Veintidós

1.8K 107 59
                                    

Narra Dani.

Recibo un mensaje de WhatsApp de mi amigo Jorge.

-Tío, ¿dónde estás?

-Estoy llegando.

-Habíamos quedado a las cinco tio... No vas a llegar ni de coña.

-Que sí, que te calles. Mira por tu ventana, so gilipollas.

-Ah, vale.

¿Cómo iba  ser impuntual a una fiesta cómo ésta? Es el cumpleaños de Jorge, y a hecho una fiesta en su piscina. Cumple 18, y hay que celebrarlo por todo lo alto. Jesús también viene.

Voy andando hasta su casa, ya que vive también en la misma urbanización que yo.

Pego al timbre, y me abre un chico que va muy bien vestido. Pole verde menta, con unos vaqueros pitillo y unos náuticos del mismo color. Sí, muy tumblr todo.

Me dirijo a la zona de la piscina. Jesús me ha dicho que vendrá un poco más tarde.

-Hey, felicidades tío.-le digo mientras le choco la mano, y nos damos un abrazo-. Ésta fiesta va a ser la ostio tío. Hay que celebrarlo por todo lo alto.

-Y tanto, a venido Raquel-. Dice emocionado, porque es la chica de la que ha estado coladito durante vario años.

-Pues ya sabes macho, disfrutalo.-le guiño un ojo, y me voy hacia las bebidas.

Me sirvo algo suave. Tan sólo son las cinco de la tarde. Me decanto por una simple coca-cola, cuando vaya entrando la noche, subiré más el tono.

Me siento en una de las hamacas que hay en el jardín, hay varias chicas con bikimis diminutos bailando en el bordillo de la piscina. Intento no mirar, pero me s imposible.

Danielín quiere fiesta.

No por favor, ahora no.

Me concentro para que se baje un poco, pero no puedo. Cuando Danielín quiere lo suyo, se lo tengo que dar.

Le echo la vista a una rubia, de ojos verdes. Más de una vez hemos coincidido en alguna que otra fiesta, pero nunca la he visto con tan poca ropa. Así resulta mucho más atractiva.

Me acerco a ella. Sus amigas me han visto, y se han alejado de ellas.

-Hola, soy Daniel Oviedo. Creo recordar que nos hemos visto en varias ocasiones, ¿no es así?-le digo intentándo que no se me note que quiero tema.

-¡Ah, sí! Daniel Oviedo.-se acerca a mi oído-. Me han dicho que haces maravillas con la lengua, ¿no es así?-dice con un tono tan sensual, que me pongo hasta nervioso.

-Bueno, no soy muy egocéntrico, pero es algo que se me da bien.-levanto una ceja.

-Quiero probar.-me coge de la mano, y me lleva hasta una hamaca.

Me empuja en la hamaca, y me siento en ella. Para mi sorpresa, esa chica rubia, de cuyo nombre desconozco, me sube a horcajadas encima de mí.
Noto cómo hace presión con la pelvis en Danielín.

Madre de mi vida.

Pone sus manos en mi nuca, y comienza poco a poco a mordisquearme los labios. Y que me hagan eso, me pone bastante.
Pasa su lengua cálida por mis labios, y finalmente, me besa, así metiendo la lengua en ésta.

Nos separamos por falta de oxígeno, y ella posa sus carnosos labios en mi cuello, absorviendo la piel de ésta, y dejando un gran moratón.

Me encanta que hagan eso. Me gusta que me hagan marcas para que la gente vea, que soy de ellas.

Mis manos no paran de moverse por su espalda, hasta que decido que es hora de pasar a la acción.

Mis manos se pone entre Danielín, y entre su pelvis.
Al ser la parte de abajo del bikini tan diminuto, mis dedos pasan sin ningún tipo de problemas, y me adentro dentro de ésta belleza.

-Dani-dice gimiendo-. Vámonos a la habitación.

Se levanta de encima mía, entramos en casa, y veo a Jesús, y él, me ve a mí.

-Dani, ¿a dónde vas?-me pregunta.

-Ésta chica, me quiere enseñar las habitaciones.-digo riéndome.

Jesús, abre los ojos como platos, me coge de la camisa, y me lleva un poco más lejos de dónde están los invitados en la fiesta.

-Dani, ¿qué coño estás haciendo?

-Todavía nada, tranqui. Pero si me dejas irme, podré hacer algo.-miro a la chica, y le guiño un ojo.

-¿Y qué pasa con Alicia? ¿eh? ¿No estabas tan enamorado de ella?-niega con la cabeza-. Ya decía yo, que aún no estás preparado para sentar la cabeza.

Joder, Alicia. Mierda, mierda, y más mierda. Había quedado con ella a las cinco. Joder, es verdad. Me he olvidado de nuestra cita. Son más de las siete de la tarde. Joder tío, que cagada.

-Jesús tío, Dios.-me echo las manos en la cabeza-. Joder, había quedado con ella a las cinco. Dios tío.-me siento en el sofá, y me tapo las manos en la cara. Tengo ganas de llorar, y no tardo en hacerlo.

-Venga Dani-me pasa su mano por la espalda-. Mándale un mensaje pidiéndole perdón, que no te acordabas de que tenías un cumpleaños, y que tenías que asisitir.

-No puedo. Mándaselo tú. Le tengo puesta, Alicia Martín. -le doy el móvil. No puedo hacerlo, estoy temblando.

Coge el móvil, y enseguida se mete en el chat. No quiero ver su respuesta, y ni nada. Seguro que me va a mandar a la mierda.

-Dani-dice Jesús serio.

-¿Qué pasa?

-Se va de España.

Enemigos Perfectos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora