Treinta y seis

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Narra Alicia.

Me quedé impresionada al ver a Dani tan bien vestido. Le sienta muy bien el traje.
Me seco el cuerpo, y me pongo la ropa interior. Que está compuesta por un sujetador sin tirantas color cereza, y un tanga del mismo color, ya que el vestido que está preparado sobre la cama, es de ese color.
Mientras que tenía el pelo errollado en la toalla, me puse un pijama, para no estar en ropa interior. Me quito la toalla de la cabeza, y me lo cepillo. Creo que el suavizante con olor a vainilla, es la mejor elección que he podido hacer.
Una vez que me he desenrredado el pelo, cojo el secador que había en la habitación, y en menos de quince minutos, ya lo tengo completamente seco. Me pongo a pensar, que si es mejor dejarme el pelo suelto, con las planchas hechas, o dejarmelo al natural, y hacerme una cola. Opto por la segunda opción. La verdad es que  no sé cómo me saldrá el peinado. Nunca lo he puesto aprueba.
Me hice la raya en medio, y me hice una cola normal, a una altura ni muy baja, y ni muy alta, intenté hacermela justo en medio. Una vez que me hice la cola, le cogí "prestado" a Dani la gomina, para echarmela, y que no se me moviera ningún pelo. Una vez que ya tengo el peinado más o menos controlado, enchufé las planchas, y cuando se calentaron, me las pasé por la cola.
Cuando al fin acabé con el peinado, recibí un mensaje. Era de Dani.

-¿Qué te queda fea?

-Maquillarme y vestirme.

-¡¿TODAVÍA!? Oh damn... date prisa anda.

-Vale, pero no me metas buya.

-Valeee. Y una cosa...

-¿Qué pasa?

-Que te quiero.

Al leer eso, el corazón se me salió por la boca.

-¿Y tú sabes otra cosa?

-No, ¿el qué?

-Que no me hables más, que así voy a tardar.

Me dejó en visto. Me estaba imaginando lo que Dani estaba pensando. He sido un poco cabrona.

-Lo que no sabes, es que eres mi amor. Y que te quiero un mundo. Que me has demostrado mucho, eres una magnífica persona, y que por favor, no me faltes nunca, te amo.

Dejé el móvil encima del tocador, y saqué mi maleta con el maquillaje. En seguida, me sonó el móvil otra vez. Y era otro mensaje de Dani.

-Te prometo que jamás te fallaré. Te amo con locura, princesa.

Por Dios, este niño es lo mejor que me ha pasado en mi vida. En tan sólo dos semanas, me ha demostrado ser una persona muy diferente a como me lo pintaba Sandra. Es increíble.

Le respondí al mensaje con un emoticono con corazones en los ojos, un corazón verde, y una corona.

Abrí mi maleta de maquillaje, e intenté hacer memoria para acordarme de cómo eran los pasos de los tutoriales que había visto en Instagram.
Primero me eché un tonificador, para que me quite las pieles muertas de la cara. Luego utilicé una crema hidratante de aloe vera, y comenzé con el maquillaje. Me extendí la base, y con la brocha me la repartí por toda la cara, cogí una esponja, y eché el maquillaje, que era del mismo tono que mi piel. Seguidamente, me quedaba los polvos marrones, que lo utilizaría para el contorno, los pómulos, y por último, unos polvos dorados que lo utilizé como iluminador. Ya por último, me hice la raya con el eyeliner en el párpado móvil, me ricé las pestañas, me eché la máscara de pestañas, y me vestí.

 Ya por último, me hice la raya con el eyeliner en el párpado móvil, me ricé las pestañas, me eché la máscara de pestañas, y me vestí

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