025.- Craig Býkov

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Me volví a girar rápidamente.

Darion tenía razón, Marco no era el que estaba hablando por teléfono, sino una mujer rubia de alta estatura.

¿Estaba yo mal de la cabeza? ¡Juraría que lo había estado viendo todo este tiempo!

Pero aún no me iba a dar por vencida, si esa mujer estaba ahí por algo era, y sospecho que tiene que ver con Marco.

-Bueno, no importa, ¿puedes escuchar que dice? -lo miré decidida, aunque todavía confundida.

Me analizó por un momento y después se concentró para escuchar con su oído sobrenatural. Me limité a observarlo, esperando impaciente alguna respuesta.

-Habla en ruso -reveló Darion por fin.

-Oh, no me lo creo -articulé indignada. ¿Es en serio? ¿No podía hablar en otro idioma más difícil de comprender?

-Pues créetelo, porque ya viene hacia aquí -soltó levantando sus cejas.

-Mierda, mierda, mierda... -susurré buscando con los ojos un lugar mejor en el que esconderme, ya que no daba tiempo a correr.

-Cierra los ojos -indicó Darion mientras me agarraba de la cintura.

Los cerré y le abracé hasta que unos segundos después me soltó.

-Ya puedes abrirlos -dijo y le obedecí. Ahora estábamos en la terraza del edificio principal.

No había nadie porque ésta estaba siempre cerrada. Solo en ocasiones se abría, como cuando había feria de ciencias o un evento especial.

-Gracias -sonreí.

-Tienes suerte de tener un novio sobrenatural -alardeó Darion, con su típica sonrisa traviesa.

-No eres mi novio -me reí.

-Ni en tus peores pesadillas, princesa -soltó agarrándome de la cintura, para luego besarme con suavidad.

***

Ya se habían terminado las aulas y me fui con Darion directamente a su casa. Terminamos de comer y nos fuimos a pasar el rato en su habitación.

-Por favor, dile a los cocineros que no hagan tanta comida la próxima vez, me siento mal al desperdiciar -pedí a Darion. Odiaba desperdiciar comida y más aún que la gente lo hiciera, porque siempre me sentía culpable recordando a las personas que no tienen nada para llenar su estómago.

-Como desees -respondió sentándose en la banqueta de su piano.

Empezó a tocar una suave melodía que yo no conocía. Me encantaba escucharle tocar, pocas veces lo había hecho delante de mí, pero fueron suficientes para que él me hiciera gustar de la música clásica.

Me paseé por su biblioteca personal y volví a ver el mismo libro que me había llamado la atención antes. Me daba mucha curiosidad y quería hojearlo. Así que lo agarré de la estantería, me senté junto a Darion que aún seguía tocando y comencé a hojear el libro tranquilamente.

Había bastante texto, pero me limité a observar las imágenes. La mayoría eran dibujos de personas con partes de animales, los que más aparecían eran hombres y mujeres con partes semejantes a las de un lobo, que me hacía pensar en la palabra "licantropía". ¿Existen los licántropos?

Avancé un poco más en el libro y vi otros dibujos diferentes, algunos de estos mostraban personas mitad mujer y mitad hombre, y otros daban a entender que una persona cambiaba a la apariencia de otra. Eso me hizo sospechar algo muy descabellado, pero con una pizca de sentido según el libro.

Vampiro SecuestradorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora