Treinta y tres

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Dos semanas después...

Narra Dani.

La verdad es que hoy estoy bastante nervioso. Me he despertado súper temprano, ya que he tenido que preparar una pequeña bolsa con ropa.

Ya tengo la aventura perfecta para mí y Alicia.
Llevamos saliendo dos semanas. Mi primera relación larga, por así decirlo.
Me siento orgulloso de mí mismo, porque no me pierdo con otras chicas. Por ejemplo, me voy con Jorge de fiesta, y ya no le lanzo a por las chicas como antea solía hacer. Hasta Jorge se ha dado cuenta de mi cambio, y estoy bastante orgulloso. Lo que pasa, es que a mis amistades no les he dicho nada sobre mi relación con Alicia. Porque quiera o no, esto puede ser una tontería de dos o tres semanas. Así que, hasta que no estemos 100% seguros de que esto puede llegar a algún lado, no vamos a decir nada.

-¿Qué haces despierto tan temprano?-me pregunta Jesús desde la puerta del cuarto de baño, con una cara de sueño, que no puede con ella.

-Me voy con Alicia durante este fin de semana.-le comunico.

-¿Y mamá y papá lo saben?-Jesús entra al baño, se pone enfrente del váter, se baja los pantalones del pijama, y hace pis.

-Sí, les he dicho que me iba de fiesta a la Costa Brava. Me han dejado. La casa de la playa y está cerca. Nos quedaremos allí a dormir.

-Pues que lo disfrutes.-me pone una mano en el hombro, bosteza, y se va del cuarto de baño.

Termino de echarme la gomina en el pelo, y una vez que lo termino, cojo la bolsa del suelo, y me la cuelgo al hombro.
Bajo despacio las escaleras, sin hacer ruido para no despertar a las demás personas que duermen en la casa.

Le mando un mensaje a Alicia. Espero que esté despierta.

-Buenos días a lo más bonito de toda mi vida.

Espero un par de minutos para que conteste. Mientras tanto, guardo la bolsa en el baúl de la moto.
Suena mi teléfono. Es Alicia.

-Sí cariño. Ya estoy despierta. ¿A dónde me vas a llevar?

-Mmm.. eso es un secreto. Pero estoy más que seguro de que te va a encantar.

-Que ganas!!! Bajo en seguida.

Bloqueo el móvil, arranco la moto, y me dirijo al parque de siempre. Donde siempre quedamos.

Espero que le guste el sitio donde la voy a llevar.

Le he mentido a mi hermano. No voy a ir a la Costa Brava. Voy a utilizar, el viaje que me regalaron mis padres al cumplir la mayoría de edad. Me regalaron un fin de semana con todos los gastos pagados a las Maldivas. Y allí es a dónde me voy a llevar a Alicia. Espero que le encante. A Jesús, le regalaron un viaje a California, Venice Beach, y se fue con Alfonso. Un fin de semana de amigos. Me dijo que si quería ur con él, pero le conteste que no, tenía planes. Y bueno, ya sabéis que planes eran esos, ¿no?...

Al llegar al parque, solo esperé unos segundos. Menos mal. Aún tenemos que ir al aeropuerto.

-Hola guapísima.-le dije nada más verla.

-Bueno días cosa horrorosa.-me dice ella.

-Vaya, que buenos días tan buenos, oye.-le sonrío, y le dejo un suave beso en los labios-.¿Qué le uas dicho a tus padres que ibas el fin de semana?

-Les he dicho que me iba con Amanda el fin de semana Guadalajara. Me han dejado. No hay problema.

-Pues vamos allá. Deja la bolsa en el baúl, y agárrate fuerte.-me hace caso al instante. Cuando se sienta detrás mía, me da un beso en la cara.

Salimos de la urbanización, y en uno de los primeros semáforos, Alicia se pone a la altura de mi oído.

-¿Adónde vamos?-me pregunta.

-Al paraíso.-le contesté, y conduje hacia el aeropuerto.

Bajamos al parking del aeropuerto, esperando a que aquí, no le pase nada.

-Dani, ¿me puedes decir a dónde vamos?-me pregunta mientras se cruza de brazos.

-¿Confías en mí?-asiente-. Pues no me preguntes más, y déjate llevar. Te va a encantar, en serio.-le rodeé con mis brazos, le apreté contra mía. Y le dí un beso en la sien.

Tuvimos que esperar casi media hora para empaquetar las bolsas, y porfin nos fuimos hacia el avión.

-En serio Dani, ¿me puedes decir ya a dónde vamos?-me vuelve a preguntar.

-Es que quiero que lo veas con tus ojos. Sólo te voy a decir, que vas a estar rodeada de agua.

-Daniel Oviedo, como me lleves al Sealife de Benalmádena, te mato. Te juro que te mato.-me dice seria, pero creo que al ver mi cara, se ha empezado a reír.

-Por Dios Alicia, ¿cómo te voy a llevar a eso? Es una ridiculez. -estallé en una carcajada.

Le contagié la risa, y los dos comenzamos a reírnos.
Cada vez que la escucho reír, mi cuerpo me dice, que voy a ser feliz con ella durante toda mi vida.
A su lado, me siento bien. Me siento orgulloso de tener a alguien como ella a mi lado.

La cojo de los brazos y la acerco a mí.

-Estás como una puta cabra.-le susurro al oído.

-Y tú estás muy buenorro.-me dice ella. Es imposible tener una conversación con ella. Y comp es ya más que una costumbre, me coge el culo. Y con las dos manos.

-Por Dios.-dije.

-¿Qué pasa? ¿No te puedo tocar el culo?-me pregunta ella.

-Creo que estás obsesionada con mi culo. Déjamelo tranquilo, hombre.-digo riéndome.

-Pero es que no se puede ir por la vida provocando, Oviedo. -levanta las cejas.

Y por un momento, quise hacerla mía en ese mismo instante, pero me contuve. No se puede hacer el acto sexual en sitios públicos, ¿o sí? Aunque por provar, no pierdo nada. Eso lo pensaría siendo el antiguo Dani, ahora ya no.
Ahora con ella es todo diferente. Quiero que con ella, se especial. Quiero que recuerde su primera vez conmigo, como algo maravilloso, mágico y bonito. Ya habrá tiempo para hacerlo más morboso, pero de momento, quiero hacerla sentir lo más querida posible. Porque lo vale, y porque se lo merece.

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