Dieciocho

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Narra Dani.

Ésta chica, siempre me deja sin palabras. Es como una gran caja de sorpresa; cuando menos te lo esperas, te salta.

Cuando anoche dije que estaba enamorado de ella, lo decía de verdad. Sólo hay que mirarla. Es que su belleza me embelesa.

Tras el desayuno tan animado que hemos pasado. Llega la hora de irse de Valencia.

-Muchas gracias por traerme aquí Daniel. Me ha encantado.-para mi sorpresa, Alicia me deja un suave beso en la mejilla derecha.

Nunca me lavaré la cara.

Nos vamos de la terraza, nos montamos en la moto, y ponemos rumbo a Madrid.

Este día, para mí a sido fantástico. Quiero volver a repetirlo un millón de veces. Quiero pasar con ella otra noche como la de ayer, pero por desgracia, creo que jamás se volverá a repetir.

Tras dos horas en la moto, me veo obligado a parar en una gasolinera, tanto para echar gasolina, cómo para almorzar. Mejor dicho, merendar. Son las seis de la tarde.

Alicia entra en la gasolinera, le digo que pille sitio, y que pida algo para los dos, miemtras que yo estoy fuera con la moto. No tardo más de veinte minutos, y me siento en la mesa, enfrente de Alicia. Enfrente de esos ojos que me vuelven locos.

-Hey, ya estoy, ¿qué has pedido?-digo miemtras pongo los codos en la mesa.

-He pedido dos coca-colas, y dos sándwiches mixtos, ¿te parece bien?-asiento con la cabeza.- ¿Por qué has tardado tanto?-me pregunta.

-¿Me has echado mucho de menos?-sonrío. No debería de haber dicho eso. Un silencio. No sé que decirle. Me toco el pelo nervioso, y miro un par de veces al techo.-Estaba echando gasolina.

Creo que se ha molestado cuando le he dicho si me ha echado de menos, porque cuando lo he dicho, a desaparecido automáticamente esa sonrisa que tanto me gusta.

Un chico de más o menos mi edad, nos sirve nuestra comida, que nos la comemos en silencio, creo que ya le he cagado para los restos.
Aunque Alicia sea una caja de sorpresas, también es muy frágil, por así decirlo.
Tengo que medir mis palabras.

Otras dos horas más en la moto, y llegamos a Madrid. Las ocho de la tarde.

Paro el motor de la moto en el lugar dónde quedamos ayer. Me bajo de la moto, y la ayudo a bajar.

Ya no sé si darle dos besos, o no volver a dirigirle más la palabra. Estoy totalmente en blanco.

-Muchas gracias por todo Daniel.-dice Alicia, mientras se posa un mechón de.pelo detrás de su oreja.

-Por favor, llámame Dani, Daniel suena a regañina de profesor.-me río, pero ella no. Sólo sonríe, hasta que se le achinan los ojos.

-Bueno Dani.-dice marcando Dani.-Tal vez nos veamos.

¿Cómo qué tal vez? Yo quiero seguir viéndola.

-Bueno, pero ahora somos amigos, ¿no? O sea, que podemos seguir hablando.-digo nervioso por su reacción.

-Claro, sí. ¡Me encantaría!

-Pues genial, amigos entonces.

Nos quedamos callados, y me lanzo yo en la despedida.
Le abrazo y noto como ella me aprienta contra su pecho. Yo inhalo lo más que puedo el aroma a vainilla.

-Adiós Dani.-dice después del abrazo.

La veo desaparecer, me monto en la moto, y me dirijo a mi casa.

Intento entrar en casa sin hacer mucho ruido, porque Jesús, el muy cabrón, tiene el oído súper fino.

Abro la puerta, hasta ahí todo perfecto. Dejo las llaves encima del platito de la entrada, también todo perfecto. Pero al llegar a la cocina, para coger un vaso de agua, el puto parquet, cruge.

-¿Dani?-dice Jesús mientras baja las escaleras, y cuando me ve, viene hacia mí.-¿Qué tal a ido?-pregunta igual de ilusionado que un niño, cuando le da una piruleta. Yo sólo le sonrío y arqueo las cejas. A ver lo que se imagina.-¿En serio tío? Quedamos en que sólo la conocerías.-dice regañándome.

-Que no te flipes, tolai.-digo en una carcajada.-No ha pasado nada Jesús. Sólo hemos dormido juntos.

La mandíbula inferior de Jesús, está tocando el suelo.

-Pero dormir, ¿sin ningún tiempor de tocamiento?

-Sí, no ha pasado nada de nada. Se quedó dormida en mi cama, porque está lloviendo, le daba miedo las tormentas, se metió en mi cama, vimos Tres metros sobre el cielo, y cayó frita.

-Guau... y entonces, ¿has descubierto ya de qué son esas cosquillas en el estómago?-me pregunta.

-Pues... sí.

Seguro que si se lo digo, se va a reír de mí.

-¿Y qué?

-Estoy enamorado de ella Jesús. Me da miedo hacerle daño.

-¿Enamorado? ¿Daniel Oviedo, enamorado? -estalla en una carcajada, bastante larga.

Dura como cinco minutos.

-En serio tío, para.-le doy un pequeño puñetazo.-Estoy enamorado de Alicia. No quiero hacerle daño.

-Sé que no le vas a hacer daño Dani.-me pone una mano encima de mi hombro, y me sonríe.-Ahora toca que ella se enamore de tí.

-No sé...-en ese momento, mi móvil vibra. Lo miro, y es una notificación de Instagram, Alicia a subido una foto.

Aliciamartin: Es mejor descubrir las cosas por tí misma, no por el que dirán

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Aliciamartin: Es mejor descubrir las cosas por tí misma, no por el que dirán.

Le doy me gusta en seguida, y claramente, le comento.

Daniel_oviedom: Amiga, a ver cuando nos vemos.

-Creo que es perfecta Jesús.-le enseño la foto.

-Es muy guapa, sí. Alicia Martín Onassis. La típica pija.

-No es pija, es la chica más normal que he conocido nunca. En serio Jesús. Te la tengo que presentar.

-Claro, cuando quedéis. Yo también te tengo que presentar a alguien.-traga saliva, y baja la mirada.

¿A quién me tiene que presentar?

Bueno chicas, ayer capítulo y hoy también. DADLE MUCHO AMOR!!!

Y otra cosa, estad atentas a mi perfil, porque habrán nuevas sorpresas con mi jdomsogni espero que os guste.

¡DENTRO DE POCO PONDRÉ COSAS EN MI PERFIL!

Enemigos Perfectos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora