SOLO POR TI

CAPITULO 11

Era un hecho que para aquel tiempo te fuiste convirtiendo en la persona más importante para mí, el solo verte me alegraba el día y en las noches soñaba con despertarme a tu lado y un deseo embargo mi corazón...solo me vieras a mí.

Los días fueron pasando y aquel sentimiento se fue haciendo cada vez más fuerte, sin importar lo que hiciera para detenerlo, esa mezcla de felicidad y dolor me abrumaba, porque al final del día sabía que no podía tenerte. No me atrevía a expresar mis sentimientos, por miedo hacer rechazada, el recuerdo de las palabras de mi madre se hacían presente cada vez que trataba confesar mis sentimientos y se sumó a mi lista de miedo que entre los dos las cosas cambiaran. Eso me llevo a cometer el error que muchas cometemos; quedarse en el papel de amiga, alimentando esperanzas que algún día el chico que te gusta te viera como tú lo vez... que tonta.

––N-Naruto me gusta Ino...lo siento por no haberlo aceptado la primera vez que me preguntaste –– solté con voz entrecortada mientras las lágrimas mojaban mis mejillas –– N-No quiero sentir esto, no quiero...Ino tengo miedo.

Esa fue la primera vez que lo dije en voz alta, podía recordar la mirada de felicidad y desconcierte de Ino al escucharme decirlo de esa manera, pero ella no sabía que se me había vuelto una tortura tenerlo cerca pero al mismo tiempo sentirlo tan lejos, se había adueñado de mi corazón como un ladrón y él ni cuenta se daba que ha hundió en un mar oscuro donde la tristeza, la inseguridad y el desconcierto del no saber qué hacer se habían convertido en mi pan de cada día.

Pese a todo continúe en aquella tortura, viéndolo sonreír, tenerlo en mi casa casi a diario para comer, salir junto a Kurama a pasear, hablar de cualquier cosa y pasar las horas riendo de cualquier bobada. Mi cabeza se había llenado de recuerdos: de su rostro, del sonido de su risa, su mirada y el calor que trasmiten sus manos.

Esas semanas se convirtieron en los más felices de mi vida, pero todo lo buena termina, en este día se cumplía el mes de tener a Kurama junto a mí y él día que no podía ver a Naruto con la misma frecuencia y eso me había me deprimía.

––Sakura, puedes ir visitar a Kurama y a mí a la casa las veces que quieras, sino ahí problema podemos venir a visitarte.

Aquella proposición hizo que mi corazón brincara de alegría. Lo vi con ilusión, pero de inmediato mi rostro se sonrojo y mi pulso se aceleró al sentir sus brazos rodeando mi cintura y mi rostro sobre su pecho llenando mis fosas nasales con su perfume, sin dudarlo me deje llevar y por un instante desee que aquel momento nunca acabara.

––Gracias Sakura por todo...y-yo q-quiero d-decirte –– susurro con voz nerviosa –– Y-yo, y-yo –– corto el abrazo y apoyo sus brazos en mis hombros, subí la mirada y mis ojos se abrieron grande al verlo completamente sonrojado y como pasaba saliva por su garganta como si estuviera algo que lo atragantaba impidiéndole hablar –– y-yo q-quiero.

Me sentía nerviosa, mi mente viajo lejos, a la idea que se iba a confesar, mi mente hizo un stop en la palabra "confesar" haciendo que mi cuerpo se erizara completamente y mi corazón latiera como una locomotora que va a toda velocidad.

––T-Tu –– le indique para que continuara, sus ojos se abrieron como queriéndose salir de su órbita y mordió su labio inferior haciendo que mi ojos se concentraran en aquella parte corriendo el deseo de probarlos en ese mismo instante, mi respiración se hizo agitada, sin darme cuenta empecé a respirar por la boca y mi rostro por voluntad propia se comenzó acercar poco a poco, para apaciguar el deseo que me corría por probar sus labios

–– ¿Tú quieres? –– musite cortando más la distancia entre los dos, mi cuerpo temblaba de emoción y el fuego crecía con más fuerza en mi interior... ¡Dios santo seré yo o hace un calor del demonio justo en este momento!