Entre brownies y celulares

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- Buenos dí­as Sra. Brown - saludo a la vecina al salir de mi town house. - Buenos dí­as Sophia, su novio se quedó hasta muy tarde anoche. No pené verla tan temprano en la mañana - dice mientras riega su jardín. Yo la llamo la "agente del FBI" porque siempre está husmeando la vida de todos en el conjunto. - Sra. Brown gracias por cuidarme tanto - respondo sonriendo. - Tenga, preparé estos brownies para llevarlos al trabajo y separé unos cuantos para usted que sé que le gustan - digo entregándoselos en una cajita también hecha por mí­. Mi pasatiempo es preparar postres y confeccionar las cajitas donde los guardo, esto siempre lo hacíamos mi madre y yo juntas para sorprender a mi padre cuando llegaba de sus largos viajes. - Mis favoritos, muchas gracias - me agradece muy feliz. - Que le aprovechen, ahora me voy que me espera un largo día en el trabajo - le digo y me marcho.

Trabajo en un buffet de abogados como asistente administrativa de una de las mejores abogadas en la ciudad. Mis amistades siempre cuestionan el por qué sigo trabajando con ella ya que es una mujer muy prepotente y muy exigente, pero como yo le veo el lado bueno a todo, solo le sigo la corriente.

- Miranda necesito que me canceles la cita con los Thompson urgentemente - me dice tan pronto entro a la oficina. - Buenos dí­as Alanis - digo sonriendo - La cancelo inmediatamente -. - Es que hoy llega mi prometido, necesito pasar todo el día con él - dice poniendo los ojos en blanco. Su reacción me confunde, pero no le hago caso y cancelo todas las citas que tiene pautadas para el dí­a de hoy.

A pesar que no estoy ocupada con responsabilidades del trabajo el tiempo se va muy rápido, será porque Alanis me tiene dando vueltas de aquí­ para allá resolviéndole unos asuntos personales antes de la llegada de su prometido.

Por fin tengo tiempo de tomar un descanso así­ que caliento mi almuerzo y me voy a una pequeña terraza exterior que queda en la parte trasera de las oficinas.

- Hola Sophy, ¿cómo va tu día? - me pregunta mi novio Jack cuando contesto su llamada. - Bien, eso creo - digo riendo. - ¿Y eso por qué? - pregunta también riendo. - Es uno de esos días confusos, ya conoces cómo son las cosas aquí­. - Hoy me tienen como asistente personal, ¡hasta me mandaron a comprar ropa interior! - digo ocasionando que se ría a carcajada. - ¡Vaya, vaya, ni eso puede hacer esa mujer! - dice entre risa. - Es que viene el prometido y está insoportable - digo en voz baja. - Tan rara que es, bueno solo te llamaba para saber cómo ibas ya que anoche te quedaste un poco triste -. - Ya estoy mejor, gracias, es que sabes que cuando es el aniversario del fallecimiento de mis padres me pongo así­, pero ya se me pasó - digo con un poco de dolor en mi corazón. - ¿Te veo más tarde en tu casa? - pregunto. - Sí­, alquilé la pelí­cula de comedia que tanto te gusta para subirte los ánimos - responde. - Tan detallista como siempre, te quiero - digo y terminamos la llamada.

Cuando me volteo doy un salto y dejo caer mi teléfono y mi brownie ya que hay un caballero detrás de mí­ y no me habí­a dado cuenta. - Mil disculpas no le había visto - digo avergonzada. - No se preocupe - dice sonriendo ayudándome a recoger mi celular el cual se ha quebrado. - Discúlpeme usted a mí - dice mirando el celular con pena. - De todas formas, ya tení­a que cambiarlo por la versión actualizada - digo encogiéndome de hombros. - ¿Cuál es su nombre? - me pregunta. - Sophia Miranda, mucho gusto - respondo estrechando mi mano. - Encantado, Jonathan - dice estrechándome su mano. - Wow que piel suave, pienso cuando nuestras manos hacen contacto. - Iba a entrar, pero recordé de algo muy importante que he dejado, ya regreso - dice sonriendo. - Si desea le dejo saber al abogado que le iba a atender que usted vino, pero olvidó un documento y que regresará pronto - digo amablemente. - No hace falta, yo me comunico por teléfono, pero muchas gracias - dice asintiendo con la cabeza. - A la orden - respondo y se marcha.

Miro hacia mi mano y veo mi celular - Parece que es una señal que ya te tengo que cambiar - le hablo al teléfono en voz baja, parezco desquiciada. Recojo mis cosas y entro nuevamente a la oficina.

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