Veintiocho

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Narra Dani.

¿En serio que me estoy poniendo por liarme con una chica? Estoy más que acostumbrado, y no sé, creo que el beso que me he dado con Alicia, ha sido muy diferente a los demás. Quiero decir, me ha gustado más, porque ha sido muy inocente. Jamás se había besado así con un chico, y me ha encantado ser el primero.
Si otra chica me hubiese dicho lo mismo que Alicia, que nunca se ha besado con ningún chico, sinceramente, me hubiese reído en su cara, pero al decírmelo ella, el corazón me ha empezado a latir muy rápido.

Después de nuestro primer beso en condiciones, nos quedamos dormidos ya que son las seis de la mañana. Noto que he dormido muy descansado, y muy feliz por sentir a Alicia tan cerca de mí. Es la segunda vez que dormímos juntos. Espero que se repita más veces. Lo que siento, es increíble, pero siempre hay algo que todo lo arruina, como por ejemplo, la alarma del móvil de Alicia.

-Oh Dios, apágalo.-digo mientras que me froto los ojos, y vuelvo a rodear a Alicia con mi brazo.

-Son las dos de la tarde Dani, tengo que bajar a comer.-dice mientras que se levanta, abre su armario, coge ropa, y se marcha al baño.

Tarda como cinco minutos, sin exagerar. Yo de mientras, me levanto de la cama, me acerco al espejo que hay encima de mi escritorio,  me adecento un poco el pelo y me arreglo la ropa.

Escucho la puerta del baño abrirse, y al instante cerrarse, me giro y está Alicia ya vestida y arreglada.

Escucho la puerta del baño abrirse, y al instante cerrarse, me giro y está Alicia ya vestida y arreglada

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-Guapísima, cómo de costumbre.-le cojo de la mano, la acerco a mí, y le dejo un beso en la mejilla. Ella se pone colorada.

Me encanta que reaccione así por mí. Me encanta que sea diferente a las demás. Me encanta que sea así de inocente, que sea así de nueva en el tema de los niños. Me encanta ser el primer chico que la vaya a enamorar, no sé, es que me encanta absolutamente todo de ella. Es perfecta. Lo tiene todo, y voy a hacer que se enamore de mí.

-¿Te apetece que nos veamos dentro de un rato?-me dice, mientras que juguetea con mis dedos.

-Me encantaría quedar contigo.-le digo-. ¿A qué hora?

-A las cinco, en el parque.-se queda callada, y se muerde el labio inferior. Me entran unas ganas locas de besarla, pero me contengo-. ¿Tienes monopatín?

-¿En serio sabes también montar en monopatín?-le pregunto asombrado.

-Yo sé todo, guapo.-me guiña un ojo.

Le recomiendo que no me guiñe más el ojo.

-Bueno, se lo pediré prestado a mi hermano. Lo tiene de adorno en el armario.-le digo.

-Pues perfecto, nos vemos en el parque a las cinco.-me suelta de la mano y arquea las cejas hacia arriba.

Le cojo de las manos, y con un poco de fuerza, la atraigo hacia mí.
Le atraigo mucho más hacia mí poniéndole mis manos sobre su fina cintura.
Pego mi frente en la suya, y veo que cierra los ojos, y se muerde el labio inferior.

¿He dicho ya que me encanta? Pues lo vuelvo a decir, ¡me encanta!

Alzo su cabeza hacia arriba, para que me vea. Está colorada. Sonrío.

-¿Sabes que te quiero?-le digo poniendo otra vez mi frente pegada a la suya.

-¿Y tú sabes que hasta que no me lleves a la playa, no sabrás si estoy o no enamorada de ti?-me susurra en el oído.

-¿Me estás chantajeando?

-Puede ser...

Pongo mi mano derecha en su nuca, y poso sus labios encima de los suyos, sin meter la lengua.
Con mi mano izquierda, la vuelvo a poner en su cadera, y la acerco más a mí.
El gesto que ella hace, me para el corazón de la emoción.
Se pone de puntillas, y coloca sus manos en mi nuca, apretándome hacia ella.
No se atreve a meter la lengua, así que, lo hago yo poco a poco.
Entreabro mis labios, y junto los míos, los de ella. Nada más que meto mi lengua en su boca, me encuentro directamente con la suya, un poco más juguetona que antes, pero igual de tímida.

Me separo de ella, y rozo mi nariz contra la suya. Le acaricio las mejillas.

-Nos vemos luego princesa.-le digo mientras me separo de ella, y voy hacia la ventana para saltar.

-Nos vemos luego, Dani.-se acerca a la ventana, y cuando ya estoy encima del árbol, me da un par de golpes en el hombro, me doy la vuelta, me coge de la cara, y me deja un beso en los labios.

Enemigos Perfectos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora