Zephyr
Paré en seco, me giré y le miré directamente. Sus ojos penetrantes me ardían en la piel, y por alguna razón sentí que algo no iba a ir bien a partir de ahora.
Nos quedamos unos segundos en silencio, hasta que él decidió explicarse.
-No estás preparada para todo lo que te tengo que contar -hizo una pausa-. Pero te lo tendré que decir, lo antes posible, puede que así recuerdes -habló acercándose a mí.
¿Por fin contaría lo que me estaba escondiendo? Tragué el nudo que se formó en mi garganta.
-Ven, te tengo que enseñar algo -soltó tendiéndome su mano.
La agarré y me llevó hasta delante de la puerta que intenté abrir la vez que Ambrose me detuvo.
En este caso, cuando Darion intentó abrir la puerta, esta sí cedió. No soy experta en estos temas, pero supuse que solo la podía abrir él.
-Entra -ordenó.
Hice lo que me dijo y al entrar vi una sala llena de cuadros, armarios con libros viejos, un escritorio de madera con varias cartas y lo que parecían ser documentos antiguos y amarillentos.
Me acerqué a un cuadro que me llamó demasiado la atención.
Era Darion en su niñez y lo que parecía ser su familia.
Pero no estaban sus primos, sino quienes yo identifiqué como su padre, su madre y su hermana mayor.
Después miré el cuadro que estaba al lado... Vi las mismas personas que vi en aquel sueño que Darion me mostró una vez. Y esa niña, que se parecía de sobremanera a mí.
Miré los demás cuadros y vi muchos más del mismo estilo, hasta que paré en uno.
Era yo. Rodeada de flores, con un vestido largo y de otra época.
-¿Qué es todo esto? -pregunté sintiendo un nudo en la garganta.
Lo primero que pensé, por muy tonto que parezca, fue que a lo mejor yo también era vampiresa. Pero rápidamente descarté esa opción, porque era casi imposible... Yo me sentía muy humana, y no me atraía en nada el hecho de beber sangre.
Unos momentos después de que me sintiera demasiado confundida, Darion decidió hablar.
-Por lo que veo, no recuerdas nada... -habló con voz apagada.
-¿Recordar qué? No te entiendo Darion -solté buscando en algún lugar de mi mente lo que se suponía que tenía que rememorar.
-Te llamas Zaphyra Lemonis, tus padres no son los que crees, ni tu abuela es Melissa -contestó.
Esto no podía ser verdad. ¿Qué locuras me estaba diciendo Darion?
-¿Ves estas personas en los cuadros? -señaló los cuadros que tenían la misma familia, que no era la suya-. Son tú, y tus verdaderos padres, la familia Lemonis -.
Mis ojos empezaron a lagrimar en ese momento, mi corazón estaba muy dolido, no me lo quería creer, no podía ser cierto.
-Eres hija de la diosa Thea, y el rey Adam Lemonis -.
-¡Eso es imposible Darion! ¿Cómo me puedes decir eso? Mis padres murieron en un accidente, Jocelyn y Matthew Wood -dije con voz quebrada.
-No, Zaphyra, los señores Wood murieron junto a su hija Cassandra Wood, los recuerdos que tienes hasta los trece años son de ella -se giró y cogió una fotografía en el escritorio de madera, para después enseñármela.
Eran mis padres, y una niña de más o menos aquella edad.
No supe qué decir, aquello me estaba matando por dentro...
-Ahora tendrás la prueba más crucial de todas, ¿recuerdas algo antes de conocerme? -preguntó.
-Claro... -respondí automáticamente.
-Pues cuéntame algo de cuando tenías quince años, por ejemplo -pidió.
-No entiendo por qué me preguntas eso, yo con quince años... -me puse a pensar.
Mierda. Todo está en blanco... No recuerdo ni siquiera mis cumpleaños después de los trece.
No, no, y no. Seguro no recuerdo nada porque Darion me está abrumando. Esto solo puede ser un montaje, me habrán inyectado algo o... No lo sé.
-Exacto, no tienes recuerdos -afirmó Darion, guardando la foto otra vez en su sitio.
-Estuviste en un estado de coma durante cuatro años, después de la muerte de Cassandra, y Melissa, tu supuesta abuela, te estuvo escondiendo de los hechiceros de mi padre -hizo una breve pausa-. Por eso no tienes recuerdos en esos años -comentó.
Solo quería encerrarme en algún lugar en aquel momento, y llorar hasta que mis ojos ardieran.
Darion se acercó y me secó algunas lágrimas, después me abrazó y me acarició la cabeza. Quería apartarme, pero me dolía tanto el corazón que simplemente me quedé allí, en sus brazos.
-Tranquila, es todo mi culpa -habló él, mientras me apretaba en su abrazo, como si en algún momento yo me fuera a desvanecer.
-Nunca debimos habernos visto otra vez en aquel pasillo del instituto -soltó con un matiz de tristeza.
Esa frase me dolió incluso más que lo que me estaba contando, y me di cuenta de que ya no importaba quien fuera yo realmente, simplemente tendría que seguir con mi nueva vida, por muy peligroso que fuera.
Me separé de él, y le miré a los ojos.
-Darion, ¿realmente piensas eso? -interrogué.
-Simplemente no quiero causarte más sufrimiento, pero ya no se puede volver atrás -.
***
Unas dos horas más tarde Darion me había terminado de contar lo que en aquel entonces no sabía.
Al parecer, mi verdadera familia también estaban todos muertos, mi madre, Thea, murió poco después de yo cumplir siete años, porque al tener una hija mitad humana, le causó muchos problemas, y se fue debilitando hasta que dio su último suspiro. Y mi padre fue asesinado por el Conde Nicodemus, el padre de Darion.
Mi padre había intentado interrumpir el ritual de iniciación de Darion, para evitar que yo fuera sacrificada. Pero lo que no sabía mi padre es que Darion no pretendía sacrificarme, y murió en vano.
Y ahora, ¿por qué yo seguía viva, y Darion pudo hacerse vampiro?
***
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Sayonara 🌚
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Vampiro Secuestrador
VampireDarion es un vampiro muy posesivo, que tiene una extraña relación con Zephyr, una joven de 19 años. Él busca la forma de hacerla solamente suya...