CAPITULO 27

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Sobre la mesa reposa el papel con unas líneas precisas y un número telefónico, removí mi cabello con desesperación al no saber qué hacer, si llamar o simplemente dejarlo pasar y seguir con mi intento de vida. Apoyé mi frente sobre el escritorio y solté un suspiro con pesadez, hace menos de 24 horas me seguía dando a la idea que mi relación con Naruto no tenía futuro, que las últimas palabras dichas en el parque aquella noche fue el final...negué con la cabeza y la rabia me inundó al recordar que él le contó a Hinata mi confesión, pero internamente me negaba a creerlo no por el amor que siento por él sino porque lo conozco y el no ese tipo de personas.

Giré mi rostro en la misma posición, miré el papel nuevamente y cerré los ojos un momento.

"Cuando te decidas luchar por Naruto de verdad llámame yo te ayudaré a tenerlo solo para ti"

Soy egoísta, ¿Lo soy? Por querer tener ese pedazo de cielo solo para mí, por ver el rostro de derrota y la desesperación en los ojos de Hinata cuando Naruto sea solo mío, por desear con todas mis fuerzas tener a mi lado una persona que me ama solo a mí y viva para mí...sí, soy una completa egoísta y no me importa serlo por esta vez.

Tome mi celular y marque el número teléfono escrito en el papel, con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho escuche el tono. Después de dos timbres un "hola" se escuchó del otro lado de la línea

––Acepto –– Indique con seguridad en mi voz. Menma soltó una sonrisa y me dio el nombre de un lugar y colgó.

Deje el teléfono sobre la mesa y cruzó por mi mente por última vez ¿Estará bien hacer esto? Porque tengo un mal presentimiento y en algún momento de mi vida me arrepentiré. Me puse de pie y tomé mi bolso para irme de mi trabajo hacia el lugar indicado por el camarero. Tomé un bus hacia el bar que comenzó mi historia con él y en el camino me repetía que lo que dijera lo aceptaría porque está es mi única oportunidad de tener a Naruto.

30 minutos después en la segunda planta del bar, me encontraba frente al camarero

––Toma asiento chicle ¿Quieres tomar algo? –– Indico levantando su cerveza. Negué con la cabeza y me senté frente a él.

––Vives arriba del bar en el que trabajas, eso muy...ahorrativo

Exclamé con algo de incomodidad al no saber si lo que dije estuvo bien o mal. Sonrió divertido y le dio un sorbo a su cerveza.

––Cuando eres dueño de un negocio que te apasiona esas son las consecuencias. –– respondió con naturalidad.

––¿E-eres el dueño del bar? –– no pude ocultar mi sorpresa. Menma arqueo una ceja y asintió con la cabeza

––Siempre he sido un chico de fiestas desde la adolescencia, estudie y cree una empresa que refleja mi pasión –– Se encogió de hombros restándole importancia –– Pero, no creo que estemos aquí para saber más de mi ¿O sí?

Suprime el aire y la tensión se vio reflejada en mi rostro, me estaba olvidando por qué estoy aquí.

––Me parece bien que recuerdes el porqué de nuestro encuentro

Me removí en mi asiento con incomodidad. Y tome la iniciativa en preguntar las dudas que me acogen las dudas que me acogen.

––¿Porque me quieres ayudar? –– pregunte sin apartar la mirada –– ahí algo que no me cuadra de tu repentino interés en ser el cupido entre tu hermano y yo.

––Tengo mis propios intereses que no deseo compartir contigo, no ahora ––se encogió de hombros.

Arquee una ceja. ––Esos "intereses" me importan porque yo seré tu herramienta para conseguir tu objetivo.

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