Me desperté con un dolor punzante en la cabeza. Miré a mi alrededor y estaba acostada en la cama de mi actual habitación, en la casa de Darion.
¿Qué me había pasado? No recordaba nada después de que estuviera en el instituto, en aquel pasillo.
Entonces me incorporé, y alguien tocó en la puerta de la habitación y la abrió. Era Adonis. Lo observé con cara extrañada, a modo de pregunta.
-Parece que por fin te has despertado -se acercó-. Evangeline te ha dado muy fuerte en la cabeza, y estuviste inconsciente varias horas -explicó, y se sentó en la cama.
Seguí observándolo, en silencio para que continuara contando.
-No creía que mi hermana pequeña estuviera tan obsesionada con Darion, hasta el punto de intentar matarte -habló con una sonrisa de lado que me recordó un poco a la de Darion.
-Pero no puedo saber mucho de ella ya que estoy siempre muy ocupado -comentó.
-Adonis, cuéntame ya qué pasó, porque sigo sin saber por qué me duele tanto la cabeza -dije sin mucha paciencia.
-Evangeline intentó secuestrarte, pero llegué algo a tiempo para que no te llevara con ella, si hubiera llegado unos dos segundos tarde, seguramente estarías siendo torturada ahora mismo -reveló y se levantó de su asiento en la cama.
-De ahora en adelante, no podrás ir al instituto, pero para que no te aburras, te llevaré conmigo a mi trabajo -sonrió Adonis, y se fue de la habitación.
***
Más tarde, me fui a cenar. Durante la cena, que fue bastante aburrida, me puse a pensar en todo lo que había pasado hoy. Algo me decía que lo que me había contado Adonis no era del todo cierto. Pero hasta el momento, Darion no me había llamado, y supuse que estaba ocupado, así que yo tampoco lo llamé.
Ahora estaba en mi habitación, pensando seriamente en qué pasaría con mis estudios, pero otra voz en mi cabeza decía que eso ahora mismo no importaba, al final de cuentas era más importante mantenerme con vida que estar arriesgándola en el instituto.
Miré la hora en mi móvil, ya eran las diez de la noche, aún no tenía sueño, pero me acosté para intentar dormir, porque según Adonis, nos levantaríamos muy temprano para ir a su trabajo.
Tampoco me había dicho en qué trabajaba, pero ya me estaba acostumbrando a los miembros de la familia Demetriou, el misterio era su pan de cada día.
Y aunque yo ya no tuviera tantos planes para mi futuro, debido a todo este nuevo mundo, creo que me voy a quedar mucho tiempo en esta familia tan inigualable.
...
Me levanté de la cama, sentí mi piel muy fría y mi cuerpo pesado...
-¿Realmente creíste que te ibas a escapar de mí? -sonó su aguda risa por toda la habitación.
¿Evangeline?
-Parece que sí, pero sabes, a mí me pone de muy mal humor cuando mis presas creen que pueden escapar, eso me hace pensar que realmente no creen que van a morir -hizo una pausa-. Por eso, a esas presas incrédulas, yo les hago el triple del sufrimiento, para que me supliquen la muerte -apareció delante de mí y sonrió de forma malévola.
-Esta vez, despídete de Darion, él no estará para salvarte de tu triste destino -habló y me cogió del cuello, clavándome sus uñas en este.
Intenté gritar por el dolor, pero me estaba apretando el cuello tan fuertemente, que casi no me pasaba el aire.
Entonces volví a sentir la sensación de hormigas trepando por mis piernas.
No podía hacer nada más, iba a morir allí.
...
Abrí los ojos desesperada, y empecé a gritar como si me fuera la vida en ello. Mi corazón daba cabalgadas y mis ojos no paraban de llorar.
-¡Tranquila Zaphyra! -me abrazó Adonis para que parara de gritar.
Me tranquilicé un poco, pero seguí llorando desconsoladamente.
-Tranquila, todo está bien, ya pasó -intentó calmarme durante unos minutos.
-Ambrose, trae un poco de agua -pidió Adonis al mayordomo.
Ambrose entró en una pared y poco después apareció con una jarra de agua y un vaso en una bandeja. Adonis cogió el vaso y lo llenó, para después dármelo a mí.
Bebí despacio, todavía no podía calmar mis sollozos, pero las lágrimas ya habían cesado. Le devolví el vaso a Adonis y él o dejó otra vez en la bandeja.
Toqué mi cuello, y noté las marcas que me había dejado Evangeline. Pero también noté que no estaba el colgante que me había dado Darion. Ahora tenía sentido el que Evangeline no estuviera en la habitación en este momento, ella había conseguido acceder a mi mente.
¿Cómo no me había dado cuenta antes?
-Adonis, no tengo mi colgante -hablé mirándole.
-¿Qué colgante? -preguntó extrañado.
-Creo que ella habla del cuarzo rosa, según lo que sé, es un tipo de piedra que hace que ningún ser pueda invadir la mente del que la posee -explicó Branis, que hasta el momento no me había dado cuenta de que estaba allí.
-Bueno, chica, supongo que Evangeline te lo ha robado, pero no te preocupes, Adonis me llamó a tiempo para desencadenarte de ella -reveló Branislava.
-Pues habrá ponerle otro cuarzo rosa lo antes posible, con algún encantamiento de propiedad -comentó Adonis.
-Sí, estás en lo cierto Adonis, pero es complicado encontrar un cuarzo rosa con esas propiedades -le contestó.
-¿Encantamiento de propiedad? -curioseé.
-Hace que no te puedan robar otra vez el cuarzo rosa -declaró rápidamente Branislava.
(Tiene sentido)
Miré por la ventana, parecía que estaba amaneciendo, y me di cuenta de que este día iba a ser muy largo.
***
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Sayonara 🌚
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Vampiro Secuestrador
VampireDarion es un vampiro muy posesivo, que tiene una extraña relación con Zephyr, una joven de 19 años. Él busca la forma de hacerla solamente suya...