CAPÍTULO 23

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––¡Como se atrevió! ¡Maldita bruja y ese cretino de Naruto me las pagara! ––Vocifera sin parar Ino. movía sus manos de un lado a otro completamente histérica.

La rabia se le notaba, el ceño tan fruncido, la mandíbula apretaba cada vez que soltaba una maldición o un insulto en contra de Naruto o Hinata, se giró hacia a mí como una fiera y en reacción di un respingón, ¡Maldición, ella es realmente aterradora cuando está enojada!

––Me imagino que la golpeaste, la insultaste ¿No te quedaste con las mentiras que dijo? –– Baje la mirada e Ino resopló y subió los brazos al aire. –– ¡Esto es increíble! Desde cuándo te dejas de alguien, desde cuándo te dejas humillar y más por una hipócrita como esa... Sakura Hanuro ¡¿Qué carajos pasa contigo?!

Solté un suspiro con pesadez y me deje caer al sillón completamente y concrete mi vista hacia el cielo raso, las redes sociales son las nuevas vecinas de las cuadras, fuera querido que Ino no se enterará, pero el vídeo de mi humillante momento era noticia y fue inevitable que al día siguiente al ver mi teléfono se hallaran las más de 40 llamadas perdidas, otra tonelada de mensajes por wasap de Ino y mi hermano, ese día solo respondí tanto a mí hermano cómo a Ino un "estoy bien" y de nuevo a la cama, mientras pensaba que hacer con mi vida amorosa de ahora en adelante, tener un nuevo comienzo y el pensar si era una opción volver a enamorarse porque la experiencia vivida me dio un mal sabor de boca de no querer volverlo hacer

Al día siguiente, me puse de pie, tome un baño y decidí continuar con mi trabajo, al salir a la calle me sentía avergonzada ante las miradas de la gente, pero en mi interior tenía la conciencia tranquila, eso me impulso a llevar las cosas con calma no daba explicaciones nadie que no fuera las personas que son cercanas a mí, los demás se podían ir...me concentre en mi trabajo y los días fueron pasando lentamente, en las noches miraba tus fotos en la galería de mi teléfono y sobre la pantalla con la mirada perdida tu número, quería llamarte, deseaba escuchar tu voz, pero me recordaba a mí misma tus palabras, tu expresión, tu pedido y mi amor propio.

Después de una semana y media aquí estaba tratando de sobrevivir a mi primer enamoramiento y a Ino que, como un volcán en erupción, deseando tener a cualquiera de esos dos para matarlos con sus propias manos.

––¿No estás bien? –– Eleve mi rostro al ver a Ino tomar asiento a mi lado, su expresión cambio a una de melancolía, tomo mis manos y las apretó suavemente –– No me digas que estás bien, porque las dos sabemos que no es así, tú siempre escondes tu dolor para que ninguno de nosotros nos preocupemos, pero no lo hagas está vez déjanos acompañarte por favor.

Mis labios se curvearon en una sonrisa, me sentía feliz, saber que tenía a mi alrededor personas que de verdad me querían es algo que no cambiaría por nada. La abracé con fuerza y murmuré un "gracias".

Al separarme sonreía complacida por mis palabras.

––¿Porque regresaste tan rápido, se supone que estarías fuera del país por tres semanas? –– Decidí cambiar de tema, porque sé que no soy la única que tienes problemas. Soltó un suspiro y tomó la misma posición que tenía al inicio la imite y las dos miramos el cielo raso.

––Regrese porque sé que me necesitas en estos momentos, y porque ya no era necesario mi presencia en esa reunión.

––¿Conociste a tu prometido? –– Asiente con la cabeza levemente. He hiciste una expresión que no supe interpretar

––Si, ya lo conocí, pero al hacerlo hice lo nunca pensé hacer.

––¿Qué cosa?

––Decirle que jamás lo amaría, porque soy lesbiana.

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