59- Nuestro hijo. ✔

31.9K 1.5K 195
                                    

April Miller

El día era perfecto para tomar sol y precisamente eso hacía, estaba recostada en una silla de playa, esperando que Bastián volviera con las bebidas, hacía calor y no había nada mejor para refrescarse que unas bebidas, aunque para Bastián era mejor un chapuzón en la piscina, la misma que habíamos estrenado el día anterior, me había encantado pasar tiempo ahí junto a él, haciendo algo que amaba. Mientras volvía tomé mi celular y busqué un vídeo de parto, ya había visto varios, pero ese de una cesárea, sólo esperaba no tener que pasar por eso, prefería un parto normal, también se veía dolorosamente horrible, pero al menos no tendría una herida que cuidar y una cicatriz para toda la vida.

—Jugo de manzana —Bastián me dio un vaso—. ¿Qué tienes amor? Estás pálida —el vídeo era realmente impresionante, por no ser traumático.

Definitivamente hacer bebés era más fácil que traerlos al mundo.

—Estoy viendo esto —le mostré mi celular.

—Te dije que yo ya vi varios —hizo una mueca.

—No entiendo para qué —tomé un poco de mi jugo.

—Para prepararme, no quiero desmayarme —se encogió de hombros.

—Te salió un verso —ambos reímos—. Por tu bien West, es mejor que no te desmayes, te necesito ahí a mi lado.

—Sabes muy bien que ahí voy a estar —tomó mi mano y besó mis nudillos—. Quiero ser el primero en cargar al culpable de nuestras ojeras —reí.

—Al culpable de mi peso extra —dije entre risas.

—Amor, no me mates, pero el peso extra es por las donas, las papas y todo lo demás.

—En estos momentos quiero matarte.

—Pero no lo harás —se recostó en su silla—. No lo harás porque me amas y sabes que nadie te dará más donas que yo —sonreí. Sabía cómo chantajearme.

—Ni me tendrá tanta paciencia como tú —acarició mi mejilla y luego me besó—. Te amo.

—Yo a ti —besé sus labios.

Durante toda la tarde estuvimos a fuera, incluso comimos a fuera, el clima estaba cálido y quisimos aprovecharlo. Luego decidimos organizar todo para el nacimiento, no queríamos dejar ni un sólo cabo suelto, había visto películas acerca de embarazos y no quería estar como loca corriendo por la casa buscando todo.

—Llevamos pañales, ¿verdad? —asentí. Me pasó unos cuantos—. ¿Biberones?

—Tu mamá dijo que no —Maggie había sido esencial para terminar de preparar todo para la llegada de Brad.

—¿Por qué? —Bastián vio el biberón de Mickey.

—Lo más recomendable es darle leche materna —señalé mis pechos.

—Umm, que envidia.

—Pervertido —echó su cabeza hacia atrás y rio—. Concéntrate.

—¿Qué más necesitamos?

—Creo que ya tenemos todo —revisé el bolso con un trensito de colores en el frente. Tenía ropa para que lo vistieran luego del nacimiento y también ropa para salir del hospital, incluso el plan de parto y todos los documentos que necesitábamos ya estaba listos.

Embarazada De West [West#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora