034.- Magia negra

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Zephyr

Escuché el sonido de una puerta cerrarse que venía del piso de arriba.

-Es padre -anunció Ryan.

Aún me sonada raro al escuchar cómo se dirigía Ryan a Darion. No sé si voy a acostumbrarme.

Me caía bien Ryan, me parecía un chico adorable, aunque un poco inocente. Por el poco tiempo que había convivido con él, ya había notado varias de sus facetas.

Él era sincero, pero a la vez muy educado, también algo despistado, aunque no torpe. Y en situaciones como antes, cuando vio a Darion herido, mantuvo la calma de forma admirable, aunque en sus ojos se notaba la preocupación.

Salimos del salón, y le seguí por las escaleras y el pasillo para ir a la habitación donde se encontraba Darion.

Cuando entré junto a Ryan en la habitación, y vi a Colin lleno de heridas por todo el cuerpo, no pude soportarlo y volví a girarme para salir de la habitación.

Me entró unas ganas terribles de llorar, pero mantuve la calma haciendo ejercicios de respiración. Me senté en el suelo del pasillo. Sabía que pasaría algo así, pero no sabía que me afectaría tanto.

Sin más, noté como salían las lágrimas de mis ojos.

-Tranquila, ven conmigo -escuché y miré hacia arriba viendo a quien reconocí como Adonis, con la mano extendida hacia mí.

Le cogí la mano, y me llevó al salón. Me senté en el sofá y él hizo lo mismo sentándose a mí lado.

-No te intranquilices, Colin se recuperará -intentó calmarme.

-Lo sé, pero me siento estúpida por siempre llorar de impotencia y no poder ayudar en nada -revelé.

-¿Eso piensas? -preguntó Adonis con cierta chispa en los ojos.

-No le digas nada, Adonis, no es el momento, ni eres la persona indicada para decírselo -dijo su otro trillizo, que me pareció ser Kal, por su expresión y voz.

Adonis gruñó y se levantó de mi lado para acercarse a su hermano.

-No me digas qué hacer, si quiero, lo diré yo mismo -habló y desapareció.

(¿Decirme qué?)

Le pregunté con la mirada a Kal, pero también desapareció sin siquiera mirarme.

***

-Un tonto trae al otro por la borda del barco -comentó Branislava.

Estaba mirando como ella hacia brebajes curativos, además de escuchar sus comentarios.

Creo que esta mujer por el esfuerzo que pone en ayudar a los demás, no le hace juego con su mal carácter. De todas maneras, me caía mejor que cuando la conocí, y creo que el sentimiento es algo mutuo.

-Listo, lleva esto a Colin y dile que se lo beba -dijo dándome un cuenco con un brebaje poco apetecible, y de olor extraño.

-Si no quiere bebérselo, dile que le dejaré morirse -añadió antes de que me fuera.

Llegué a la habitación, y Ryan me abrió la puerta. Darion estaba sentado en un sillón cerca de la ventana, mirándome fijamente.

Colin ya se había despertado, se le habían curado las heridas que tenía en la cara, pero el cuerpo seguía con moretones, y las vendas que le tapaban las heridas profundas estaban manchadas de sangre.

-Hola muñeca -habló Colin con la voz un poco debilitada.

-Te traigo lo que hizo Branislava, para que te cures -dije llevándole el brebaje.

-No tiene buena pinta -declaró-. Pero supongo que Branis ha dicho que dejará que me muera si no lo bebo -se rio con dificultad.

-Es justo lo que ella dijo -sonreí un poco con la comisura de los labios.

Colin se tomó todo el brebaje con cara de asco, y después me pasó de vuelta el recipiente.

-¿Sientes algo? -pregunté inspeccionando con la mirada sus heridas.

-Tranquila preciosa, esto tardará unos minutos -sonrió.

-Tengo una pregunta, Colin es un vampiro, pero si sus heridas no fueron en el corazón, ¿por qué no se curó? -interrogué curiosa.

-Porque sus heridas no fueron hechas con cuchillos u otras armas humanas -respondió Darion.

-¿Entonces con qué fueron hechas? -curioseé.

-Con magia negra -contestó Colin, con mirada perdida.

***

Era sábado por la mañana, y Colin ya se había curado. Yo ahora estaba en casa de Emma, y hacía ya unas tres horas que estábamos estudiando.

-Odio la física y la química -expresé aburrida.

-Pero las necesitas, vamos, haremos un pequeño descanso -dijo Emma levantándose de la cama llena de libros, cuadernos y hojas sueltas con explicaciones hechas por ella misma.

-Por fin -suspiré de cansancio.

Emma salió de la habitación, y aproveché para ver los mensajes que tenía en mi móvil, ya que lo había dejado en silencio.

Tenía dos mensajes de Logan. Él me enviaba mensajes casi todos los días desde que le dije que estaría en el "campamento", a veces para preguntarme como estaba y otras para darme el "buenos días" o las "buenas noches".

El problema era que no le estaba dando demasiada atención, y creo que él lo había notado. Nuestra relación se había vuelto sosa en pocos días, por el simple hecho de no vernos. Y la verdad es que me sentía algo culpable, porque yo era la responsable de esta situación.

Además de que cada vez que le iba a responder un mensaje, algo me echaba para tras, y me hacía responderle algo tarde, o simplemente no hacerlo.

Terminé optando por no responderle, en algún momento le tendré que dar una explicación, pero no quiero que sea ahora, porque no estoy preparada para afrontar tantas cosas a la vez.

Sé que he entrado en un mundo peligroso y completamente diferente al mundo del que yo vengo. Y también sé que no hay vuelta atrás, pero por raro que parezca, empieza a gustarme este nuevo mundo.

***

¡Hey babymoon! 💖

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Sayonara 🌚

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