Dos

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Narra Dani.

Me despierto sobre las 12 de la mañana. Un rayo de sol que entra por mi ventana me deja unos segundos sin visión.
Me levanto de la cama, y voy hacia el baño. Danielín se ha despertado con ganas de marcha.

Me lavo la cara, y me decento un poco. Seguro que mi madre me la lía por despertarme tan tarde. Debe de estar ya más que acostumbrada.

Antes de presentarme ante mi familia, le envío un WhatsApp a Jorge.

¿Está ya todo preparado?

—Todo controlado. Bebidas, música, todo.

—Muy bien. Nos vemos esta noche.

—Allí estaré bro.

Esta noche fiesta en mi casa. Lo tengo todo organizado desde hace dos semanas. Tiene que salir todo a la perfección. Nada puede fallar.

Vendrá Estefanía. Una rubia, ojos verdes, melena larga, alta, con unas tetas y un culo... En definitiva, Danielín va a triunfar.

Bajo al salón, y no escucho ningún ruido. Voy a la cocina, seguro que están desayunando, aunque con la hora que es, lo dudo mucho.

Nada, no hay nadie en la cocina. Estoy solo.
Me paso otra vez por el salón, y encima de la mesa del comedor, hay una nota. La cojo, y la letra es de mi madre.

"Daniel, tu padre, tu hermano y yo hemos ido a pasar el fin de semana a Sevilla con la tita y los primos. Volvemos el domingo por la tarde. Te he dejado dinero en el bol del salón, para que te compres comida.
Te quiere, tu madre."

Perfecto, vía libre.

Ahora sólo me falta prepararme yo, porque la fiesta empieza a las cinco y media de la tarde.
Cuanto antes empecemos, más oportunidades tendré de estar con Estefanía a solas... Ya me entendéis.

Salgo a la calle, y compro un par de botella de alcohol, por si nos faltan.
Guardo todo lo que pueda romperse del salón, en la habitación de mis padres.
Paso de llevarme una regañina por parte de mis padres.
Le echo la llave a la habitación, y a la de mi hermano. La mía la he dejado abierta, está preparada para lo que surja.

Empiezan a venir gente, el primero Jorge, con el chaval que va a poner la música, y con los camareros que yo he contratado. El jardín va a ser el lugar, dónde se hará la fiesta. Aunque seguro que habrá algún listo o una lista, que se quedará en el salón.

Las luces aún no se aprecian, pero cuando empieze a caer la tarde, se verá.
La piscina está abierta y limpia.

Cuando está caída la tarde, la casa está a reventar.
La gente está divirtiéndose, y pasándolo bien. La bebida fantástica. Mucha gente me ha dado la enhorabuena de la elección de bebidas.

—Dani. —me llama Jorge. —te llaman.

Me doy la vuelta, y veo que es una chica, que va con un pijama rosa.

—¿Sí? —dije

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—¿Sí? —dije.

—Soy la vecina de al lado. La música la tienes demasiada alta, ¿la puedes bajar por favor? —me dice tranquila.

Es mi vecina de al lado.

—Ah, sí. Tu eres la pija. Alicia, ¿no es así tu nombre? —le digo señalandola con el dedo.

—No sé cómo sabes mi nombre. Quita ese dedo de mí cara. —me dice alterada, y me quita la mano con un manotazo.

—Pija. —acercándome a su oído.

—Gilipollas. —me dice y se va.

Me quedo mirándola hasta que la pierdo de vista.

Sus padres son amigos de nuestros padres desde hace tiempo.
Nunca hemos coincidido. Nunca he hablado con ella.

—Hola Dani. —dice una voz femenina detrás de mí. Me giro, y era Estefanía.

Me hago el sorprendido

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Me hago el sorprendido.

—Oh, hola guapísima. —le doy dos besos.

Me separo de ella, y no hablamos. Sólo nos miramos.
Estefanía, se me lanza al cuello, y me besa. Me pilla desprevenido, ya que siempre soy yo el que se lanza a besar.

También me ha pillado desprevenido que me haya metido la lengua sin avisar. Un poco bestia para una chica como ella.
Me coge del paquete, y Danielín empieza a despertarse.

—¿Y la habitación? —arquea las cejas y me vuelve a besar.

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