Quince

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Narra Alicia.

Llego a casa un poco apresurada, tengo que ducharme y arreglarme el pelo, además de maquillarne claro. Como de costumbre, mis padres no están. Saludo a Camila y a Roger, y me meto en seguida en mi dormitorio. Saco la ropa y la pongo encima de mi cama. Cojo la ropa interior, y las toallas del un cajón de mi ropero, y me meto en el cuarto de baño, ¡nada de bañera!  Pongo el agua tibia, ni muy caliente ni muy fría, pero más tirando a caliente.
Una vez que entro a la ducha, las gotas caen por mi cuerpo y empiezo a relajarme, pero un pensamiento invade mi cabeza hasta tal punto que me es imposible ducharme con tranquilidad ¿será verdad lo que me ha dicho Sandra?

¿Un matón? No, que vá... Es cierto que tiene pinta de ser un pasota y un macarra, pero dudo mucho que sea así. ¿Y un mindundi? Mucho menos, es el hijo del señor Oviedo, y con lo poco que lo conozco, dudo que no le haya dicho a Daniel que se ponga a estudiar o ha hacer cualquier cosa... Tal vez deba de darle un voto de confianza. No hacer caso al que dirán... Al fin y al cabo, me ha dicho princesa...

Me quedo un par de minutos más en la ducha que de costumbre, necesitaba darme a mí misma valor ante esta locura que voy a cometer.
Me enrollo una toalla en el pelo y otra en el cuerpo. Me quito la toalla del pelo, y me lo peino. Raro, pero no tengo ni un tirón.
Me seco el cuerpo, y me pongo la ropa interior. Salgo a mi habitación, y ya comienzo a arreglarme.
Me echo una crema suavizante para el cuerpo perfumada. Huele a vainilla. Me seco el pelo con el secador, una vez que lo tengo completamente seco, me pongo ropa cómoda para comenzar a maquillarme, y a arreglarme el pelo. Son las siete menos cuarto, sobre las siete, siete y cuarto habré acabado con el pelo, y hasta las y media, no habré acabado con el maquillaje.
Tal y como lo había dicho, lo acabo todo a tiempo. Ahora sólo hace falta vestirme, me pongo que está encima de la cama.
Buah, me queda genial, las cosas como son. Me doy un último toque en las pestallas, y aunque estemos en julio, decido coger una chaqueta vaquera por si las moscas refresca.
Al salir de mi casa, y notar ese pequeño aire caliente que choca en mis mejillas, unas cosquillas en el estómago, se apoderan de mí.
Pego rumbo al parque, en el cual nos hemos citado. 

¿Pensará que estoy muy arreglada? ¿habrá preparado algo o nos tiraremos toda la tarde aquí sentados? ¿se habrá vestido bien? Madre mía, estoy de los nervios, ¿por qué tengo que ser tan orgullosa? No tenía que haber abierto el mensaje de direct.

Nah, he hecho bien, para que vea que no soy como esas chicas con las que él suele juntarse. Pero en cambio, me muero del miedo si mis padres se enterasen de que no estoy con Sandra, si no con el hijo macarra del señor Oviedo... ¿qué hago? ¿me voy? Aún estoy a tiempo para darme la vuelta... Pero, ¿y si me lo paso bien a su lado? Pero claro, tampoco me puedo fiar de él. Prácticamente, es un desconocido.

Llego al parque, y creo que me voy a desmayar. Es mucha tensión para mí.Alicia, la próxima vez, no seas tan orgullosa. Miro a todos lados, no veo a Daniel. Empiezo a ponerme mucho más nerviosa, ¿me ha dejado plantada? No debí de fiarme de él, es cómo Sandra me había dicho. Niego con la cabeza, y doy la vuelta. Seguro que ha tenido otro plan más importante. A lo mejor a quedado con sus amigos para emborracharse, o para beneficiarse de alguna chica inocente, para luego deshacerse de ella a la mañana siguiente como si no hubiese pasado nada... Me siento cómo estafada, engañada. A medio camino, me siento en un banco. No me puedo creer que me haya dejado plantada.
Estoy muy decepcionada. ¿Qué me creía?¿qué iba a ser el chico que cumple su palabra? Dios, que ingenua soy... Apoyo mis codos en las piernas, y escondo mi cara entre mis manos. Me siento avergonzada. ¿Cómo he podido caer en esto? Alguien se sienta en el mismo banco que yo, aunque no me molesto en mirar de quién de trata.

—¿No habíamos quedado en el parque? —dice una voz masculina, grave, y muy pero que muy sexy.

Me giro hasta dar con la persona que ha dicho eso. Era él, Daniel.

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