CAPITULO 9

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Me encontraba sobre mi cama, con mi espalda apoyada sobre la pared y la mirada perdida en la nada, recordando lo que hace unas horas había ocurrido. A pesar que estuve a punto de cometer un crimen y debería sentirme mal, en estos instante lo que me dolía era darme cuenta que el único familiar que tengo me necesito y no estuve para él.

"soy una maldita egoísta" me reprochaba a mí misma, si lo era porque solo pensé en mí. Nunca me detuve a pensar lo que mi hermano sentía en estos momentos.

––"Sakura tu hermano no te odiara por esto, para el tú siempre serás su querida hermanita" –– las palabras de Naruto resonaba en mi mente.

Al separarme de sus brazos, aun sollozaba inundada por la culpa, él se acercó a mí para abrazarme nuevamente, pero tome distancia al ver nuevamente su intención. Me encuentro agradecida por sus palabras, por haberme detenido, por estar para mí pero, no, no quería que me viera en este estado, tan vulnerable,

–– "Puedes llevar a Kurama con Ino por favor mañana no estaré" –– el informe tomando mi maletín para entrar a mi casa –– "te voy a enviar la dirección a tu celular de la casa de ella, no te preocupes que ella te estará esperando"

–– "Sakura no estás sola ten lo presente y aquí estaré cuando regreses"

Sí, no lo estaba a pesar que siempre lo sentía así, durante las largas noches en solitario en mi habitación me repetía que me encontraba sola y esta noche concebía que no lo estoy.

Me deje caer a la cama por completo, mañana iría a ver a mi hermano, mañana pediría perdón por ser mala hermana, mañana sabré si sigo siendo su querida hermanita.

...

Había salido de mi casa en la madrugada directo a la terminal a coger boleto para estar a primera hora aquí. Vivimos en ciudades separadas, mi hermano por hacer una nueva vida lejos de los recuerdos de nuestra ruptura familiar y el constante acoso de Mei se mudó, pero yo decidí quedarme tal vez por masoquista o porque no quería demostrarle a esa mujer que le tengo miedo.

Me encontraba inerte al frente de la puerta de la casa de Satoshi. Me hallaba decidida y preparada a escuchar todo lo que mi hermano tenía que decirme, pero estar frente a esta puerta el valor se me fue por el drenaje y el miedo me invadió imaginando que me dirá con rabia.

"Eres lo peor Sakura, no te quiero volver a ver, como fuiste capaz de dejarme solo te odio".

"Sakura tu hermano no te odiara por esto, para el tú siempre serás su querida hermanita" de nuevo las palabras de Naruto hicieron eco llenándome de confianza. "¡No eres una cobarde toca de una vez!"

Lleve mi mano hacia el timbre y lo toque una vez, unos segundos después podía escuchar unas pisadas de alguien acercándose a la puerta. Mi corazón se aceleró al ver como la perilla giraba y ver a Satoshi frente a mí, su cabello alborotado y con la marca de la almohada sobre su mejilla. Froto sus ojos y dio un bostezo para despertarse. No dije nada, al igual que él que solo me observo por unos momentos para luego darme paso invitándome a pasar.

Al estar en la sala, un silencio incomodo nos envergaba, solo se podía escuchar el tictac del reloj ubicado sobre la pared, tengo tanto que decir pero el nudo en la garganta me lo impide.

––Rosadita –– me llamo en un hilo de voz cortando el silencio que nos embargaba, subí la mirada y lo vi con dolor

––Y-yo...yo lo siento Satoshi, perdóname por haberte dejado solo –– mi voz salió afligida mientras las lágrimas bajaban por mis mejillas

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