CAPÍTULO 32

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"Todo estará bien...todo estará bien" me repito una y otra vez, al verme en el espejo, esta sería mi última batalla, me jugaría mi última carta para tenerlo y apartar para siempre a Hinata, nada iba a salir mal, simplemente esta noche comenzaría el fin de esta lucha y pronto tendré un nuevo comienzo junto al hombre que amo.

––Naruto, pronto estaremos juntos amor, juntos para siempre –– susurre viendo tu imagen en mi móvil.

Tome mis cosas y salí de apartamento para cuadrar todas las cosas que necesito para dar fin a todo, no había tiempo para arrepentimientos no había tiempo para escuchar esa voz incesante en mi cabeza que me dice que me detenga, que no lo haga. Solté un suspiro con pesadez no necesito gritos ahogados de mi conciencia, para obtener lo que quieres tienes que renunciar a otras, hacer sacrificios que pueden salirse de la moralidad para otros, pero al final no lo es, porque el fin justifica los medios. Este mundo es una selva de cemento donde predomina el más fuerte ¿Ser fuerte? Debo ser fuerte para conseguir lo que quiero y no perder como lo hizo mi madre, porque yo soy diferente a ella.

Paso alrededor de una hora de viaje para llegar al sitio indicado por aquel sujeto, mi mirada recorre con asombro el sitio, una zona donde la pobreza extrema se ve reflejada junto con la decadencia de personas que se inmersa en el mundo de las alucinógenos, el abandono de este lugar te hace sentir que estas en otro mundo, el respirar se vuelve difícil a medida que entro más y más hacia el centro de esta localidad, mi cuerpo se sacude imperceptible y un calosfrió recorre mi espina dorsal al sentir que observan cada uno de mis movimientos, ahora comprendía por qué en el mensaje recomendaban venir con ropas completamente dañadas y nada de valor visible, camino con seguridad sin observar a nadie en particular, después de caminar cinco cuadras, llego hacia una casa casi destruida por el tiempo, alrededor hombres y mujeres fumando e inyectándose alucinógenos, mi vista recorre rápidamente aquellas personas y hay chico que por su estatura y contextura se podrías decir que tiene alrededor de 10 años de edad, trago grueso cuando la mirada del pelado se encuentra con la mía y se de inmediato que aquel muchacho a recorrido y ha hecho cosas que pueden producir pesadilla a cualquier persona.

Regreso mi mirada rápidamente a la casa y me dirijo hacia la entrada principal, un hombre alto y robusto obstruye mi camino.

––¿Necesidad? –– pregunto escéptico mientras me mira de arriba abajo.

––Tolo lo que el dinero pueda pagar –– respondo sin más, el hombre acepta mi respuesta y abre la puerta dejándome entrar. Internamente sonreí porque las palabras clave que me toco usar solo por una entrevista con un tipo que encontré por red social.

Camine alrededor de 10 minutos, un pasillo extremadamente largo, lleno de basura y un olor pestilente, me preguntaba si este sitio era el indicado o simplemente estoy cavando mi propia tumba y simplemente me engañaron para luego tomarme, vender mis órganos o son una organización de trata de personas, pero la desesperación me llevo a esto y solo puedo confiar que sea verdad.

Al pasar unos escombros me tope una puerta, dude unos segundos, apreté mis manos y toque, al escuchar "adelante" tome la perilla he ingrese a la habitación, doy dos pasos hacia el interior y recorro con la mirada la habitación, no había mucho que observar; un mueble rustico, deteriorado por el tiempo ubicado a mano derecha, al frente de esta una mesa que sostenía varias bolsas con un contenido blanco y varios cientos de billetes, las paredes desgastadas y una luz artificial de muy mala calidad, que no lograba iluminar toda la habitación.

––¿Llegaste muy rápido? –– indica una voz ronca, gire mi cuerpo hacia la izquierda viendo a un hombre de espalda dándole de comer a unos peces –– eso quiere decir que quieres que se haga el trabajo lo más pronto posible

SOLO POR TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora