llorando en un rincón.
—Pero lo único que quiero hacer es llorar —me pasé ambas manos por la cara.
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Embarazada De West [West#1]
Romance¿Hay algo peor que perder la virginidad en una borrachera? Sí, es aún peor perderla con el más idiota y antisocial de toda la universidad, y a eso agreguémosle perder mi excelente reputación y terminar expulsada de la hermandad. ¡Ah, claro! Olvidab...