CAPITULO 2

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Naruto Uzumaki, el hombre que me robo el corazón, aun puedo recordar su cabello rubio, sus profundos ojos azules y las tres marcas en forma de bigote en ambas mejillas, pero lo que enamoro fue su sonrisa y su empeño en no rendirse en conseguir las cosas, aquella seguridad y perseverancia fueron captando mi atención poco a poco hasta el punto que no supe el momento que me volví adicta a su rostro, en verlo reír, en sentirlo cerca y escuchar su voz. El día que nos conocimos llevaba puesto unos vaqueros algo desgastados, una camisa negra que marcaba su cuerpo y su cabello rubio se movía al compás del viento, ese podría decir que fue un momento mágico, el inicio de un encuentro agradable pero en realidad fue...

–– ¡Oye que crees que estás haciendo! –– odio a primera vista

Naruto elevo una ceja

––Quien te crees tú mocosa para gritarme –– miro nuevamente a Kurama –– la pregunta que haces tú con mi perro –– me quito el arnés del collar y se dispuso a jalarlo

Resople y le quite el arnés. El hombre frunció el ceño

–– ¿Qué crees que estás haciendo? –– No respondió y trato de quitarme el arnes nuevamente pero no se lo permite –– te hice una pregunta.

Chasqueo la lengua con fastidio y me vio

––Recuperar a mi perro ¿tienes algún problema con eso? –– me respondió con rabia.

Fruncí el ceño y nos vimos fijamente, en mi mente solo pasaba un pensamiento "maldito cretino" nuevamente trato de quitarme el arnés "este tipo no se cansa"

––Independientemente que sea tu perro no es la forma de tratarlo, no debes de tirar del arnés con fuerza –– baje a la altura de Kurama para tranquilizarlo.

–– ¡devuélveme a mi perro mocosa y te puedes ocupar de tus asuntos! –– grito con fuerza espantando a Kurama

––No grite –– respondí sin voltear a verlo, este hombre me sacaba de quicio, pero mi prioridad era Kurama –– los perros son más sensibles que las personas, cuando una persona grita o hay demasiado ruido se ponen más nerviosos –– dirigí mi mirada hacia él –– si en realidad eres el dueño deberías saber algo así.

Me puse de pie y puse mis manos en mis caderas mientras lo veía con rabia.

––Estaba bebiendo agua, déjelo terminar en que sea –– Naruto rodo los ojos –– él no se moverá por el momento por el calor que tiene

Miro a Kurama y dio un paso adelante, me interpuse en su camino –– eres tan cruel –– murmure

––No es algo que te importe

–– ¡Me importa porque soy veterinaria no me agrada la gente que trata a los animales como objetos! –– Respire para mis adentros y trate de adoptar un tono de voz más pasible –– su temperatura corporal es más alta que la nuestra. No toleran bien el calor, usted fue tan irresponsable para sacarlo con este tiempo y no tuvo la precaución de traer agua con usted y por eso huyo.

No hubo respuesta, desvió la mirada algo molesto. Fruncí el ceño y apreté los puños

––Maldito cretino –– susurre entre diente –– ten –– le pase el bote con el resto del agua y la tasa donde había agua que ya se encontraba vacía –– dele el resto del agua en unos cinco minutos y vuelva a llenar el tarro con agua fresca, procure que estos días de calor ponerle una toalla cubierta con hielo para que se refresque –– al terminar de explicarle mire a Kurama que jadeaba más calmado.

––Te cuidas Kurama –– lo acaricie, tome mi mochila sin voltear a ver al hombre, escuche ladrar a Kurama a lo lejos. Que encuentro tan desagradable

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