007.- Un Trato

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Darion

Querida Zaphyra, cada vez que estoy cerca de ti, te siento más lejos... No puedo fingir que nunca pasó, ni omitir sentimientos que me atormentan. Espero que alguna vez me vuelvas a recordar, de la misma manera en la que te recuerdo a ti.

Atentamente, tu fiel prometido

***

-¿Es el novio de la paciente? Está en la habitación B04 -dijo la recepcionista. Pronuncié un ligero gracias y busqué la habitación.

Encontré la habitación y rápidamente entré. La habitación consistía en un espacio pequeño, con baño propio, dos sillones delante de la camilla y un pequeño mueble para guardar los objetos personales del paciente.

Me acerqué lentamente hacia la camilla, donde reposaba Zephyr. Estaba dormida y un poco pálida, le planté un beso en la frente y empecé a acariciar su hermosa melena.

-Lo siento tanto... No podré perdonarme por lo que te hice -susurré-. Pero puedo empezar por arreglarlo -mordí mi muñeca, le levanté un poco la cabeza y le di mi sangre.

-Espero que esto te haga efecto -observé la sangre que corría de sus tiernos labios, me acerqué y la besé.

Después me quedé observando como dormía ella, hasta que una enfermera vino a avisarme que ya se había terminado el tiempo de visita.

***

-No quisiera molestarle señor, pero tiene visita -miré confundido a Ambrose. -Dígale que pase -. Ambrose abrió la puerta, era Evangeline.

-¡Ya hace una eternidad que no nos vemos Dary! -mi prima, se abalanzó sobre mí para abrazarme. Era un tanto exagerada, solo habían pasado unos tres meses desde que nos habíamos visto la última vez.

-¿Me echaste de menos, tanto como yo a ti? ¿O sigues obsesionado con esa simple humana? -me la quité de encima, hizo una mueca de disgusto-. Sabes, deberías ser menos grotesco -dijo con una mano en la cintura.

-Y tú deberías meterte menos en mi vida -dije y desaparecí de mi habitación hasta mi escritorio, ella me siguió haciendo lo mismo.

-¡Pero sabes que te quiero! Y no puedo abandonarte -dijo abrazándome por detrás, me giré y le di un toquecito en la cabeza. -No seas tonta, tienes una eternidad entera para hacer cosas más productivas que seguirme -expresé mirándole serio, no entiendo por qué insiste en quedarse conmigo.

-¿Esto es por la humana? -dijo molesta separándose de mí. Otra vez lo mismo... -No seas celosa Evangeline, yo soy libre de hacer lo que quiera con quien quiera, al igual que tú -dije y empezó un berrinche, igual que lo hacía de pequeña. Mi prima siempre fue muy apegada a mí, hasta cierto punto de ser una molestia, pero ya es grandecita. -¿Qué tal si hacemos un trato? -me mira interesada-. Te prestaré atención un mes entero, y tú a cambio me das al menos cinco meses de tranquilidad -me dedicó una sonrisa pícara. -¿Atención todos los días, horas, minutos y segundos del mes? Hecho -cerramos el trato.

***

Estaba en mi habitación, tocando el piano. Eso relajaba el bucle de pensamientos que tenía en mi cabeza. Sentir cada pieza que toco, y escuchar su dulce melodía.

Cerré los ojos y respiré profundamente, me sentía menos tenso. Cogí mi chupa de cuero y desaparecí, me dirigí a un club que visitaba habitualmente, "Diamond Club", este club era conocido entre los vampiros y otros seres, de la ciudad, y otras ciudades cercanas.

Los dos gorilas que estaban delante de la puerta ya me conocían, y rápidamente me abrieron el paso. Entré y como siempre el lugar estaba repleto. Me dirigí a mi lugar, y me senté en uno de los sillones color granate. En unos segundos vinieron tres sirvientas a atenderme.

-Bienvenido señor Demetriou -dijeron las tres al unísono. -Una vez más Dasha, a su disposición. Aquí tiene sus acompañantes, Marilyn y Bernice. Que sean de su agrado -articuló rápidamente Dasha, y se alejó un par de metros.

Bernice cortó su muñeca y llenó una copa con su sangre, mientras Marilyn llenaba otra con champán. Cogí la copa de sangre y tomé un pequeño sorbo. Reconocí el gusto al momento.

-O positivo, como le gusta a usted, señor Demetriou -dijo Bernice orgullosa. Entonces pasó un líquido en la herida de su muñeca, haciendo que esta desaparezca. Una media hora después, Colin estaba sentado conmigo bebiendo su tercera copa de champán.

Colin, por suerte o desgracia es mi único mejor amigo. Un vampiro de casi la misma edad que yo, incluso un poco más viejo.

-Tío, que soso eres, intenta divertirte un poco. ¿Ves a esta preciosidad? -agarró de la cintura una joven sirvienta, que estaba a su lado-. Está deseando que juegues con ella -soltó burlón. La joven se rio y él la atrajo a su regazo.

Unos pocos minutos después, la música que provenía de la pista de baile se hizo más fuerte.
-¡Venga! -Colin se levantó, y me empujó a la pista que estaba llena de todo tipo de gente bailando. Se acercaron algunas jóvenes a bailar junto a mí y mi amigo.

***

Unas horas más tarde tenía a una chica en mi regazo, haciendo un camino de besos desde mis hombros y cuello hasta mis labios. Empezó a desvestirme, sin dejar de besarme.

Entonces en el momento que ya iba por mis jeans, apareció una imagen de Zephyr en mi mente. Me aparté bruscamente. ¿Qué mierda hago?

-Hey, ¿qué te pasa? Íbamos tan bien...-dijo la chica posando otra vez sus manos en mis jeans mientras me besaba. Rápidamente me aparté sus labios y me vestí lo más rápido posible.

-Puedes añadirlo a la cuenta, pero no pienso seguir -dije y desaparecí, para volver a la sala principal del club. Me acerqué a Dasha.

-Añada a mi cuenta el trabajo de la señorita que está en mis aposentos, y dígale a Colin que ya me fui -.

-Claro señor Demetriou, que tenga una buena noche -hice un asentimiento con la cabeza y me fui del lugar.

***
~Maratón: Capítulo 3/3~


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