Enemigos Perfectos

Tres

Narra Alicia.

A la mañana siguiente, me despierto con las ganas de vivir por los suelos.
No quiero ir a comer a casa de los amigos de mis padres.
Bueno no sé si eso será una casa, creo que es un palacio.
Mi madre viene a mi habitación, y me dice que el vestido está ya planchado, y que me lo ponga lo más antes posible, ya que aún me tengo que maquillar, y peinar.

Odio ir así vestida, esta no soy yo.

Me he criado en un familia de bien, sí, no lo niego. Pero no soy una pija que está siempre así vestida.
Es cierto que mi madre quiere que vista así, porque así van las chicas de mi edad de mi clase social, pero yo no quiero ser igual que ella, yo soy más no sé, normal... No hablo cada dos por tres con un o sea, tampoco hablo tres idiomas, sólo hablo un poco el inglés, las matemáticas no se me dan bien, y las notas no las tengo todas sobresalientes, es más, me han quedado dos, y no pueden ser otras que matemáticas e inglés.

No soy la hija perfecta, pero siempre he sido muy buena con mis padres.
Que yo recuerde, nunca les he contestado mal, nunca me han gritado.
Estoy muy contenta de tener unos padres así. Pero siempre estoy sola en casa.
Llego del instituto, y Camila, la mujer que limpia y hace de comer en casa, me tiene preparada la comida.
Hasta la noche, mis padres no vuelven del trabajo. No me molesto en salir de mi habitación, ya que nada más que vienen, se meten en la sala de reuniones.

Sí, tenemos una casa tan grande, que hasta tenemos bodega. Es la más grande de La Moraleja.

Me pongo el vestido, y bajo. Mis padres ya estaban preparados.
Mi padre llama a Roger, nuestro chofer.

—Hoy iremos en el Audi.—y le da las llaves.