21 de octubre del 2023
Narra Dani.
Creo que la sorpresa para el cumpleaños de Alicia cuando cumplió sus dieciocho, a venido con cinco años de retraso, pero creo, que va a merecer la pena, y muchísimo.
Me mudé, y me fuí a vivir solo, bueno, y con mi hermano, que no me deja ni a Sol ni a sombra, pero le quiero.
Terminamos la carrera de periodismo, y tanto Jesús como yo, damos las noticias de la tarde y de la noche juntos. Al director le hizo gracia que fuesemos gemelos, y nos puso juntos. Mejor.
Alicia al terminar el bachillerato, se fue a Roma durante dos años, para hacer la carrera de moda en la Falconieri, yo obviamente me fui con ella, solo que los domingos, volaba a España para estar con mi hermano y mis padres, aunque Jesús y Sandra venían a Italia con bastante frecuencia.
Pero esos dos años, se pasaron volando.Y bueno, después de haberlo estado pensando tanto y hablarlo un millón de veces con mi hermano y con Sandra, estoy cien por cien seguro de dar el paso. Y sí, lo voy a hacer ya.
Llamo a Alicia.—Amor, prepárate una maleta rápido.
—¿Para qué Daniel? —me preguntó ella divertida.
—Para retomar nuestras aventuras.—ella soltó una risa—. Vamos pequeña, date brío.
—Que sí pesado de mierda. Te amo.—me lanza un beso, y colgamos.Buah Dios, estoy súper hiper mega nervioso. Pero creo que es lo correcto. Jesús, Sandra y yo pensamos que es lo mejor.
Me tiembla el cuerpo entero, y estoy deshidratandome de todo lo que estoy sudando.
Pero hay que hacerlo. No soy el primero, ni el último que pasa por esto, y al fin y al cabo, siempre sale bien. O eso quiero pensar...Me despido de Jesús, que me desea suerte, y salgo a la calle.
Cojo mi moto, y me paso por la casa de los padres de Alicia. Ella ya estaba esperándome en la puerta con una pequeña maleta que se cuelga a los hombros.—¿Se puede saber a dónde vamos Dani?
—Sorpresa.
—En serio, no empieces.
—Has empezado tú preguntándome. Y solo te he respondido. Ahora calla que son muchas horas conduciendo.
Alicia apoya su cabeza en mi hombro, y se queda tranquila durante las dos horas de viaje.
—Ya hemos llegado cielo. —le digo mientras muevo el hombro para despertarla.
Cuando abre los ojos, reconoce el sitio enseguida.
—¿Valencia? ¿Qué hacemos aquí, Dani?
—¿Recuerdas que te dije que quería volver aquí contigo? —ella asiente—. Pues aquí estamos cariño—le doy un beso en la mejilla.
—¿Y ahora para qué? ¿Vamos a ir a la terraza a desayunar?
—No, vamos a hacer algo mucho mejor.
—¿El qué?
—Ésta noche. No te arregles mucho, va a ser un paseo por la playa.
Llegamos a la habitación de un hotel que estaba mucho más cerca de la terraza dónde estuvimos desayunando aquella vez que vinimos juntos a Valencia, y me enamoré de ella.
Y otra vez estamos aquí, después de seis años juntos.
Quiero que llegue ya la noche, aunque no falta mucho, solo un par de horas, y os aseguro que estoy temblando. Tengo un nudo en el estómago que creo que no es normal. Pero no me puedo echar ahora atrás. Lo tengo más que preparado. Y más que pensado.{}
—¿Estás ya lista? —pregunté muy impaciente.
—Sí cansino. —sale Alicia del baño con un moño alto flojo. Estaba monísima así.
—Pues vamos.
Le cojo de la mano, andamos un gran pasillo hasta llegar al ascensor.
Estoy súper tenso, y sé que Alicia me lo ha notado.—Dani.—escucho decir—.¡Dani que me estás haciendo daño!
Le miré, y le solté la mano. Se la estaba apretando bastante fuerte.
—Lo siento. —me disculpé y me sequé el sudor de la frente con un pañuelo que casualmente tenía en el bolsillo delantero de los pantalones.
—¿Se puede saber qué es lo que te pasa, Dani? Te veo muy inquieto...
Si ella supiera...
—Nada cariño, es que hace mucha calor.—le mentí.
Salimos del hotel, y le tapé los ojos con un pañuelo. Iba a ser la sorpresa de su vida. Dios, solo espero que vaya todo bien.
—Dani, explicame que es todo esto.—me dice con un todo desesperado.
—Calla y anda. Es todo plano.—le aseguré.
Menos mal que el hotel estaba a pie de playa, y en menos de dos minutos estabamos llegando al lugar.
—Levanta un pie que hay un escalón.
Cuando lo subio, me puse delante suya, y puse una de mis rodillas en el suelo. Saqué la cajita de los bolsillos con las manos temblorosas. Suspiré, la miré, y...
—Alicia, ya puedes quitarte el pañuelo.
Y cuando lo hizo, abrió mucho los ojos, y se tapó la boca.
—Pero Dani, ¿qué haces? —dijo con la voz quebrada y los ojos rojos.
—Quiero estar siempre contigo, ¿quieres casarte conmigo?
ESTÁS LEYENDO
Enemigos Perfectos
Fanfiction¿Tienes miedo a enamorarte de la persona equivocada? Siempre han dicho que las apariencias engañan. Te aseguro, que ésta novela, no te dejará indiferente. Lee y vive en primera persona los primeros síntomas de una chica que se enamora de alguien...