Veinticuatro

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Narra Dani.

Cuando Jesús me dice, que Alicia se va de España, se me para el corazón. No me lo puedo creer, ¿pero qué es lo que va a hacer allí? Dios santo.

No quiero que se vaya. Que si ella se va, juro que me iré detrás de ella.
Nos conocemos de hace días, ni un mes hace de nuestra amistad, pero creo que lo que yo siento por ella, ni la distancia podrá dejar de hacerme sentir esto.
Es bastante precipitado dar por hecho que estoy enamorado de ella, pero es que si digo que no siento nada, sería un mentiroso.
Y no sé que coño estaba haciendo con esa chica.

Le estabas masturbando, delante de la gente mientras Alicia, te esperaba.

Soy un cerdo, un gilipollas, un subnormal... Soy todo eso, y es que encima, me quedo bastante corto.
¿Cómo he podido hacer eso? Quedé en dejar al anterior Daniel Oviedo, y sentar la cabeza, con mi primer amor, pero ya veo que no. Que sigo siendo el mismo putón.

Jesús hace todo lo posible para que Alicia diga que adónde se va, por qué se va, y qué es lo que va a hacer. Pero ella no contesta.
Me doy por vencido.

-Jesús déjalo, no sigas.-le quito el móvil de las manos, echo mi cuerpo hacia atrás, y me apoyo en el sofá.

Intento aguantar las lágrimas, pero es imposible, salen sin ni siquiera parpadear.

-Venga Dani, no pasa nada. Seguro que es para darte un susto. Seguro que no se irá a ningún lado.

-Que no Jesús. ¿Cómo puede ser tan retorcida? Ella no parece ser tan rencorosa.-le digo incorporandome, y llevándome las manos a la cara.

Sigo sin creerme todo esto.

-Venga, va...-Jesús me abraza y me da un beso en la sien.

-Te juro Jesús, que no sé qué es lo que me pasa. Quiero cambiar, dejar de hacer el tonto, centrarme. Ser un puto adulto ya, joder.-y sin quererlo, ni beberlo, me vuelvo a echar a llorar-. Esto sólo se soluciona bebiendo alcohol, y olvidando.-digo mientras me acerco a la mesa de las bebidas, me echo hielo, ron hasta la mitad del vaso, y dos dedos de coca-cola-. Con esto bastará.-me siento al lado de mi hemano, y empiezo a beber como un loco. Mañana sé, que no sentiré éste puto dolor en el pecho.

-¡Eh! ¿Qué haces? ¡Estáte quieto, joder! Vas a conseguir que te de un coma etílico.-dice Jesús quitándome el vaso. Hago el intento de arrebatárselo, pero es imposible.

Bueno, ya sólo quedaba el agua de los hielo que se habían derretido.

-Pues todo para ti. Voy a por otro, ¿quieres uno?-intento levantarme, pero me caigo de culo al sofá-. Ay-me río como un loco. Me vuelvo a levantar, y ésta vez sí que me mantengo en pie. Me acerco otra vez a la mesa, echo hielo a dos vasos, los lleno hasta arriba de vodka, vamos a ser variados cojones, vamos a cambiar por una vez, y vamos a hacerlo bien, a palo seco y para el pecho-. Toma-le doy el vaso y lo mira con asco-. ¡Eh! Oye un poco de respeto.

-Sabes de sobra que no bebo.-dice Jesús.

-Eso es mentira guapo.-un pequeño hipo me interrumpe-. Bebes más que un camionero.

-Es: fumas más que un camionero.-me corrige mi hermano.

-Uy el señorito-suelto una pequeña risa-. Pues si no lo quieres, se lo das a éste menda de aquí-me doy un golpe en el pecho. Me lo da, y me lo bebo todo de golpe, más mi vaso, claro. Cuando me lo bebo, lo dejo en el suelo, apoyo mi espalda en el respaldo del sofá, y cierro los ojos.

Me despierto en una habitación, no me puedo levantar, porque noto peso en todo mi cuerpo.
Enfoco bien la vista y era algo, que nunca me había imaginado que pudiera hacer.

Tenía los brazos estirados, y en ambos hombros, habían dos chicas apoyadas en ellos, durmiendo. Y en mis piernas, había una chica abrazada a mi cintura durmiendo.

¿Qué coño has hecho Dani?

Me levanto, dejando a las dos chicas con la cabeza apoyada en la almohada, y mientras consigo deshacerme del agarre de la chica que estaba dormida en mi cintura.
Miro el reloj en mi móvil, y son las doce y media de la noche. La gran borrachera se me ha pasado, aunque mañana tendré tal resaca, que no podré ni abrir los ojos. Lo sé porque me ha pasado.
Voy al baño, y cuando me miro en el espejo... Buah, un desfase. Tenía, para no ser un exagerado más de medio cuello con chupetones, la camiseta desabrochada y con chupetones en los pectorales. Madre de mi vida.
Me lavo la cara con agua helada. No es posible esto. No, no y no. Pero la bilis que sube por mi garganta, está repleta de realidades. Realidades, que ojalá no hubiesen pasado nunca.
Vomito, y vuelvo en sí. Ahora se me vuelve a la mente que Alicia, se va de España.
Me lavo la boca, me arreglo el pelo, me abrocho la camisa, y pienso en lo que pasará apartir de ahora Alicia de mí, si me presento en su casa ahora.

Te va a mandar a la puta mierda chaval.

Pero lo tengo que hacer. No quiero que piense que Sandra tiene razón en lo qie piensa de mí. Porque no lleva razón alguna, y se lo voy a demostrar.
Salgo de casa se Jorge con paso decidido. Lo voy a hacer, y nada ni nadie me va a parar. Más que nada, porque la persona que intente pararme, se lleva un tortazo, del tirón.

Estoy debajo de la ventana de Alicia. Está abierta.
Pienso un momento, y dí en el clavo. Escalo un árbol, y una de las ramas, están cerca de su ventana. Me decido en si entrar en la habitación o no.

Hombre, ya que estás, salta, y ya verás el tortón que te llevas mozo.

Y salto. Ahí está. Con los ojos cerrados, tapada con las sábanas hasta el pecho. Duerme profundamente, lo puedo saber por el compás de su respiración.
No quiero despertarla, y mucho menos que me eche a collejas de su habitación, así que, decido coger un folio que hay en la mesa de su escritorio y un bolígrafo de color azul, y con la linterna de mi móvil, me ilumino mientras que escribo.

Hey girls!
Ya tenía yo ganas de actualizar. Espero que os haya gustado el capítulo.
Estad atentas a mi perfil, ya que últimamente subiré muchas cosas nuevas, que espero que os gusten mucho.

Y por cierto, ya he subido el prólogo de "Ahora y siempre", la novela que haremos jdomsogni y yo, y por supuesto nuestros capítulo especiales, que serán escritos por jdcuore


Enemigos Perfectos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora