018.- Por primera vez

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Había terminado el examen de matemáticas, me sentía confiada y no tenía duda alguna con respecto a mis futuros resultados. No había estudiado mucho, pero entendía bastante bien todo lo que salía en el examen.

Salí del aula y noté a Marco abriendo su taquilla, que estaba a un par de taquillas antes que la mía. Me acerqué a su lado y le sonreí.

-Hola Marco -le saludé.

-Hola Zephyr -sonrió.

-Veo que no se te olvidó mi nombre -sonreí burlona. Él emitió una corta risa y luego se giró para cerrar su taquilla.

-Tú tampoco el mío -.

-Nunca te había visto por este instituto, antes del día en el que nos conocimos -comenté-. ¿Eres nuevo? -curioseé. ¿Desde cuándo era yo tan directa, con alguien que no conozco? Desde la visita tórrida de Darion me sentía diferente. Más confiada, directa y segura de mí misma.

-Pues sí, llegué hace una semana -reveló-. ¿Y tú? -preguntó. Le miré con cara de duda.

-Quiero decir, no te he visto estos días por aquí... -articuló al instante con una voz extraña, una que no pude identificar.

-Nada importante, unos asuntos personales -dije sin añadir más. No quería contarle mi vida a un extraño. Estaba claro, si no quieres que te pregunten, no preguntes.

-Bien, a lo que vine -solté después de un breve suspiro-. Puede que ya tengas amigos por aquí -cambié de tema-. Pero te invito a venir a mi mesa en la hora del almuerzo, si te apetece -le sugerí.

-Claro, iré -me dio una breve sonrisa y se fue.

Marco me había caído bien, pero esta vez parecía un poco peculiar. No le di más importancia al asunto y me dirigí a mi siguiente clase.

***

Al terminar una aburrida e interminable clase de economía, estaba caminando por un pasillo del instituto que me traía varios recuerdos a la mente.

Aquí era donde vi por primera vez a Darion, mi primer día en este instituto.

(Hace un año y siete meses: Phillips Academy)

Estaba impresionada, en un solo día ya tenía amigas; había conocido al director Jonathan Phillips, que es bastante joven, guapo y simpático; tenía una leve creencia de que todos los profesores eran amables e igual de jóvenes que el director; y me agradaban las modernas instalaciones del lugar.

Ahora mismo estaba en el segundo edificio del centro escolar, y deambulaba por un largo pasillo bien iluminado por sus grandes ventanas, que daban una atractiva vista del jardín delantero de la academia.

En ese momento respiraba tranquilidad, todos los alumnos estaban en el otro edificio enfrente de este, porque era en el que constaban las aulas.

Mi mente estaba distraída y por eso no me desperté de mis pensamientos hasta que me choqué con alguien.

Cerré los ojos del golpe y gemí por el leve y a la vez punzante dolor. Me sobé la sien y abrí los ojos. Lo primero que vi fue un torso masculino que unos momentos después de observarlo me separé por la vergüenza.

-Lo... Lo siento mucho, iba distraída en mis... -subí la mirada, pero no pude terminar mi frase. Tenía delante un hombre alto de rasgos galanes y esbeltos, no parecía mucho más mayor que yo, pero sin duda, un regalo para las vistas.

Piel clara, ojos profundos con una mirada grisácea y de varios matices del azul, una nariz recta, unos labios sutilmente inclinados hacia abajo y con el labio superior más fino que el inferior, una mandíbula recta y firme, y rostro con forma de diamante.

Su cabello castaño, no era demasiado largo y para ser liso, tenía bastante volumen. Su flequillo estaba peinado hacia un lado y hacía un pequeño remolino que caía en la parte izquierda de su frente.

Básicamente, si me dijeran que él era un modelo, me lo creería sin más.

-¿Pensamientos? -preguntó y por un momento le miré extrañada.

-Eh... SÍ, sí -solté bruscamente para luego formular una risa nerviosa. Me analizó por unos segundos. Al ritmo que voy, creerá que estoy mal de la cabeza...

-¿Saltándote clases? -sonrió de lado con una mirada provocadora.

Mis hormonas saltaron y me puse roja como un tomate.

-No... -pronuncié casi inaudible.

-No te había visto por aquí antes... -dijo más para sí mismo que para mí.

-Oh, lo siento, no me he presentado... Mi nombre es Zephyr -sonreí. Pero el misterioso joven palideció y se tensó al escuchar mi nombre.

-¿Te pasa algo? -pregunté al ver su mirada perdida.

No respondió, se dio la vuelta y comenzó a dar pasos rápidos.

-¡Hey! -intenté llamar su atención-. ¡Espera! -volví a intentarlo, pero no se detuvo y desapareció por la puerta principal.

Que tipo más raro... Aunque condenadamente sexy.

***

¡Hey babymoon! 💖

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Sayonara 🌚

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